CAPITULO 4

520 64 10
                                    

Marcela al verlo salir solo pudo hacer lo mismo y correr a contarle a Margarita que aún estaba en su oficina quizás ella consiguiera algo más, pero la respuesta fue la misma "No sabía dónde estaba", así que solo le quedaría esperar su regreso, porque tarde o temprano debería volver, él amaba la empresa y no la dejaría a la deriva.

Y gracias a la empresa cumpliría su sueño, Margarita le recordó que se aproximaba la elección de presidente y aunque Armando debería suceder a Roberto por derecho, Daniel se las ingenió para que se llevara a votación, entonces ella le vendería su voto por el compromiso, solo esperaban que Roberto votara en contra porque si no, no les serviría de nada aquella estrategia...

En Cartagena Armando junto a Betty se bajaban del taxi, ella abrió los ojos asombrada ante tal majestuosidad y él solo sabía sonreír, porque todo le parecía maravilloso. Pero lo que lo tenía ilusionado era compartir los baños en el mar con ella, sobre todo porque le dijo que no lo conocía.

Ingresaron e inmediatamente se fueron a recepción y como suponía el cuarto estaba reservado para el matrimonio Mendoza, así que la miro con pena a lo que ella solo asintió, era mejor de ese modo así su padre no movería los hilos para encontrarla. El botones trajo un carro para llevar sus maletas e indicándoles el ascensor los invito a subir para llevarlos a su habitación. Cuando estaban frente a la habitación 1033 no pudieron evitar ponerse nerviosos, sabían que tendrían que compartirla y quizás la cama y a decir verdad no les desagradaba la idea

Cuando la puerta estuvo abierta, ella dio inmediatamente una carrerita hacía el balcón para ver la inmensidad del mar y él no pudo evitar encandilarse con esa imagen de ella, afirmada en la baranda mientras el viento jugaba caprichoso con su cabello.

Después de darle una generosa propina al botones, Armando se fue acercando a paso lento a ella y tuvo la intención de abrazarla desde atrás, pero apretando los puños ante ese impulso, se ganó a su lado mientras marcaba hoyuelos:

A: Y ¿Te gusto?

B: Es...es maravilloso

A: ¿De verdad no conocías el mar?

B: -negando con la cabeza- Mi papá no me deja salir mucho de casa, sino era para la escuela, universidad y ahora al trabajo.

A: Entiendo, es una pena

B: Lo sé, pero ahora soy libre ya no me doblegare a sus deseos...Gracias, Armando...

A: ¿Gracias? ¿Por qué?

B: Por ayudarme y sobre todo por darme un poco de luz a mi vida tan oscura.

A: Pues señorita es un placer poder ayudarla, pero aun nos quedan quince días e idearemos algo para que ya no te puedan presionar con algo que no deseas.

B: -sonrojada- De todas maneras gracias por aparecer en el momento justo...

Ella se acercó tímidamente a él y lo termino por abrazar, abrazo que él no dudo en corresponder y tomándola por la cintura la pego aún más a él. Permanecieron de ese modo por un par de segundos, pero sintiendo que les gustaria estar toda una vida rodeado por el otro.

Fue Betty quien termino por separarse, pero mientras lo hacía no pudo evitar mirar sus labios, aquellos que creyó que la habían besado y Armando pensó exactamente igual, tenía recuerdos vagos de la noche anterior, como que se habían besado y la verdad no le importaba para nada repetir, solo se detuvo porque no quería que ella pensara que deseaba aprovecharse de su situación

A: (carraspeando) Bien, que me dices ¿Vamos a comer? La verdad es que tengo hambre

B: Claro, yo también, pero además tendré que pasar por una tienda la ropa la que tengo no es para tierra caliente.

EN BUSCA DEL HEREDERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora