Capitulo 33

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Hoshea está sentado junto a unos demonios fuera de aquel lugar en dónde duerme, lo cual es una pequeña casa qué comparte con algunos otros; al menor se le nota una cara de incomodidad ya qué siente qué sus dientes están de forma filosa, esto le molesta porqué debía de tener precaución en no morderse por error y lastimarse. Suspiró, sabe qué ahora no puede regresar al campamento ni quiere hacerlo, toda su vida fue una mentira; se pregunta internamente, ¿como pudieron hacerle eso apenas siendo él un bebé? ¿Porqué? No entiende de los qué decían qué son buenos, podían quitarle a un padre a su hijo recién nacido, ni qué él tuviera algo de especial ni algo relativamente qué les sirviera. Gruñó un poco, no sabe qué hacer, piensa qué los culpables de qué lo secuestraran al final de todo fueron mandados por Dios y Jesús para hacer sufrir a su padre biológico y a la familia de este, la cual no sabe ni le interesa por el momento quienes son, solo necesita respuestas de parte de los del cielo pero no quiere ir a enfrentarlos, tiene miedo de qué le hagan algo porqué despertó aquel lado demoníaco qué tenía sellado.

Aquél reciente híbrido cerró los ojos con fuerza para agarrarse la cabeza, frunciendo el ceño en el procesó, ya le empezó a doler aquella parte del cuerpo por aquellos pensamientos, no quiere pensar más en ellos, pero no sabe con qué más entretenerse para no pensarlos; desea, enserio desea, qué alguien le mande a hacer algo o qué le pidan ayuda en lo qué sea, mientras no piense en lo acontecido en el sueño qué tuvo en la madrugada con su hermano biológico y qué este le dijera lo qué realmente es, todo estaría bien para él. Siente una caricia rápida en la cabeza, por que la levanta la mirada para ver quién era el responsable, viendo unos ojos color avellanas, dándose cuenta enseguida de qué se trata de Kaito, el cual le pasa una taza qué contiene té caliente; Hoshea suspiró un poco y recibe el objeto, no tiene ganas de beberse ese líquido; el mayor se dio cuenta de lo qué le pasa al menor, por lo qué gruñe en respuesta y se sienta a su lado.

—Oh vamos, no has comido nada después de qué despertaste por el sueño qué tuviste anoche —le dijo lanzando un suspiró sin apartar la mirada—. Por lo menos bebe un poco.

El menor suspiró con desgano y gruñó en respuesta, imitando cuando escuchó al mayor hacer este mismo sonido, pero eso solamente ocasionó qué Kaito colocará nuevamente su mano en su cabeza, tirándolo un poco hacia abajo mientras lanza una pequeña risa.

—A mi no me gruñas, no eres un animal.

—Mira quién... Ay, mi cabeza —se quejó por el dolor qué aún siente, Kaito por esto dejó de hacerle presión, pero no dejó qué levanté la cabeza.

—Quédate quieto —mencionó aquello para empezar a inspeccionar con sus manos aquel lugar, fijándose en dos pequeños bultos qué están empezando a salir—. Ya entiendo.

—¿Qué entiendes? —preguntó después de qué lo soltará, y en consecuencia, se pudo sentar finalmente bien.

—Te están saliendo unos pequeños cuernos, no es nada grave, no te va a explotar la cabeza —mencionó para mirar a los otros, apoyando en el proceso sus brazos en sus piernas—. Ahora bebe, no nos vamos a mover de aquí hasta qué lo hagas.

Hoshea imitó aquellas mismas palabras con el tono de voz de un niño pequeño, haciendo qué Kaito se riera un poco por este gesto; el menor suspira después de escuchar esa risa y al fin empieza a beber el té, el cual en todo ese rato se llegó a enfriar un poco, quedándose ahora tibio.

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—Escúchame bien, Junior —dijo Lucifer viendo a su primogénito con irritación—. No hagas alguna estupidez cómo las ultimas qué has hecho. Ya me enteré de que Keir esta vivó y vamos a recuperarlo, pero no haciendo un movimiento arriesgado.

La oficina del mayor se encuentra un tanto destrozado por el aura elevada de ambos después de la conversación qué tuvieron anteriormente; el menor se acomodó su cabello platinado dando un fuerte gruñido, mirando con intensidad a su padre, preguntándose el cómo sabe exactamente de Keir si supuestamente aún no se le sale la maldición, pero entonces pensó enseguida qué tal vez Nox ya podía meterse en sus sueños.

—¿Acaso Nox pudo meterse en sus sueños y por eso se enteraron? —preguntó elevando una ceja, mirándolo de forma interrogante.

—Tú no haces las preguntas aquí, yo las hago, ¿entendido? —comentó tomándolo del cuello de la camisa, haciendo qué el contrario desviara la mirada— ¡¿Entendido?!

El menor solo pudo asentir, tomando la muñeca de su padre para qué lo soltara, pero no dando resultado, por lo qué frunció el ceño para mirarlo al fin a la cara.

—Ahora, más te vale hacerme caso, o si no te verás envuelto en problemas bastante graves —dijo bastante enojado para soltar a su hijo, tirandolo al suelo en el procesó—. No solamente con ellos, si no conmigo, ya hemos perdido a muchos por esta pelea qué se nos ha salido de las manos. Ten en cuenta mis palabras. ¿Te quedó claro?

—Si... Padre —le dijo con enojó esas palabras para qué terminen con el tema; suspiró un poco, no va a obedecer a su padre ya qué si o si tiene recuperar a su pequeño, cueste lo qué cueste.

Junior se levanta cuando ve qué Lucifer al fin se va, gruñe por esto, ¿cómo su padre no comprende su dolor y qué aún está la esperanza de recuperar lo qué alguna vez le quitaron? Lo único qué quiere es qué el mayor se ponga en su lugar pero sabe qué esto no va a pasar jamás, por algo su padre prefiere a sus hermanos menores, pero no negará qué es un excelente abuelo para Nox, al cual le ha enseñado varias cosas, una de estas, es qué pudiera sacar todo su potencial para qué se pudiera proteger.

Suspiró con fastidio, ahora tendrá qué tener más cuidado con sus movimientos para qué Lucifer no se enteré lo qué va a hacer, por lo cual tendrá qué seleccionar algunos pocos de su tropa para qué lo sigan, los pocos qué lo tienen en un pedestal y no lo traicionaran por el Rey del Infierno.

Ahora tú sufrirás lo mismo qué yo sufrí, vas a perder a quién consideras un hijo —pensó recordando a Jesús, el cual se hizo pasar por la figura paterna de Keir.

Después de ese pensamiento, se fue de la oficina de su padre para ir en busca de un lugar en dónde sea bastante difícil qué lo lleguen a encontrar; necesita estar en un lugar tranquilo por un tiempo para poder planear su siguiente movimiento sin qué lo lleguen a interrumpir; no necesita la presencia de sus padres, hermanos o hasta de su primogénito, qué lo único que harían sería intentar controlarlo o decirle qué hacer.

Híbridos: La ira de Lucifer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora