¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En diferentes partes del mundo pasan diversos acontecimientos que de alguna u otra manera dejan una marca en las personas, sea mala o buena.
—A todas las unidades, se han reportado detonaciones de armas dentro de las instalaciones de la escuela privada. En el lugar se llevaba a cabo un entrenamiento en conjunto con algunos estudiantes de la preparatoria de Granville...
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve...
Diez...
Las detonaciones de armas fueron más de treinta y hubo más de veinte personas muertas ese día.
𝑁𝑢𝑒𝑣𝑒...
𝐷𝑖𝑒𝑧...
El tirador ingresó a los terrenos de la escuela llevando consigo diferentes armas dentro de un bolso deportivo. Planeó el ataque desde dos semanas antes, sabía perfectamente que ese día se llevaría a cabo un encuentro amistoso entre las dos escuelas, razón por la cual eligió justamente esa fecha. Entró al campo de fútbol contando a las personas presentes, al equipo de fútbol, a las animadoras, los profesores y los sentados en las gradas que solo perdían el tiempo. Tomó la primera arma que tenía planeado usar, nadie se había percatado de su presencia como todos los días de su vida escolar, hasta que sonó el primer disparo.
Las porristas que estaban en la cima de la pirámide perdieron el equilibrio y cayeron apenas siendo atrapadas por sus compañeros. El arma fue disparada más veces, alertando a todos los que se encontraban dentro de la escuela. El tirador caminó decidido, apuntando está vez a los jugadores.
Uno. El primero fue de su propia escuela.
Dos. Se sentía molesto con el entrenador después de no admitirlo en el equipo y haberlo humillado frente a los demás, así que fue el siguiente.
Tres. Ahí estaba la chica que lo había rechazado tiempo atrás en el pasillo de la escuela.
Cuatro. No conocía a los de la otra escuela, pero disparó.
