Capítulo 6

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Clarke


Dios, me siento como la mierda.

Levantando la cabeza de la almohada, mi pensamiento inicial fue que debía tener la gripe. Entonces recordé la botella de vino que bebí anoche con Lexa. Gemí cuando alcancé mi teléfono desde la mesita de noche y entrecerré los ojos a la vez. ¡Ocho y cuarenta y cinco!

—¡Mierda! —Me levanté de la cama. Aden iba a llegar tarde a la escuela. Dando un salto por el pasillo, al cuarto de mi hijo, abrí la puerta de su habitación y la encontré todavía oscura

—¡Aden! ¡Levántate, amigo! Llegamos tarde. —Encendiendo la luz, me sorprendí al ver una cama vacía, así que miré el baño antes de dirigirme a la cocina.

Lexa se hallaba de pie en la cocina. Con apenas el movimiento de su muñeca, lanzó un panqueque encima de la sartén, antes de dar vuelta para verme.

—Buenos días, dormilona.

Dios mío, ella en serio estaba en forma. Piel lisa y pálida, abdominales levemente marcados, y una V profunda que hacía llover dentro del desierto de mi boca de resaca. Jesús, no recuerdo a nadie fuera de la televisión que lucieran así. No en la vida real, de todos modos. Tuve que apartar la mirada. Pero asimilar el resto de la habitación solo añadiría lo extraño a la escena. La música sonaba desde el altavoz de la encimera. Aden golpeaba un tambor sobre la mesa con una mano y terminaba su desayuno con la otra. Lexa presionó un botón de un aparato en el mostrador y un fuerte zumbido resonó durante un minuto. Luego vertió todo lo que hizo en un vaso y se giró hacia mí.

—¿Zumo?

—¿Qué es esa cosa?

—Es un exprimidor.

—¿De dónde vino?

—Me lo traje. Me gusta el zumo fresco por la mañana. —Guiñó un ojo—. Además, pensé que podrías necesitar más vitamina C y potasio esta mañana.

Tomé el vaso de la mano de Lexa, mientras le hablaba a Aden. —Ve a buscar la mochila, chico, o vamos a llegar tarde.

Aden salió corriendo.

—¿Tarde? —Me sentía tan confundida.

—Para la escuela. — Lexa sirvió el panqueque y lo dejó sobre la mesa. Luego sacó una botella de Ibuprofeno del bolsillo del pantalón y señaló la silla— . Siéntate. Come. Dejaré a Aden y regresaré a limpiar antes de ir al hospital.

Todavía me encontraba sentada en la mesa de la cocina cuando Lexa regresó de dejar a Aden en la escuela. Apoyó una cadera contra el mostrador y cruzó sus brazos sobre su pecho; el cual, por desgracia para mí y a pesar de mi resaca, despertaba solo pensamientos oscuros que no sabia que pudiera tener tan temprano por la mañana.

—Muchas gracias por cubrirme esta mañana. No puedo creer que me haya dormido. Ni siquiera escuché sonar la alarma de mi teléfono.

—Eso es porque no lo hizo.

—¿No lo hizo? ¿Cómo lo sabes?

—Porque la apagué anoche antes de que te desmayaras.

—¿Por qué has hecho eso?

Lexa se encogió de hombros.

—Para que pudieras dormir.

—Bueno, gracias. Ha pasado mucho tiempo desde que hice eso. Y, Dios, también ha pasado mucho tiempo desde que tuve una resaca. Ese vino realmente fue a mí cabeza anoche. Espero no haber estado parloteando o algo. Para ser honesta, todo es un poco confuso.

Need you (Clexa AU Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora