03

662 79 14
                                    

—A veces lo único que me anima a venir al colegio, es el pensamiento de poder verte —habló Kanao, mirando muy seriamente a Tanjiro-san.

Tanjiro-san, quien hacía unos apuntes de la clase de arte en que se encontraban, deja de escribir y la mira. La mira muy fijamente.

Ella suelta una risita juguetona.

—En el manga que estoy leyendo el protagonista se lo dice a la heroína. ¿No suena muy bonito?

La respuesta de Tanjiro no fue muy lejana a la que ella imaginó: Asintió, miró hacia los apuntes y siguió sin que sus comentarios le molestaran.

Un mes había pasado desde la acción tan vergonzosa que le prometió al chico, iba a olvidar.

Y obviamente no lo había hecho.

Kanao dio su mejor esfuerzo para parecer nada interesada en una relación, todo por ser una muy buena amiga con él; mas el tiempo iba alterando aún más sus ya erráticos pensamientos y el limbo existencial del que se salvó apenas, volvía a perseguirla.

Esos extraños pensamientos que desde el inicio el pelirrojo había causado, tales como ganas de verlo un poco más, ganas de acercársele un poco más, ganas de que la mire un poco más... ese tipo de pensamientos, que en su momento descartó como ganas de hacerse su amiga, volvieron luego de un mes de intentar evadirlos.

Y lo hicieron con violencia.

«Oye ¿crees que podría gustarme Tanjiro-kun?» le había preguntado Tokie-chan la última vez que fue a su casa.

Entonces cayó en cuenta de que la mera mención de su nombre en boca de Tokie-chan le causó gran molestia. Como lo había hecho desde el inicio.

Su respuesta había sido corta y directa «No». Mas aun entonces le seguía molestando algo.

Los sentimientos que había intentado suprimir, esos que habían explotado para dar paso al beso de hace tiempo, seguían perturbando su corazón.

Pero a ello se le sumaba uno que no dejaba de molestarla:

¿Lo estaré molestando demasiado? —pensó ella, mirando disimuladamente la expresión que él había puesto luego de que ella no lo estuviera mirando.

Parecía cansado, casi agotado o como molesto. No era la mejor descifrando expresiones, pero algo de esas emociones tenía él en la suya.

Se había estado dejando llevar, haciendo lo que creía haría una buena amiga para él. Pero ¿y si en su torpeza social había hecho cosas que lo incomodaran? ¿Y si almorzar siempre con él era algo que no quería?

Él tal vez querría juntarse con otros chicos como Agatsuma-san o Hashibira-san. Quizás quería rodearse con más personas además de alguien que no sabía si era molesta o no, como ella. Alguien como Tokie-chan, que siempre sabía lo que debía decir podría ser el tipo de persona con la que él disfrutaba pasar el tiempo.

Ella no sabía qué hacer o qué pensar.

¿Y si esos sentimientos volvían a explotar por estar tanto con él? ¿Y si él quería algo de espacio porque lo sofocaba todos los días? Esas preguntas rondaban normalmente en su cabeza, pero evitaba darles mucha relevancia, ya que al final Tanjiro-san siempre seguía a su lado, aunque fuera tan molesta como podría serlo.

Continuó viéndolo disimuladamente hasta finalizar la clase.

Cuando todos abandonaron el salón, ella se quedó a ayudar al pelirrojo a ordenar todo. Él tenía esa costumbre y ella desde que quiso ser una buena amiga se quedaba con él a ayudarle.

Luego de guardar los caballetes y barrer, se acerca a él y se para al frente, sin decir nada.

—¿Tsuyuri-san? —preguntó él, queriendo saber qué hacía.

Pero Kanao decidió poner a prueba su paciencia.

Se acercó, juntando las puntas de sus pies y se quedó mirándolo fijamente.

—¿... pasa algo?

—Si te molesto, aléjame.

Él no se movió, siguió observándola.

Se acercó un poquito más a él, pero al sentir su aliento se estremeció y dio un paso atrás.

—¿Pasa algo? ¿Te sientes bien? —preguntó con preocupación.

Ella asintió y levantó su mano derecha, sacudiéndola en el aire con un ademán de "no hay problema".

—Solo... quiero decirte que... si en algún momento te molesto, puedes alejarme. En cualquier momento.

Sin decir más, se dio la vuelta y se alejó.

Ella debería aprender a tratar con las persona.

O esos sentimientos se la comerían viva.

No debería querer besar a un amigo —pensó—. No debería.

Por favor despierta, Tsuyuri-san - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora