CAPÍTULO ESPECIAL
Phoebe creía en el amor.
En el romance.
En el "vivieron felices por siempre".
Pero en los libros.
Le encantaba leer historias felices, aunque los finales fuesen trillados y no salieran de lo común, le gustaban. ¿Historias tristes? Nah, para eso tenía su propia vida.
La lectura, para ella, era escape. Entre las páginas encontraba lugares seguros en los que nadie la veía. Nadie la juzgaba.
Quizás por eso ella y Alex eran tan buenas amigas. No tenían nada en común... además de la fascinación por los libros.
Y hablando de finales felices...
No.
La vida real no era así.
No para ella.
No para las feas como ella.
En la vida real no llegaba un chico increíble a enamorarse de tí sólo por tu buen corazón.
Y Phoebe lo entendía.
No lo aceptaba, obvio.
Pero lo entendía.
Se ponía en el lugar de cada chico que pasaba por su lado y no le dedicaba una segunda mirada.
Ella no valía la pena.
Pero a pesar de todo eso, se daba el tiempo y el atrevimiento de suspirar por su jefe... en secreto.
Bueno... el señor Romano no era exactamente su jefe. Era el dueño del bar, por lo tanto, venía siendo el jefe del jefe del jefe del... Ustedes entienden.
El señor Romano era alto, moreno y atlético, con ojos almendrados y sonrisa preciosa. Pero, ¿lo mejor de todo? Sabía el nombre de Phoebe. ¡¡Sabía su nombre!!
Era una persona alegre, atenta.
Hasta que un día dejó de serlo.
Dejó de pasar a saludar a las cocinas antes de encerrarse en su oficina.
Dejó de sonreír tan a menudo.
Y nadie pareció darse cuenta... excepto Phoebe.
Él comenzó a llegar al bar antes que nadie.
Se marchaba cuando ya todos se habían ido... o incluso se quedaba hasta más tarde.
Apenas salía de su oficina.
Preocupada, Phoebe pasó a verlo una noche.
Le tembló la mano cuando tocó a su puerta. No quería molestarlo ni incomodarlo... sólo saludar. Preguntar si podía hacer algo por él.
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Miradas de acero © ✔️
Romance* HISTORIA COMPLETA * Alex no se queja. Está bien. Sabe que podría estar mejor, pero también peor. Así que se "conforma" con lo que tiene mientras lucha día a día para alcanzar sus sueños. Se divide en tres trabajos, y aun así se las arregla para de...