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Mientras caminaba hacia mí camerino miré de reojo a Ben, parecía que venía detrás de nosotros.

-Tom, él nos está siguiendo- le susurré.

-Que más da, solo quiero estar un rato contigo- relamió su labio inferior mientras sonreía.

Rodé los ojos y me apresuré a llegar al camerino, después de todo tenía ganas de ver hasta donde era capaz de llegar Tom.

-Cuando necesitemos algo te llamamos- Tom abrió la puerta, entré tan rápido cómo pude. Él solo le sonrió a Ben y le cerró la puerta en la cara.

-No debes ser grosero, Tom- me senté sobre uno de los sillones.

-A él no le bastó con que tú lo rechazaras, ahora me voy a encargar de que le quede claro que no tiene ninguna oportunidad contigo- tiró su mochila al suelo, camino hasta el sillón y se sentó junto a mí.

-No entiendo cómo puede ser tan insistente- eché mi cabeza hacia atrás.

-No pensemos en eso- sonrió de lado- Ven, dame un beso.

-Todo lo que quieras - sonreí, me incliné hacia él para besarlo.

Era un beso tranquilo, al menos al principio. Rodeó mi cintura con sus brazos haciendo que mi cuerpo se pegara más al suyo, en cuestión de segundos estaba sentada sobre su regazo. La intensidad del beso cada vez aumentaba más, el sentir como tocaba cada parte de mi cuerpo con desesperación hacia que poco a poco fuera perdiendo la razón.

-Tom, hay gente afuera- puse mis manos contra su pecho separandome del beso.

-No hay nadie, todos salieron a almorzar- miró su reloj- tenemos un poco menos de dos horas.

-No lo sé...

-Mira por ti misma, si hay una sola persona ahí haré lo posible por controlarme- le miré dudosa, me levanté y caminé hacia la puerta, la entreabrí y observé rápidamente todo el lugar, no había nadie, o al menos eso parecía.

-No hay nadie- caminé hacia el sonriente.

-Ya ves- jugaba con su piercing como era de costumbre- Tenemos tiempo de sobra- se levantó y comenzó a caminar hacia mí.

Me besó, era un beso brusco que denotaba lujuria al que claramente correspondí inmediatamente. Sus manos recorrieron mi torso hasta llegar a mi cuello, una vez allí apretó de este levemente haciendo que una pequeña sonrisa se formara en mi cara. Bajó una de sus manos a mí cintura, en un movimiento rápido se encontraba jugando con el borde de mi camiseta.

-Quítala de una vez- supliqué intentando estabilizar mi respiración.

-Lo que tú pidas, linda- sonrió y por fin levantó mi camiseta quitándomela por completo en cuestión de segundos.

Sonrió al ver mi pecho casi desnudo, tomó mi mano y me llevó hasta el sillón más largo de la habitación.

-Recuestate- señaló el sillón.

Obedecí, me recosté sobre el sofá, el se inclinó hacia mí para besarme. pasó su mano por mi espalda, supe que su intención era quitar mi sostén por lo que arqueé mi espalda para que tuviera más acceso, lo desabrochó y se separó del beso para poder quitarlo por completo, estuvo varios segundos mirando mis pechos mientras sonreía y jugaba con su piercing.

-No vas a conseguir nada si solo te quedas mirando- mordí mi labio inferior a la vez que formaba una sonrisa.

-Deberias hacerles un retrato y dármelo cómo regalo de cumpleaños- río- amaría ponerlo frente a mi cama y verlo cada mañana al despertar.

-Sería un regalo bastante original... lo pensaré- dejé escapar una pequeña risa.

No me permitió volver a hablar, apretó uno de mis pechos con fuerza y llevó su boca hacia el otro, cerré mis ojos con fuerza al sentir aquella estimulación, quería sentirlo mucho más. bajé mis manos por su espalda hasta llegar al borde de su camiseta, en un movimiento rápido se la quité completamente. él desabrochó mi pantalón, jugaba con el elástico de mis bragas mientras me miraba esperando una respuesta.

Estuve a punto de responder, pero en su lugar lo besé, tomé su muñeca he hice que su mano entrara en mi ropa interior. Me sentía más agradecida que nunca con mi estilista por haber elegido los pantalones sumamente anchos que tenía puestos.

-Soy el único que puede lograr que te pongas así- sonrió, a su vez estaba estimulando mi clítoris- Eres mía, Megan- subió su mano libre hasta mi cuello, lo tomó con fuerza haciendo que mi cuerpo se elevara levemente para poder besarlo, aprovechó para hacer entrar uno de sus dedos.

Sus embestidas eran lentas pero fuertes, sin cuidado alguno hice que mi cuerpo cayera sobre el sofa nuevamente. Mis jadeos rápidamente se fueron convirtiendo en gemidos, el oírlo gruñir y suspirar hacía que me sintiera cada vez más excitada, amaba que él también hiciera ruido.
Puso su brazo alrededor de mi cintura haciendo que quedara semisentada, lo cual ayudó demasiado a qué pudiera controlar mejor mi respiración. Hice contacto visual con él, ambos sonreímos y justo en ese momento un dedo más entró, esta vez las embestidas eran mucho más rápidas. Estaba completamente perdida en el momento, era muy tarde para elegir parar por mí misma.

-Megan, quería mostrarte...- Ben abrió la puerta de par en par. Tom sacó su mano de mí pantalón y me abrazó haciéndome quedar de espaldas a la puerta, sostenía mi cuerpo con fuerza.

-Carajo ¿ni siquiera tocar una maldita puerta sabes?- sentí cómo su cuerpo se tensó.

-Los famosos normales no suelen tener sexo en los camerinos- Entró al cuarto cómo si fuera su propia casa.

-Quizas porque los asistentes normales suelen respetar la privacidad de los famosos- estiré mi brazo para tomar la camiseta de Tom que estaba tirada sobre uno de los apoyabrazos, me la puse tan rápido cómo pude y me dí la vuelta para ver a Ben.

-No vas a lograr nada haciendo estás mierdas- él ni siquiera pudo sostenerme la mirada- Lárgate de mi puto camerino.

-Megan es que de verdad no entiendo cómo puedes preferir a este tipo- señaló a Tom, la rabia en él era más que obvia teniendo en cuenta la expresión de su cara.

-No te debo ninguna explicación-Tom iba a responder pero no se lo permití- quiero ser grosera contigo, lárgate- señalé la puerta.

-Yo no me rindo fácil, oíste Kaulitz- Caminó hacia la puerta, no sin darle una mala mirada a Tom.

-Si tú prefieres vivir rogando, es tú problema- me abrazó por los hombros- Lárgate de una vez, aún falta para que empiece tu hora de trabajo.

.-.-.

Y es aquí donde empiezan a aparecer los spoilers de tiktok.

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𝘼𝘿𝘿𝙄𝘾𝙏𝙄𝙊𝙉𝙎 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora