Pequeñas historias de terror y tormento

He aprendido a vivir

Aquella hermosa mujer, de pelo de colores, hermosa mujer del mar, como sirena... Hoy te recuerdo de nuevo, con amor que lleno mi corazón hace tantos milenios, pero que también sintió la traición esos mismos milenios.
Hermosa vampiresa, que aún te extraño, mi primer verdadero amor...
He seguido adelante, amando, soñando, recitando poemas bajo la luna y el sol, deseando, rezando...

Pero bien se dice, el primer amor no se olvida.
Pero no se habla de la primera traición real, esa, menos se olvida.
Pero se perdona y yo, elijo quedarme con el recuerdo del amor.
Poeta o no, soy amor, y lo deseo para ti, aunque el rey sea ahora quién amor te de.
Ninfa hermosa, el sátiro aún te espera, sabiendo que no volverás, porque sabíamos que sus caminos se separarían...

Pero yo, en este vacío inmenso, donde no hay más nada, ya siento la paz, al morir.

Morir de amor, con alguien obsesionada conmigo, como yo con ella. Así deseé ser amado, y así siempre amo.

Te guardo amor, amor que te tuve, aún en un rincón de mi corazón, pero ahora de ella es el corazón mío, y mi alma, que a los demonios vendí, es ahora de ella.

¿Y quién es ella? Nadie más, que la muerte.