Carta que creían que era de odio

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Tengo la mirada pesada todos dicen que parece de odio, que tengo una mirada penetrante que da miedo, que es de destrucción mi mirada.

Pero no podrían estar más equivocados, mi mirada si es pesada, pero de tristeza, de melancolía, de recuerdos que quisiera que fueran presente.

Mi mirada es pesada por las lágrimas que desean brotat tras el recuerdo con amor de quién estaba conmigo y decidió marchar.

Mi mirada muestra odio pero no podría estar más equivocada, mi mirada está llena de melancolía, de extrañar a quien amo y aunque me ama decidio que lo nuestro no sería.

Pesa mi mirada y el recuerdo de todo lo planeado de cada mágico momento que fue a su lado. Pesa que duele no llorar pero no puedo hacerlo.

No importa cuánto la extrañe se que no volverá y no se si voy con ella me acepte. Está lejos y quiero ir pero por más que me esforce no lo logré, no en el tiempo que ella quería. Soy inútil por no lograr eso, no lo sé, pero es algo más de lo que me pesa la mirada...

Cómo sea no importa, decidí que iría con ella pero de otra forma, la esperare en la eternidad dónde prometimos reencontrarnos a pesar de todo...

Escribía está última carta donde todos los que me veían creían que la llenaba de odio, y en realidad la lleno de amor.

Escribo esto con esperanza que quizá la lea, o simplemente para recordar que alguna vez existi y que la ame y que la amare por la eternidad...
Y la dejé caer junto con mi cuerpo bajo las vías del tren que se acercaba con rapidez sin posibilidad de frenar.  

Pequeñas historias de terror y tormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora