El nuevo fichaje estrella del Manchester United ha llegado por fin, el defensa central top Lisandro Martínez consigue llegar al conjunto Red Devil con altas expectativas, y en compañía de su novia y hermana, pareciera que la vida le estuviera sonrie...
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Se dirigen a la casa de Mar luego del tremendo relajo que se había originado como protagonistas a Lisandro y los mellizos. Estaban debatiendo en quien iba ser el valiente que le diría a Mar de que el argentino conocía de la existencia de sus hijos cosa que provocaría que quizá la mexicana iba a estallar de furia.
Todos iban serios en el camino y cuando pararon justo enfrente de la casa de la morena, empezaron a rifarse en quien sería el desafortunado de darle las noticias a Mar, dando como resultado siendo Marcus el perdedor.
— Debió ser una de ustedes dos —replica con un tono asustado—. Ustedes son sus mejores amigas.
— Nosotras nos vamos a encargar de los niños para evitar cualquier sorpresa —explica Liz con un beso en la mejilla a su novio.
Finalmente entran a la casa encontrando a Mar leyendo un libro en la sala. Alza la mirada al ver a los recién llegados entrar a la sala. Se incorpora del sofá con una sonrisa al encontrarse con sus hijos—. Mis niños! —abraza a sus mellizos dándoles un corto beso a ambos en la parte superior de sus cabezas— cómo les fue? —pregunta.
— Fue genial!! Pese a que los del United perdieron —relata Myrcella.
— Mami! No vas a creer a quien vi! —decía entusiasmado Rhaegar.
Inmediatamente los amigos de Mar intentan callar al niño para evitar arruinar la noticia. La morena lanza una mirada extraña a todos en busca de respuestas— todo bien? —pregunta dudosa.
Vianey ríe nerviosa— si... uhh... Marcus te quiere decir algo... —acerca a Marcus empujándolo para que ella quede escondida en caso de que Mar le hiciera algo.
— Qué sucede? —su tono de voz ya era insistente.
Marcus lanza miradas a los demás decepcionando para luego dirigirse con Mar— siento ser yo quien tenga que decirte estas cosas, Mar. Pero Lisandro se ha enterado de la existencia de los mellizos...
— QUÉ?! —estalla furiosa hacia Marcus quien toma unos pasos atrás por precaución. Consigue nivelar su respiración para evitar rezongar frente a sus hijos— niños, vayan a su cuarto ahora —ordena enseguida y sus hijos abandonan la sala—. Muy bien. Ahora, expliquen todo lo que sucedió— pide tomando respiros profundos.
Liz es quien relata lo acontecido de todo a todo un poco asustada por el rostro horrorizado que Mar le daba—. Amiga, en cualquier momento Lisandro se iba a enterar.
— No! Yo tenía todo planeado para nunca encontrarme con él! No es justo! AGH! —toma asiento cubriendo su rostro con sus manos reflejando desesperación—. Es increíble la mala suerte que tengo...
Scott es quien busca apoyar a su amiga— yo no llamaría esto mala suerte —inicia—. Ve esto como una nueva oportunidad para los mellizos de por fin conocer a su papá. Tú misma has dicho que se la pasan preguntando por él y ahora este es el momento adecuando para que convivan con el argentino.
— No...! Yo... ellos no están listos —sigue negando.
— Cariño, quien no está lista eres tú —desvela Vian —deja de arrebatarles la esperanza de convivir con su padre y concédeles lo que tanto te han pedido. Hazlo por ellos —incita con delicadeza.
— Lo necesitan, Mar. Aunque sea una vez —apoya Liz.
— Te puedo asegurar que Lisandro es un buen tipo. Cuidará de ellos como si su vida dependiera de ello —anima Marcus.
— Y si ese Martínez resulta un fiasco, yo misma me encargo de matarlo —ofrece Vian.
— Apoyamos esa idea —afirma Scott rodeando la cintura de su querida.
Mar seguía buscando qué hacer—. Recuerda, hazlo por Rhaegar y Myrcella —dice Liz.
— De acuerdo. Tienen razón. No puedo seguir ocultando mi cobardía y orgullo afectando a mis hijos. Tanto ellos como Lisandro merecen conocerse —llega a concluir—. Me veré con Lisandro.
Celebran en corto aliviados de poder convencer a Mar de esto, por lo que al día siguiente después de dejar a los niños en la guardería, se encamina a su trabajo con la esperanza de que Tina ya hubiera llegado. La argentina llega a los pocos minutos después nerviosa por la situación de ayer.
Una vez que ambas cruzan miradas, los nervios de la castaña la invaden a tal punto de que sus piernas tiemblan. Se sentía culpable al romper la promesa que le había hecho a su única y nueva amiga que tenía en esta ciudad de Manchester.
La mexicana se dirige rápidamente hacia la argentina quien comenzaba a sentirse asustada al pensar que llegaría a quejarse con ella—. Mira, Mar. Yo creo que a estas alturas ya sabes que Licha se ha enterado. Quiero decirte que no fue mi intensión romper nuestra promesa... —comenzaba a disculparse con rapidez.
—Quiero que le digas a tu hermano que si nos podemos ver— interrumpe la morena.
Tina se asombra al escuchar lo que le había dicho al no esperar esa reacción por parte de Mar— Cómo? —intenta corroborar lo defiendo hablado.
Se le escapa una pequeña sonrisa por el gesto confuso de Martina—. No debí ponerte en este tipo de situación, sabes? No me imagino la incomodidad de ocultarle a tu hermano este tipo de secreto —dice disculpándose—. Te pido perdón por obligarte a hacer esto cuando siempre fue mi responsabilidad.
— Si te soy sincera, lo hice porque eres mi única y primera amiga que logré hacer cuando llegué a Inglaterra. No quería decepcionarte y perderte.
—Me halagas, Tina. Y me siento agradecida por tenerte como amiga. —Confiesa Mar para hacerla sentir mejor— gracias por tu apoyo.
—De nada, Mar. Y sí, yo le digo a Lisandro que lo quieres ver.