8: Golpe

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Desde que Jimin y Jungkook decidieron llevarse por la paz, descubrieron lo infinitamente fácil que era vivir en conjunto y Namjoon había alcanzado la cima de felicidad cuando empezó a recibir las pruebas. Lo que al principio fueron fotos de sonrisas incómodas como dos incómodos gay en su incómoda primera salida fuera del closet fueron evolucionando hasta toda clase de videos mostrandole lo bien que se estaban llevando al hacer cosas cotidianas. Volvieron a la departamento que compartían los tres e incluso se pusieron de acuerdo para hacerle todo una escena de celos a Namjoon por una vez que salió con uno de sus compañeros a beber.

Namjoon hizo una nota mental de reírse en la cara de SeokJin, su hermano siempre decía que dejara de forzar a los casos perdidos y que no podría mantenerlos unidos ni con pega loca pero el siempre supo que estaba equivocado porque ellos no eran un caso perdido, solo un caso especial. Un amable nerd de plantas, literatura y comunidades humanas, una pequeña hada que probablemente cometía crímenes y una competitiva bola de energía cuya actividad favorita era brincar. Namjoon les llamaba caso especial.

Dicho caso especial logro sobrevivir –entre pequeños y no tan pequeños dramas– a los tres meses de Namjoon fuera del país. 

Antes de volver, Namjoon les mostró todos los souvenir que había comprado para llevarles y les envío una última foto cuando iba en camino al aeropuerto. Jungkook volvió a llorar impacientemente y Jimin se burló despeinandolo el cabello y asegurandole que faltaban menos de un día para tenerlo de vuelta.

Jimin se callo de nuevo ese inquietante sentimiento que tuvo desde que Namjoon salió de Seúl, un extraño vacío que esperaba desapareciera en pocas horas.

Cuando se levantó temprano esa mañana no fue una sorpresa encontrarse con Namjoon en su chat grupal diciéndoles las cosas más hermosas que haya dicho cualquiera jamás.

Soy la persona más feliz del mundo ya que pude verlos sonreír feliz con el otro

Mi existencia es muy pequeña pero estoy agradecido de haber sido tan amado y haber amado tanto

Son las estrellas de mi vida por siempre.

Namjoon era así de espontáneo todo el tiempo por lo que no le pareció anormal en absoluto. Se decidió a dejar el mensaje tal cual, no tenía sentido responder cuando Namjoon estaba en un vuelo regreso a ellos y lo primero que haría al despegar sería verlos, en unas horas.

Sonrió de nuevo releyéndolo antes de apartar el teléfono.

Jimin encendió la TV y escucho distraidamente como reportaban un accidente aéreo que le puso los pelos de punta. Estaba apunto de cambiar el canal cuando...

...El vuelo SAR 120113 que se dirigía desde la capital de Países Bajos hasta Incheon..

120113

Apago la TV de golpe, sin querer creer lo que había escuchado; no podía digerirlo porque la noticia estaba atorada en su garganta, en el nudo que empezaba a quitarle la respiración, y el naciente e insoportable dolor en el pecho.

No podía creer nada que no había visto con sus propios ojos, a Namjoon lo había visto la noche anterior, jugando con las mangas de su suéter por el frío de Europa, mirándolos con adoración y diciéndoles cuanto los amaba.

Namjoon prometió que volvería. El estaría ahí. Namjoon no rompía sus promesas.

Jimin se levantó con decisión de la cama y se dirigió a la habitación de al lado. Supuso que Jungkook ya se había enterado de la misma información que él cuando entró y vio sus ojos enrojecidos junto con la forman en la que miraba al teléfono, cubriéndose la boca con impresión.

Ambos estaban al tanto de lo que parecía sacado de una película de terror.

Apenas Jungkook vio a Jimin entrar, espabilo y lo miró con esos ojos negros suplicantes.

—Dime que no es cierto, que no era su vuelo ¿Y si nos confundimos de número? —Pidió al mayor, apretando sus puños y con el corazón latiendo fuertemente en sus oídos.

Jimin bajó el rostro sin poder enfrentar esa mirada.

—Era el vuelo que tomaría —Dijo en un susurró apenas audible

—No, Namjoon hyung no... él no —Repetía el menor, entrando en un repentino pánico que Jimin supo reconocer al ver sus ojos llenarse de lágrimas mientras hiperventilaba. El rubio se acercó a él con rapidez y le quito el teléfono para hacer que lo mire a él en su lugar.

—Escucha, no llores, Jungkook, no llores —Pidió con calma, una que fingía tener. El menor contuvo la respiración —Yo tampoco estoy seguro. Iremos al aeropuerto por respuestas, vístete ahora.

Al igual que Jimin, Jungkook asintió con las esperanzas puestas aún tan altas...

[...]

No habían hablado demasiado... en realidad, no habían hablado en absoluto, porque cualquier cosa mal dicha podría ser fatal, como un paso mal dado sobre una capa de hielo fino. A punto de romperse.

Jungkook sabía que ante la mínima tensión, Jimin se cerraba y envolvía en sí mismo como un armadillo. Lo único que podía hacer era pasar una mano por su espalda de vez en cuando, acariciar sus hombros si pasaba por su lado, cualquier cosa que lo saque de su mente, incluso le robo besos múltiples veces, Jimin lo golpeaba en las costillas pero sabía que por un segundo, no estaba pensando en el vuelo 120113.

A Jimin le preocupaba que Jungkook estuviese yendo demasiado lejos con su negación, pero sí eso servía para evitar un ataque de pánico, entonces adelante, él no iba a detenerlo. Namjoon intentó explicarle un par de veces que hacer en caso de que eso pasase, pero Jimin siempre se negó "No necesito saber eso, solo tengo que llamarte y llegaras en menos de un segundo" Gran error.

Para el colmo, debía preocuparse de sus propias maneras de lidiar con el estrés y para su suerte, era el terrible escozor que rodeaba ambas muñecas.

—¿Como está eso? —Preguntó Jungkook saliendo de su habitación y apagando cada luz a su paso.

Jimin se irguió y miró con desgana la piel maltratada por sus uñas. —No molesta casi nada —Jungkook asintió, creyéndole —¿Tienes las llaves? —Preguntó, intentando hacer más tiempo.

Jimin no quería ir. Jimin anticipaba lo que venía y no estaba listo para confirmarlo ¿Cuál era el punto de saberlo si no puedes cambiarlo? Tal vez podría vivir pensando que está bien en alguna parte del mundo...

—Tengo todo ¿Nos podemos ir ya? —Insistió el menor sin dejar de moverse por la sala con ansiedad, con esos ojos de cordero todavía tan brillantes, con la esperanza que en él ya escaseaba. Jimin asintió con resignación.

—Claro...

—Jimin

—¿Si? —Giró sobre sus pies para encararlo, recibiendo un sorpresivo abrazo del menor.

Nunca lo había abrazado tan... de la nada. En realidad, nunca recuerda alguna vez en la que el menor lo abrazara porque le nació, nunca lo había hecho de esa forma, como si le importara tanto, como si quisiera protegerlo, justo como Namjoon.

—No tengas miedo

Jungkook ahora lo estaba calmando como si el tuviese la verdad absoluta, y Jimin quiso desarmarse ahí mismo pero se contuvo, y volvió a asentir con una triste mueca.

—Claro, beb- mocoso. Estoy bien, ya, apúrate

(In)Completo [namminkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora