Extraño sentir el amor en mi cuerpo.
Extraño recibir el amor de quién amo.
Desde que se fue, quizá antes, solo siento estrés, ansiedad, miedo, desesperación, desesperanza.
Me he vuelto adicto a esas mismas sensaciones.
Al maldito estrés que no me deja desde ese día, las malditas taquicardias que no pueden faltar en el día, que me acompañan día con día.
Extraño ser feliz.
Y lo odio todo.
Hago cualquier cosa para arruinarme, solo para volver a sentir el estrés.
El maldito cortisol al que me volví adicto.Hoy la volví a ver a la distancia.
Se veía tan hermosa como el día que me abandono. Y no le hable, porque se que eso me traería alegría, quizá solo momentánea, pero soy adicto al dolor.Aunque se que hablarle también me dolería.
Pero estoy harto del estrés.
Extraño ser feliz, pero al menos quizá tres metros bajo tierra dejaré el estrés y seré feliz.
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Pequeñas historias de terror y tormento
HorrorPequeñas historias de caos, destrucción y muerte