𝘼𝘿𝘿𝙄𝘾𝙏𝙄𝙊𝙉𝙎 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻

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Salimos rápidamente del lugar, estábamos haciendo lo posible por que los paparazzis no nos vieran, no estoy segura de haberlo logrado. Subimos nuevamente a la camioneta, esta vez solo íbamos Tom y yo. Me sentía sumamente ansiosa, el no saber exactamente qué era lo que el quería hacer me generaba mucha curiosidad.

Estabamos saliendo de la cuidad, cada vez me sentía más nerviosa, mi mente no paraba de crear diferentes escenarios ficticios sobre lo que podría ser del resto de la noche.

-Tom, dime qué es- incliné mi cabeza hacia atrás- Los nervios me están consumiendo.

-Linda, ya verás- comenzó a estacionar el auto- Sé que te va a encantar.

Tan pronto cómo terminó de estacionar el auto, bajó de el y se dirigió hacia mi puerta para abrirla y ayudarme a bajar.

-Dame tu mano- me miró con una hermosa sonrisa y me extendió su mano, yo solo suspiré y obedecí.

Comenzamos a caminar, pasamos junto a varias cabañas muy lindas. Estaba perdida analizando cada una de las casas por las que pasábamos hasta que sentí cómo Tom dejó de caminar y me tomó del brazo para ponerme frente a él.

-Quiero que sepas que te amo más que a cualquier otra persona en este mundo, Megan- suspiró- Estoy perdidamente enamorado de ti.

-Tom...- no encontraba las palabras correctas para responder; sin embargo, ya sabía hacia donde iba todo esto.

-Tranquila- besó mi mejilla- Preparé algo lindo para esta noche. Hice todo lo posible por tener aquí todo lo que te gusta.

Me dí la vuelta para ver el lugar, era una pequeña pero sumamente hermosa cabaña de madera, tenía un pequeño lago con muchas flores rodenadolo y algunas lámparas flotantes en el. La cabaña se veía muy fina y elegante, tenía pequeñas luces que decoraban las columnas. Me dirigí hacía la entrada, había una pequeña foto de nosotros cuando éramos más pequeños, la foto tenía un corazón dibujado en ella.
Todo el lugar en sí me generaba tranquilidad.

-He guardado esta foto por más de tres años- Su rostro se veía tan lleno de ilusión, solo quería besarlo.

-Tom, este es el lugar más lindo en el que he estado- miré todo mi alrededor.

-Ven, entremos- abrió la enorme puerta principal.

Me quedé estática observando el lugar, estaba todo tan minuciosamente decorado, había detalles rojos y plateados por todas partes, las luces eran tenues, en la mesa de la sala había una botella de vino, todo se veía tan sencillo pero tan elaborado a la vez.

-Voy a llorar- sentía un nudo en la garganta, Tom era la única persona que realmente se había esforzado por tenerme en su vida.

-Megan- estaba tras de mí, me dí la vuelta y lo ví sosteniendo un ramo de tulipanes, mis flores favoritas- Yo ya decidí que quiero tenerte en mi vida hasta que el destino me lo permita... quiero saber si tú deseas lo mismo

Mis ojos se cristalizaron, las palabras simplemente no salían de mi boca, él al notarlo volvió a hablar.

-Megan, ¿Quieres ser mi novia? - negó rápidamente con la cabeza- No, mejor,¿Puedo ser tu novio?- Su mirada se veía tan llena de emoción, era el reflejo más puro de amor.

-Si, Tom, claro que sí- sentí cómo una lágrima recorrió mi mejilla- Te amo, quiero estar a tu lado siempre, quiero que cumplamos nuestros sueños juntos- Tomé el ramo de flores en mis manos, era el detalle más lindo que alguna vez alguien me hubiera dado.

Era hermoso por fin sentirme amada, sentir que había alguien que me veía más allá de un cuerpo. Tom era la única persona que me conocía en todas mis facetas. Desde ya sabía que o terminaba casándome con el, o sería la ruptura más dolorosa que podría tener.

-Te amo- tomó mi rostro entre sus manos y me besó, era un beso suave, un beso que denotaba amor y tranquilidad.

-Y yo a ti- dejé el ramo sobre la mesa que estaba a mi lado- Gracias por permitirme conocerte- le dí un abrazo. No quería separarme de él nunca.

-Siempre has sido tú Megan, eres de las pocas personas a las que les he permitido lastimarme y la única que no lo ha hecho- se aferró a mí cintura con fuerza.

-Jamás haría algo que pudiera lastimarte- solté el abrazo- Estaré contigo y para ti hasta que tú me lo permitas- tomé sus manos entre las mías.

-Ven- besó mi mejilla y comenzó a caminar hacia la sala y nos sentamos sobre uno de los sillones. Aún no podía creer que estaba en un lugar tan hermoso- Disculpame si tardé mucho en hacer esto, quería asegurarme de que todo fuera perfecto para ti.

-Todo lo que venga de ti siempre será perfecto para mí- recosté mi cabeza sobre su hombro- Tú eres perfecto para mí.

-Dios, eres tan hermosa- giró su cuerpo para poder abrazarme de nuevo- llevo semanas imaginando este momento.

-Tom, esto es todo lo que yo siempre soñé. Eres el único que me ha demostrado lo que es el amor.

-Muchas veces te dije que merecías mucho más de lo que cualquier idiota pudiera ofrecerte- volvió a tomar mi rostro entre sus manos, esta vez para hacer que nuestras miradas se juntaran- Te ví sufrir y voy a encargarme de ayudarte a sanar, quiero verte cumpliendo todas tus metas, quiero estar a tu lado cada vez que triunfes.

-Lo haremos juntos- dejé un pequeño beso sobre sus labios- Voy a cumplir cada una de las promesas que te he hecho.

No respondió nada más, acercó su rostro al mío para besarme, la intensidad del beso poco a poco iba siendo mayor; sin embargo, no denotaba lujuria, era algo que se sentía mucho más sincero, tranquilo y lleno de amor.

-Vamos al cuarto, falta lo que creo que será lo mejor para ambos- se levantó del sillón.

-¿y el vino?- señalé la botella.

-Si prefieres quedarte a beber...- se encogió de hombros.

Me levanté del sillón- Quiero que me lleves a ese cuarto y me demuestres que soy tuya- sonreí mientras mordía mi labio inferior, él pareció sorprenderse ante mi respuesta pero de todas formas Correspondió a mí sonrisa a la vez que jugaba con su piercing.

.-.-.

Por fin es oficial la relación.

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