Capítulo Final

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Clarke

Dormí como un bebé. Aunque las palabras de Rebecca anoche me hicieron daño, las de Lexa me curaron. La forma en que nos defendió frente a ellos realmente me hizo darme cuenta de que nada ni nadie podría separarnos jamás. Tan duro como era, solo iba a tener que aceptar las cosas con sus padres como eran.

Sabía que ella se quedó despierta hasta tarde con ellos porque la escuché entrar en la habitación en mitad de la noche. Aunque ellos no se sentían entusiasmados conmigo, realmente me hacía feliz saber que llegaba a pasar tiempo con ellos.

Ahora el sol brillaba a través de la ventana de nuestra habitación. Lexa se estiró cuando me escuchó levantarme. Puso una mano en mi camisón y tiró de mí de vuelta a la cama con un firme agarre.

Resistiéndome, dije— Necesito prepararles el desayuno.

—No harás tal cosa. Te esforzaste lo suficiente preparando la cena de anoche. Los llevaremos a algún lado.

—Necesitan café.

—No beben café. Beben té. Y anoche lo preparé todo para ellos. —Dio una palmada junto a ella en la cama— Échate conmigo por un rato.

Me volví a echar y la enfrenté.

Lexa colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—La jodí cuando dejé salir todos mis planes para proponerte matrimonio. Había estado esperando por la noche perfecta así podía organizar todo a la perfección, pero la perfección no siempre está en lo obvio. Anoche, el respeto que les mostraste a mis padres frente a su falta de respeto me hizo amarte incluso más. Honestamente, no creía que eso fuese posible. Ellos lo ven ahora. Y sinceramente, para mí, no hay un momento más perfecto en el que pedirte que seas mi esposa que este.

Lexa se estiró hacia la mesita de noche, sacando una pequeña caja negra. En lugar de ponerse sobre una rodilla, me rodeó las piernas con las suyas y se cernió sobre mí en la cama.

— Clarke, sé que hemos hecho las cosas un poco al revés. Vivimos juntas antes de hacernos amantes. Te dejé embarazada antes de casarnos. Pero no cambiaría nada. Puede que el orden no haya sido perfecto, pero tú, nuestro hijo, nuestros bebés... son perfectos, todo lo que jamás supe que quería.

Abrió la caja, sacando un anillo que tenía un gran diamante en el centro rodeado de otros cuatro.

—Este anillo nos representa a nosotros. Tú eres la gran piedra preciosa del centro. Las dos piedras de la izquierda nos representan a Aden y a mí. Las dos de la derecha son nuestros bebés no nacidos. ¿Me concederás el gran honor de ser mi esposa?

—¡Sí! —Salté para abrazarla por el cuello. No pude evitar reír— Tus padres van a volverse locos con esto.

—No, no lo harán. Lo saben.

—¿Lo saben?

—Les dije antes de irnos a la cama que planeaba pedírtelo esta mañana. Anoche le hice una promesa a nuestro hijo, que cuando su abuela lo trajese hoy, habría un anillo en el dedo de su madre. No lo sabías, pero nuestro viaje hoy a Newport iba a ser una celebración familiar por nuestro compromiso.

—¿Todavía vamos a hacer ese viaje con tus padres aquí?

—Están invitados a venir con nosotros. Si no quieren, es su problema.

Cuando salimos de nuestra felicidad por nuestro compromiso, Rebecca y Gustus se encontraban sentados en la cocina, bebiendo su té. Lexa tenía sus brazos a mí alrededor.

—Buenos días —saludé.

—Buenos días, Clarke. —Su padre sonrió.

Me latía la cabeza, y ni siquiera podía tomar café porque decidí eliminar la cafeína.

Su madre se levantó. —¿Podemos tener un momento?

—Claro —respondí.

—Papá, vayamos a dar una vuelta —mencionó Lexa, antes de desaparecer por la puerta de entrada con su padre.

Rebecca y yo estábamos oficialmente solas. Realmente esperaba que no fuese a decirme algo desagradable, porque no me sentía de humor, especialmente sin café.

—Necesito disculparme por mi comportamiento de anoche. Después de que te fueses a la cama, mi hija pasó toda la noche contando su experiencia aquí. Es evidente que te ama de forma incondicional y que estaba fuera de lugar pensar que podía influenciarla de algún modo. Pero te aseguro que ya no deseo hacer eso.

—Entiendo por qué te sentiste de ese modo. No puedo afirmar que yo me comportaría de modo diferente si fuese mi hijo queriendo mudarse a Inglaterra con alguien que tuviese equipaje. Hasta que realmente conoces a la persona o entiendes la situación, lo juzgas por las apariencias. Todos queremos lo mejor para nuestros hijos.

—Bueno, ahora puedo ver que lo mejor para mi hija es lo que le hace feliz. Y eso eres tú. Gracias por recibirnos en tu casa.

Sonrió, y realmente se sentía genuino. Alcé la mano, mostrando el anillo. —¿Lo viste?

—Nos lo mostró anoche. Felicidades.

—Gracias.

—¿Sabes? Lexa no lo sabe, pero tuvimos problemas para concebirla. Esa es la razón por la que es hija única.

—No lo sabía.

—Así que, sé lo difícil que es.

—Bueno, estoy esperando que estos pequeños o pequeñas resulten ser igual que tu hija.

Echó la cabeza hacia atrás casi con una sonrisa maligna.

—Fue un demonio. Si se parecen en algo a la pequeña Lexa, buena suerte, querida.

Need you (Clexa AU Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora