18. Pesadillas encarnadas

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Soñé contigo y había zombies, ¿recuerdas cuando te decía esas palabras y reías con aprecio?
Ahora todo cambió, ya no estás aquí,
mis sueños son pesadillas, donde me atacas sin piedad.

Eres el zombie malvado, sediento de daño,
buscas desgarrar mi alma, causar sufrimiento en mis entrañas.
El miedo se apodera de mí, pero tú no te inmutas,
te has convertido en la villana, la encarnación de mis peores temores.

Mi sueño se mancha de tus malévolas intenciones,
eres un espectro retorcido que solo busca la destrucción.
Cada paso que das es un golpe a mi cordura,
has transformado mis ilusiones en un tormento sin cura.

Las risas y la alegría se han desvanecido,
ahora solo hay desolación y horror en cada rincón.
Eres la pesadilla que se arrastra en mis pensamientos,
mi mente se sumerge en una espiral de odio intenso.

Soñé contigo y había zombies, el resentimiento crece,
me consume el rencor hacia tu figura grotesca.
Anhelo el día en que desaparezcas de mis sueños,
liberándome de esta oscuridad, de tus acciones envenenadas.

Enfrentaré tus ataques con furia desmedida,
te desafiaré con el odio que brota de mis heridas.
No permitiré que sigas destrozando mi paz,
te enfrentaré, aunque sea en mis sueños más voraces.

Soñé contigo y había zombies, pero no te temo,
te aborrezco con cada fibra de mi ser.
Que mi repulsión te alcance hasta el último suspiro,
y que mis pesadillas sean el eco de tu final merecido.

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