Capitulo 18

6 4 0
                                    

En uno de los lugares más recónditos del infierno se encuentra un demonio bastante hermoso con unas grandes alas en su espalda, las cuales contienen plumas negras con toques de color gris opaco; esta conjurando un hechizo, uno que él mismo creo tiempo después de caer al infierno, el cual le permite ver cuantas muertes se ha causado en un lugar en específico, por lo qué le sirve para asegurarse cuantos de sus demonios han muerto en el mundo humano y así ver cuantas bajas a tengo. Pasaron unos segundos, por lo qué el hechizo le da resultados bastante altos, más de 500 seres habían muertos en aquella zona, por lo que frunce el ceño; él ha ido recorriendo cada lugar recóndito de su reinó y en donde se encuentra parado en ese momento es el que más ha tenido muertes.

—Ese maldito niño... —gruñó bastante frustrado mientras se acaricia la cien con los dedos de la mano izquierda, lo cuales están negros como el carbón por todos los hechizos que ha inventado a lo largo de los años y así no usar los del cielo para no quemarse con estos.

Suspiró, ya se encontraba bastante cansado por la situación de que hagan las cosas a sus espaldas sabiendo que él tiene que vigilar todo lo bastó del infierno junto a los otros reyes, pero agredecia a sus adentros una cosa qué hizo bien aquel "niño", la cual fue qué le diera aquella idea, la que llevó a cabo después de planearlo bien junto a el menor, por lo que mando a sus súbditos, los cuales obedecieron enseguida sus ordenes, a qué fueran a capturar a algunas madres y padres de los híbridos que pudieran identificar para intentarles sacar información sobre si sabían algo del campamento o si sabían con quienes se metían; suspiró nuevamente, él no iba a matar aquellos humanos porque estos no tenían la culpa de nada, solamente iba a matar a aquellos híbridos para después asegurarse de cambiarles la memoria a los padres y madres, y en el proceso, algunos médicos para qué de esta manera piensen que aquellos hijos suyos murieron de forma natural o por un accidente.

Desplegó sus alas y empezó a volar hacia su castillo, ya hablaría con aquel "niño" en otro momento para que le explique porque está haciendo aquellas cosas a sus espaldas, no le molesta que las haga porque para él, los ángeles y arcángeles se lo merecen, lo que le molesta es que no le den el comunicado de lo que están haciendo.

Pasados los minutos, pudo observar a lo lejos su castillo, por lo que acelera su vuelo, llegando en segundos a la entrada principal, a lo cual desciende y contrae sus alas, empezó a pasar por aquel patio cubierto de huesos como si éstos fueran marmol pulido; cuando llegó a las puertas, abrió estas de par en par para por fin entrar a la antecamara, la cual es una gran sala con tres puertas que llevan a distintas direcciones de ese gran castillo; se va a la derecha, llegando a una habitación vacia, por lo que esta vez también toma el camino a la derecha, pasando por dos habitaciones más hacia abajo y después irse hacia la izquierda para seguir de forma recta, pasando por fuera de tres salas.

Llego a la torre Real y empezó a subir por las escaleras ya qué tiene que llegar al sexto piso, el cual es el último, en ese se reunen los miembros de la familia real para conversar sobre temas importantes o pérdidas de alguno de ellos, los otros pisos son para cuando invita una vez al mes a los reyes o duques del infierno para hablar sobre lo que ha pasado en cada reino, cosas tales como: si algún ángel ha entrado de "contrabando", cuántas muertes han habido entre los suyos en cada lugar y si alguno de los demonios ha salido prófugo para no seguir sus reglas, entre otras cosas más. Llegó al piso deseado, entró en la única sala que se encontraba en el lugar para sentarse en su silla, la cual esta en la punta de una larga mesa; con un gruñido, dio un chasquido con sus dedos, haciendo que su esposa Lilith y su nieto híbrido, el cual tiene bastante cicatrices por su cuerpo, aparezcan sentados en las sillas que están a sus costados, la primera a la derecha y el segundo a la izquierda; el Rey se cruzó de brazos, inspeccionando a los recién llegados antes de comenzar a hablar.

Híbridos: La ira de Lucifer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora