05- A L E X , la atrevida

324 45 18
                                    

05

Alex, la atrevida

Asegúrate de conocer las reglas del juego antes de participar.

Asegúrate de conocer a tu oponente antes de creerte ganador.

Terminé de cerrar el disfraz de Andy aguantando una  sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Terminé de cerrar el disfraz de Andy aguantando una sonrisa. El señor Taylor había decidido disfrazarlo de oveja y honestamente lucía como la cosa más adorable que había visto jamás, todo esponjoso, con un rabito de algodón y orejas de felpa.

—Sólo nos falta tu cara —dije, rebuscando en mi mochila hasta encontrar mi delineador negro—. Cierra los ojos.

Andy obedeció, cerrando los ojos y estirando los labios como si fuese a darme un beso. Comencé a pintar la punta de su nariz hasta que quedó completamente negra. Con eso era suficiente.

—¡Ya está! A tu abuela le encantará el disfraz.

Lo ayudé a bajar de la silla y él corrió a mirarse al espejo del pasillo, soltando un gritito de puro deleite al observarse. No pude evitarlo, esta vez reí, me encantaba verlo así de feliz.

—Anda, enséñale el disfraz a tu madre.

Andy corrió a la sala, donde la señora Taylor estaba, recostada en el sofá con su laptop en las piernas.

¡Mamá, mida! ¡Beeeeeeeee! —exclamó, como si fuese una verdadera oveja.

La señora Taylor lo observó y le sonrió. Fue tan raro verla teniendo un gesto cariñoso con Andy, que pensé que se trataba de una mueca antes de vomitar. Pero no. De verdad le sonrió.

—¡Beeeeeee!

—Te ves muy bien, Andy.

Él continuó saltando por la sala, pretendiendo ser una oveja, y yo me senté en el otro sofá vigilándolo y preguntándome a qué hora llegaría el señor Taylor. No me sentía cómoda a solas con la señora Taylor. Afortunadamente, no tardó mucho. La puerta principal se abrió y él apareció, luciendo cansado pero feliz de estar de vuelta en casa.

—¿Te vas al bar? —me preguntó él, abrazando a Andy y viéndome recoger mi mochila desde el rincón más apartado de la sala donde la señora Taylor la había dejado.

—Sí, hoy por ser Halloween entraré una hora antes.

—Espérame y te pasamos a dejar. Está camino a la casa de mi madre.

—Ando en bicicleta —le recordé.

—Creí que Justin...

—No, todavía vive. Mi vehículo agoniza, pero vive.

Él sonrió.

—Entonces ten... —dejó a Andy en el suelo y abrió su maletín, rebuscando hasta que sacó una carpeta—. Es toda la información de tu nueva cuenta bancaria. Adentro hay un sobre donde está la tarjeta, que ya está activada. Puedes cambiar la clave en cualquier cajero automático.

Miradas de acero © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora