06
Alex, la que confió demás
Ella vivía a contrarreloj, hasta que...
5...
4...
3...
2...
1...
el tiempo se acabó.
La ciudad nocturna se extendía ante ellos con un abanico de luces eléctricas y artificiales. Su automóvil avanzaba por las calles casi sin hacer ruido, el motor hacía que las ruedas ronronearan contra el pavimento.
Se detuvieron en un semáforo en rojo.
Sue, la chica a su lado, aprovechó el momento para retocarse el labial por enésima vez, inclinándose para utilizar el espejo retrovisor del auto.
—Sujétate —advirtió Justin, pues las luces del semáforo estaban cambiando.
Ella le sonrió. Él sonrió también, y avanzaron.
—Me gusta como conduces —dijo ella. Tenía una voz suave, un acento norteamericano educado y de buenas palabras—. Eres prudente.
La chica era un encanto.
—No siempre lo fui —admitió Justin—. Me gustaba mucho la velocidad. De hecho... aún me gusta. Pero tengo mucho más cuidado.
Desde que Helena nació, desde que la sostuvo en sus brazos sabiendo que ese ser inocente dependía de él... muchas cosas habían cambiado. Mucho de él evolucionó.
—¿Y por qué cambiaste? —Sue, inclinada hacia su asiento con esos ojos verdes brillando intensamente, lucía genuinamente interesada, como si de verdad le importara conocerlo.
Justin se encogió de hombros.
—Simplemente lo hice.
Lástima que el interés no fuese recíproco.
—Bueno, me alegra que lo hicieras. Así me siento más segura.
Ella se inclinó más y le besó la mejilla. El movimiento le permitió a Justin tener una perfecta vista de su escote, pero él continuó mirando en línea recta, intentando quitarse del cuerpo la sensación de otros labios rodeando su pulgar, de otra lengua en contacto con su piel, de otra mirada -una grisácea- desafiante que le comía la cabeza.
¿Cuál había sido el punto de salir aquella noche?
Llamar la atención de Alex.
¿Lo logró?
ESTÁS LEYENDO
Miradas de acero © ✔️
Romance* HISTORIA COMPLETA * Alex no se queja. Está bien. Sabe que podría estar mejor, pero también peor. Así que se "conforma" con lo que tiene mientras lucha día a día para alcanzar sus sueños. Se divide en tres trabajos, y aun así se las arregla para de...