14

25 3 0
                                    

Llegamos a la torre y tomamos el elevador. Estaba temblando, quizá con tanto movimiento de pierna y de manos por el nerviosismo pareciera que estuviera bailando.

— ¿podrías dejar de hacer eso?

— lo siento. — traté de tranquilizarme, pero comencé a morder el labio y arrancando los pellejitos de las uñas en lugar de moverme.

Llegamos al último piso, donde se encontraban Brooke y una mujer rubia.

— hola Tony... — voltearon a mirarnos, la sonrisa de la rubia seguía intacta mientras que la de mi hija desapareció.

— hola, mucho gusto, soy Pepper Potts. — se presentó.

— mi novia. — me contó Tony.

— mucho gusto, soy...

— ¿qué hace ella aquí? — preguntó Brooke molesta. — Eddie, ¿qué hace aquí?

— uno, es mi torre, dos, quería que habláramos los tres.

— yo no tengo nada de qué hablar con ella, no sé por qué quiere hablar con nosotros.

— de hecho, fui yo quién tuvo la idea. — confesó y se mostró indignada. — cariño... — le habló a Pepper.

— los dejaré a solas.

— lamento eso. — le dije. — por cierto, soy Ingrid Barnes.

— lo sé, la madre de Brooke y Tony, es un gusto conocerte.

— el gusto es mío. — respondí.

— con permiso. — dijo y se acercó a Brooke. — tranquila. — la miró inconforme y Pepper sólo se dispuso a irse.

— Eddie... ¿en serio? ¿Después de lo que nos hizo?

— no les hice nada.

— ¿aún te atreves a decir eso? Ingrid, por si no te funciona la memoria, deja refrescartela: nos abandonaste dos meses después de que fallecieron papá y María, dejándonos con Jarvis, quien tres años después también falleció, y no volviste a pisar la Tierra hasta el año pasado, ni siquiera nos viniste a ver en cuanto regresaste. — miré a su hermano.

— yo le dije que ni por ningun motivo se acercara a nosotros cuando volvió.

— ¿la viste cuando volvió?

— le pregunté por ti y el dijo "no es de tu interés", si no vine a verlos fue porque sabía cómo reaccionarían, tal como lo haces ahora. — expliqué. — Alice...

— no me llames Alice, sólo mi papá me llamaba y Eddie me llama así.

— Brooke... no fue fácil irme de aquí pero tampoco era fácil quedarme.

— ¿y tú creíste que para nosotros sí?

— ¡ustedes no estuvieron ahí! ¡ustedes no los vieron morir! — solté. — fue diferente, no hay día que no me sienta culpable de no haber podido evitar ese accidente, entiendo que hayan sufrido, perdieron a su padre, perdieron a su mejor amiga, lo entiendo perfectamente, pero no es lo mismo que haber estado ahí y ser la única que sobrevivió, pensar todos los días "¿por qué ellos y yo no?" "Debí ser yo" "debí salvarlos", por Odín, soy una agente, soy una guerrera... — solté llorando a mares y con la voz quebrada, noté como me miraban confundidos.

— Ingrid, fue un accidente, no podías hacer nada. — dijo Brooke.

— pero aún así no hay día que piense que pude haberlo evitado, no lo sé, lo que sea, con tal de que no los perdiéramos, que ustedes no los perdieran... y... no pude resistir, no me sentía segura, sentía... que mi único refugio era Asgard con mis padres, con mi abuela, y en verdad esperaba que lo entendieran, no esperaba que fueran conmigo, sabía que no irían, tenían y tienen una vida aquí, pero yo ya no veía la mía aquí y en lugar de eso recibí indiferencia, me dieron la espalda y ninguno se dignó a ir a Asgard por veinte años, los necesité por veinte años y nunca estuvieron para mí, ¿creen que tampoco me dolió cómo me trataron ese día y que jamás fueran a verme? — no pronunciaron ni una palabra. — lo intenté y lamento no haber intentado más, no tengo la misma fuerza que ustedes, pero lo único que no lamento es cómo decidí pasar mi duelo. — el silencio reinó.

— creo que papá estaría de acuerdo contigo... y te habría apoyado. — opinó Tony. — si nos hubieras perdido a alguno de nosotros e hicieras lo mismo, él te habría apoyado, estoy 100% seguro. — miró a Brooke.

— sí, Eddie tiene razón. — admitió ella. — y sí, no todos tenemos los mismos duelos, pero... hay de duelos a duelos.

— lo otra era suicidarme y créeme, eso no era una opción. — confesé, Tony me miró consternado. — simplemente no podía regresar, de por sí... batalla demasiado para venir a Midgard en el 65, volver a pisar Nueva York luego de...— me detuve mientras me sentaba en el sofá. — de que...

— de que mi padre falleciera, lo sé. — suspiró exasperadamente. — Ingrid, tardaremos en procesarlo, los tres.

— yo no. — dije rápido. — llevo esperando tanto verlos, tanto escuchar sus voces... — intenté tomar su mano, al principio parecía querer resistirse pero cedió. — cariño, los amo y los extrañé tanto, lo saben, aunque estén tan convencidos de que no, lo hice, ustedes son mi única luz ahora, sin ustedes no podría vivir y lo único que me mantuvo viva es saber que estuvieron bien, la mayoría del tiempo. — mencioné lo último mirando el reactor que Tony tiene en el pecho. — siempre le preguntaba a Heimdall cómo estaban y sus respuestas me tranquilizaban, saber que se tenían el uno al otro me tranquilizaba demasiado. — conté y miré a Tony, e intenté lo mismo pero él no se resistió y me tomó la mano sin chistar. — me enteré tarde del secuestro, Heimdall sólo me decía de Brooke y sobre ti solía ser muy cortante, luego me enteré que respondía así para no preocuparme, me contó todo hasta después de que te rescataron... y cuando fue lo sucedido con el hijo de Vanko, Fury quería mandar a un agente a vigilarte por la gran estupidez de haber revelado tu identidad. — rodó los ojos. — me ofrecí pero decidió mandar a Nat a hacerlo, a cada rato le preguntaba cómo estabas, cómo estaban ambos. — acaricié ambas manos con los pulgares. — siempre he estado al pendiente de ustedes, no los abandoné. — los miré a los ojos, en ambos se notaban llorosos. — esperaré lo que tenga que esperar para que me perdonen, no los presionaré.

— gracias. — respondió Brooke, me soltó y se fue, sólo miré a mi hijo.

— mierda... okay... ¿por qué me hicieron así? — reí aún llorando mientras él trataba de no llorar.

— ven y dale un abrazo a mamá. — medio sonrió y se acercó a abrazarme.

Volví a soltarme a llorar, por primera vez en décadas abrazaba a Tony, a mi ya no tan pequeño hijo, quien parecía estar haciendo las paces conmigo.

— pero eso no quiere decir que ya te perdoné.

— ¿seguro? Este abrazo demuestra lo contrario. — escuché su risa y sonreí.

— te extrañé. — admitió. — necesitaba un abrazo tuyo.

— yo igual. — se separó y sequé sus lágrimas. — ¿podemos recuperar esos veinte años? — asintió. — bien. — sólo lo miré sonriendo. — mañana volveré a Asgard, iré a ver a nuestra familia e iré por mis cosas, para establecerme aquí en Manhattan, tengo un departamento pero quiero estar cómoda y para eso necesito mis cosas — le conté. — ¿quieres venir? — le propuse. — ¿te gustaría conocer Asgard y al resto de tu familia?

— Asgard sigue siendo el lugar que menos quiero conocer. — respondió. — pero sí, quiero conocer a mi abuela y a mi bisabuela, Brooke siempre habla muy bien de ellas.

— bien, mañana te hablo para irnos. — miré hacia el pasillo. — también comentaselo a tu hermana por si se anima, lo dudo, pero no está demás. — asintió.

— dale tiempo. — sólo asentí.

— lo sé, el tiempo que tiene que procesar no es fácil ni rápido. — acaricié su mejilla. — es mejor que ya vuelva a mi casa, donde eres recibido con los brazos abierto, por cierto. — dije levantándome y él sonrió. — te veo mañana, Tony.

— okay. — pidió el elevador. — te acompaño hasta la entrada. — bajamos y me acompañó hasta la puerta de la entrada de la torre.

Me despedí de él, tomé un taxi y volví a mi casa.

No fue cómo esperaba, pero al menos hubo un progreso.

Brooke en multimedia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor Destinado [Steve Rogers] [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora