Tn, una simple chica de ________
cansada de su monótona vida, emprende un viaje a Corea junto a sus amigas en búsqueda de nuevos aires, vivir nuevas experiencias y encontrarse consigo misma. No planeaban quedarse más de quince días, pero el destin...
-Hola cariño ya estamos listas- dijo Ashley al teléfono. -Cariño?- preguntó asombrada Nina mientras me veía con grandes ojos y labios fruncidos evitando reír. -Shh! Calla- le reproché divertida en voz baja.
-Ok, ya bajamos entonces, Besos. Las dos esperamos impacientes que Ashley cortara la llamada con Nam, para echarnos a reír y comenzar a burlarnos amistosamente del evidente romance de nuestra amiga.
En ese momento escuchamos como alguien tocaba la puerta y curiosas nos dirigimos hacia el salón de la suite. -Será acá?-preguntó Nina. -No lo se, yo iré a abrir- dije sin más rodeos y caminé despacio hasta la entrada. Un toqué más se oyó, justo cuando tomé la manecilla y la giré para abrir. ¡Que sorpresa me llevé! El príncipe de mi cuento estaba parado frente a mí.
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-Jungkook que haces aquí?- pregunté incrédula -Vine porque me pediste que fuera tu cita esta noche. Quería ser un caballero y pasar a recogerte.
¡Moría por decirle que ya era un caballero! El mío... pero no podía hacerlo con mis amigas en la escena. Sonreí feliz de volver a verlo y lo hice pasar para que me esperara, hasta que buscara el sobre que había dejado en la habitación.
Escuché a lo lejos como las chicas lo despedían para ir a buscar a Namjoon, así que me apresuré en pintar mis labios y tomar mis pertemencias para salir ya lista al encuentro de aquel bello hombre que estaba en mi suite solo.
-Cielos, estas tan lindo!-dije en voz alta apoyándome en el marco de la puerta, observándolo. Jungkook que se encontraba de espaldas, volteó a verme. -Te extrañaba!- solté de repente, aún cruzada de brazos. El sonrió sin decir una palabra y lentamente me fuí acercando hasta llegar a donde estaba parado y lo tomé por la cintura. -Luces hermosa esta noche- susurró acercando su boca a la mía y en seguida, la tomé con fuerzas en un apasionado beso.
-Ya nos vamos?- pregunté apartándome de sus labios para buscar las llaves. -Vamos- abrió la puerta y espero a que pasara para luego pedirme las llaves y cerrar.
Jugando y riendo íbamos tomados de la mano camino al ascensor para dirigirnos hacia planta baja y tomar el auto que se permanecía fuera del hotel esperando por nosotros.
Pasada media hora, llegamos a la lujosa residencia de Jin. Allí nos recibieron uns empleados que se encargaron de estacionar el vehículo.
-Bienvenidos nuevamente chicos- Dijo muy amable Irene al vernos entrar. Ella vestía un elegante traje blanco ¡se veía radiante!
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