Clarke
Lexa se me adelantó tan rápido. Que me tomó unos segundos darme cuenta de la razón. Debí haber estado mirando al lago al momento en que pasó.
Mi corazón se desplomó a mi estómago mientras corría a alcanzarlos.
Aden se encontraba en el suelo, con su brazo raspado y sangrando. Pero no lloraba. Mi hijo rara vez lloraba, por lo cual me sentía agradecida, porque verlo en cualquier clase de dolor me mataba.
Temblando, yo era la que lloraba mientras sin saber qué hacer miraba a Lexa cargar a mi hijo en la seguridad de sus brazos, con cuidado inspeccionando cada centímetro de él y haciendo muchas preguntas.
—¿Qué te duele?
—Mi brazo y rodilla.
—¿No te golpeaste la cabeza, verdad?
—No.
Gracias a Dios.
Gracias, Dios.
—Aden, debes poner más cuidado —dije.
Lexa fue rápida en corregirme.
—No fue su culpa. No existía nada que pudiera hacer. Esos pájaros gigantes saltaron justo frente a él. Vi cómo pasó. No habría podido evitarse.
—¿Puedes caminar? —pregunté.
Lexa con cuidado lo bajó. Incluso aunque parecía muy lastimado, Aden movió sus piernas y asintió indicando que estaba bien para caminar.
Lexa entonces se arrodilló y lo abrazó con fuerza. El mismo alivio que sentía estaba escrito en todo el rostro de Lexa.
Levanté la bicicleta del suelo y empecé a arrastrarla.
Caminando dos pasos detrás de ellos, observé mientras Aden tomaba la mano de Lexa. Ni siquiera dudó para hacerlo, y Lexa la tomó sin ningún esfuerzo, como si fuera natural. Yo simplemente seguí observando la pequeña mano de Aden en la grande de Lexa.
¿Cuándo pasó esto?
Sabía que Lexa se había vuelto cercana con mi hijo, pero nunca asimilé bien que, si estaba tratando de evitarlo o no; un serio apego ya se había desarrollado.
Por primera vez, caí en cuenta. Que Lexa decidiera no tomar el trabajo de Leed; no era solo por mí. También quería estar aquí para Aden. Ella quería esto. Nos quería a nosotros.
Estuve tan preocupada por mis propios miedos, que no había abierto mis ojos a lo que de verdad sucedía a mí alrededor.
Terminamos pronto nuestra salida y fuimos directamente a casa después de una rápida parada por la limonada granizada de Del; de todos modos se hallaba justo en el camino de regreso.
Cuando llegamos a casa, Lexa se encargó de las heridas de Aden y confirmó que no necesitaba puntos; iba a estar bien. Era de ayuda tener una doctora cerca en momentos como estos. Probablemente habría estado cuestionándome todo y lo habría llevado a la Sala de Urgencias solo para que otra opinión confirmara que no tenía heridas ocultas.
Una vez que Aden estuvo limpio, los tres fuimos a la cocina.
Lexa enlazó sus manos en un aplauso.
—¿Qué tal si voy a la tienda y compro cosas para hacer tacos esta noche? —Sabía que era la comida favorita de Aden.
Mi hijo se animó.
—¿Puedes comprar las tortillas de Doritos?
—Si es lo que quieres, claro. —Sonrío Lexa. La siguiente pregunta de Aden cambió el humor rápido. —¿Vas a volver a casa de tu amiga después de la cena?
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Need you (Clexa AU Gip)
FanfictionQuerida Clarke: Estoy escribiendo esta carta porque es muy improbable que alguna vez consiga el coraje para decirte esto a la cara. Asi que, aqui va. No estamos hechas la una para la otra. Eres la madre soltera perfecta con la cabeza bien puesta sob...