CRYING LIKE A LITTLE GIRL
Al llegar de los Juegos del Hambre Aemma se negaba a mudarse, su hermano y padre habían venido a recogerla a la estación, estaba todo el Distrito incluido los vencedores de otros años, con los que se suponía que Aemma se debía mudar.
Abrazo a Deian como si fuera uno de los últimos, ambos creían que ella no volvería a casa, esa tarde hablaron mucho, pero apenas compartió unas miradas con su padre que lo único que le había brindado al llegar era una sonrisa orgullosa, esa cosa llamada sonrisa había desaparecido del rostro de su padre desde la muerte de su madre, Aemma se derrumbó al verlo.
Finnick entró en la cocina, alejando a Aemma de sus pensamientos, entró con su chulería típica en su caminar y llevó un dedo a la masa de galletas de la chica, lo llevó a su boca provando para volver a intentar tomar otro poco, pero recibió un manotazo de la chica.
-En tu dedo hay saliva, no quiero que mis galletas sepan a eso. Y no comas más.-dijo esta apartando al chico para seguir removiendo, este gruño para acercarse a los armarios y brindarle chispas de chocolate a la morena.
-Sabes, si tienes la regla puedes pedir chocolate, no hace falta que seas mala conmigo.-hablo como si lo hubieran regañado, como un gatito herido podía decir la morena, al oír eso mostró un rostro de ofendida, agarró el cuchillo de la encimera colocándose detrás del chico, posando el cuchillo cerca de su yugular.
-Eres muy pesado y poco humorístico, tienes que cambiar tu manera de coquetear o rebanare esas manos.-exclamó para apartarse y dejar el cuchillo en la encimera, llevando la masa al horno.
-Oh vamos cariño, se que te encanta que te moleste-dijo este con su típica sonrisa, acercándose a esta, ella mostró una mueca de asco alejándolo-Ya te gustaría-mencionó esta para caminar hacia el sofa.
Miranda entró por la puerta asomándose en el marcó, le dio una rápida mirada al chico para abrazar a la morena, preguntándole con los ojos si estaba bien, a lo que ella asintió.
-¿Cuando es el tour del vencedor?-pregunto la morena, no quería volver a ser el centro de atención, no quería ver las caras en una pantalla de las personas que habían fallecido o ella había asesinado.
-En un par de horas, linda-dijo Miranda para posar un beso en su frente y acercarse hacia la habitación de Mags, donde la mencionada debería estar durmiendo o pintando.
Aemma dio una mueca disgustada, Finnick se acerco a esta colocándose de cuclillas ante ella-Si quieres Mags y yo podemos ir contigo...-dijo de una forma amable, y el chico solo actuaba así cuando estaba triste o seguía algo insinuante, Aemma optó por la segunda y tuvo razón-Solo tienes que pedirlo.-Finalizó con una sonrisa satisfecha, Aemma le lanzó una mirada de rabia.
-Se que Mags vendrá sin que se lo pida.-volvió a hablar la chica correspondiendo la sonrisa satisfecha.
-¿No quieres que vaya yo? Me abandonas?-dijo este de forma herida, llevando la mano a su pecho.
-Si quieres venir, ven, no te voy a pedir nada chico.-dijo esta finalmente para levantarse y caminar hacia su habitación, mientras Finnick rodaba la mirada y caminaba a ocuparse de la masa de galletas abandonada por la chica.
(...)
Aemma había sido reclamada en su antigua casa, utilizo esa excusa para visitar a Deian y su padre, al llegar, en una de las salas del fondo, pudo encontrar a su mayor pesadilla.
Mientras el hablaba trataba de no subirse encima del escritorio y apuñalarlo con sus propias manos, o el boli con el que jugaba en la mesa, el presidente Snow le insinuó que algunas personas le deseaban, Aemma parecía confundida y rabiosa, se negó varias veces, hasta que este amenazó con tocar a Deian.
Aemma tuvo que aceptar con lágrimas en sus ojos, en el poco tiempo que había estado en la oficina había sentido que la sala se hacía más pequeñas, las paredes consumían el espacio y el oxígeno se acababa, se sentía apunto de estallar.
Al salir le dio un beso a Deian en la frente, le hizo prometer que se cuidaría y no haría nada estupido, camino hacia la villa de los vencedores, en concreto hacia la casa donde ella, finnick, mags y Miranda vivían.
Al entrar camino rápidamente hacia su habitación, Finnick en el sofa pudo ver el nerviosismo de la chica y camino deprisa detrás de ella, Aemma cerró la puerta antes de que este pudiera entrar, pero tras insistir el chico pudo entrar en la habitación.
Aemma estaba sentada en la cama, se abrazaba a si misma y mantenía la mirada perdida en un racon de la habitación, Finnick se acerco hacia ella con cautela, sabía que en estos momentos debía ser cuidadoso con ella.
Aemma se sorprendía muchas veces con el chico, su personalidad corriente era la del humorístico coqueto sonriente, pero cuando estaban en la playa por la madrugada parecía sereno o invadido por sus pensamientos y las veces en las que se acompañaban ambos en las noches de insomnio la trataba con mucho tacto, hablaba sobre sus propias experiencias y podías notar el dolor y tristeza en su voz.
-No se que te haya pasado, pero sabes que siempre puedes contarme todo lo que te pase y estaré aquí para escucharte sin juzgarte...-hablo el chico tomando asiento cerca de ella, pero unos metros alejado para no invadir su espacio personal.
-Snow me va a vender como una prostituta solo porque al capitolio le parezco apetecible y deseada.-dijo rápidamente con asco y rabia en su voz, unas ganas gigantescas de vomitar la envolvieron.
La mirada de Finnick se encontraba relajada pero al escuchar las palabras de la chica se alarmó, abrió ambos ojos como platos mirando horrorizado, una de las noches de insomnio le había mencionado a la chica que el capitolio lo utilizaba de esa manera y que esperaba que no pasara lo mismo con ella.
Finnick rompió la distancia entre ambos, apartando las piernas de la chica para envolverla entre sus brazo y dejar caricias en su cabello, Aemma al sentir el tacto del chico rompió en llanto, no lloraba desde que vino de los Juegos del Hambre pero con Finnick se sentía segura, sentía que podía llorar agusto.
Confiaba en Finnick y eso no le gustaba, la última vez que confío en alguien apareció con un cuchillo en su espalda y ella tuvo que asesinarlo.
Aún así Aemma permaneció en los brazos del chico, mientras este acariciaba los cabellos de esta, la fuerza en sus brazos se relajaba pero cada vez que los sollozos de la chica se hacían más fuertes este se negaba a dejarla ir.
Y es que en las pocas semanas que ambos habían compartido se habían llegado a agarrar cariño, Aemma nunca lo admitiría pero el chico lo había mencionado muchas veces, las noches de insomnio compartidas, clases de surf, observarla mientras cocinaba junto a Miranda o pintaba junto a Mags, las dos veces que le había tenido que arrastrar desde el agua hasta la orilla porque se había mantenido demasiado tiempo debajo del agua...
Finnick era el único que sabía sobre su obsesión con el mar para ver a su madre, varias veces la había tenido que obligar para que saliera de esas aguas, pero cuando este entraba en el mar observandola tan serena en el fondo, tan tranquila y sonriente, algo le impedía alejarla de su felicidad.
PARTE DOS DEL MARATÓN
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I AM CAOS |² hg saga con Finnick Odair
FanficAemma Williams a conseguido salir viva de los Juegos del Hambre, pero no ilesa. Al volver a casa todo seguirá igual o los juegos le perseguirán hasta su viejo hogar? Contará con la compañía de Miranda y un antiguo vencedor que le hará sentirse espec...