Capítulo 13

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Clarke


— Mamá. Mamá.

— ¡Mamá! —Aden sacudió mi hombro para despertarme. Me encontré desconcertada y confundida en cuanto mis ojos se abrieron.

—¿Qué hora es?

—Las ocho y media. Voy a llegar tarde a la escuela. De nuevo.

—¡Mierda! —Bajé de la cama de un salto.

—Eso es una moneda en el jarrón de groserías. —Gruñó Aden mientras se dirigía a su cuarto.

—¡Ve a cepillarte los dientes! ¡Vístete! —le grité mientras corría hacia mi baño.

Tomé mi cepillo de dientes y me los cepillé mientras orinaba. Escupiendo la pasta dental, tomé agua con la mano, me la llevé a la boca y la usé para hacer gárgaras mientras me estiraba para tomar mi cepillo para el cabello y hacía un intento pobre de hacerme una cola de caballo.

—¿Ya estás listo? —grité mientras me ponía la bata. Gracias a Dios que usaba uniforme.

—Tengo hambre —se quejó Aden desde su habitación al otro lado del pasillo.

—Te haré una tostada en cuanto termine de vestirme. Puedes comerlo en el camino.

Después de vestirme, corrí rápidamente alrededor de mi cama, lográndolo un poco caóticamente. En el apuro, golpeé mi rodilla contra el cajón abierto de la mesa de noche, en ese lugar que duele tanto que me quitó la respiración por un minuto.

—¡Demonios! —Cerré el cajón de un golpe cuando por fin pude recuperar mi voz. Todo lo que se hallaba sobre la mesa de noche se sacudió y un bolígrafo cayó el suelo. Al diablo, me haré cargo de eso más tarde. Casi había llegado a la puerta de mi habitación cuando recordé la noche anterior. El bolígrafo debió haberme traído a la mente la carta. ¿Dónde diablos puse esa cosa?

Debí haberme dormido con ella en mis manos. Buscándola, deshice la cama con furia. El pánico creció cuando no pude encontrarla. Me dejé caer sobre mis rodillas, miré debajo de la cama, y luego abrí el cajón de la mesa de noche y saqué todo de allí dentro. Incluso fui hasta la otra mesa de noche, la cual estaba segura de no haber abierto la noche anterior, y arranqué también todo su contenido. Ninguna carta. Un sentimiento de desazón golpeó mi estómago.

—¿Aden? —Corrí hacia el cuarto de mi hijo. Se colgaba su mochila—. ¿Por casualidad viste una carta en mi habitación esta mañana?

—¿Te refieres a la que iba dirigida a Lexa?

Mis ojos se abrieron de golpe.

—Sí, la que decía "Lexa " en la parte exterior.

—Se encontraba en el suelo la primera vez que fui a despertarte. Estabas realmente inconsciente.

—¿Dónde la pusiste?

Sin saber que hizo algo malo, Aden se encogió de hombros. —Se la di a Lexa por ti.

Tal vez no la leyó.

El auto de Lexa ya había desaparecido para el momento en que recuperé la capacidad de respirar lo suficiente para salir de mi habitación. Le dije a Aden que había olvidado algo en la casa y le di instrucciones de subir al auto y ponerse el cinturón de seguridad mientras yo volvía dentro y me metía en la habitación de Lexa. Su cuarto lucía bastante limpio. Un rápido vistazo no mostró evidencia alguna del sobre, ni leído ni sin leer, así que caminé hasta el escritorio situado en el rincón. Tenía una laptop, una libreta, que tenía papel raído sobre la parte superior donde había arrancado hojas, algunos bolígrafos, y una pila de libros de medicina. Ninguna carta. Se sentía como si estuviese violando su privacidad al abrir los cajones, pero no había tiempo para arrepentirse. Tampoco había una carta.

Need you (Clexa AU Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora