《 Cap 2: El trabajo 》

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-No, no y no- Mencionó con disgusto al ver la clase de atuendo que el tal cupido le estaba mostrando.

Este rodo los ojos, era como la décima tercera vez que le negaba un atuendo, y ya se estaba cansando.

-Solo, deja de hacer esto.- Se levantó de la cama tomando unos pantalones flojos de estilo cargo y una camisa de manga corta sin olvidar la ropa interior.

-Me dare un baño y ya, no necesito que me ayudes con mi ropa.- Cerro la puerta.

Cupido se sentó en la silla del tocador y miró a la puerta atentamente hasta sentir una campanita en la estancia, lo solicitaban...

Mientras tanto la de cabellos castaños se metía a la ducha, y el se esfumaba como humo para ir a donde le estarían llamando.

Y se marcho...

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Entrando en su tipo de reino, llego a donde estaría la residencia o casa de cupido.

-¿Quien me llamo?- Pregunto con voz de mando adentrándose a la central donde muchos de sus ayudantes se encontraban.

Un joven se le acercó corriendo con papeles en mano.

-Señor, señor, tenemos un código rojo.- Dijo este con una gran sonrisa.

Solo con el decir código rojo, a cupido se le activaban sus alarmas sensoriales, era hora de traer su arco...

~En muchas historias se había representado a cupido con un arco con cabeza en forma de corazón o su punta, con una pluma talladas o reales fueran de búho o paloma, o solo era una flecha común y corriente, pero esto no era para nada alejado de la realidad, si había un arco y flechas, pero era un tanto diferentes a las ilustradas o escritas . Ya que cada cupido tenía su diferente arco con flechas, y el que gobernaba en sus milenio se le creaba uno y a decir verdad, el del cupido moderno era uno de los arcos más lindo que se había visto, muy parecido al del primer cupido en el año uno del mundo perfecto. (Biblicamente)

Este corrió con pasos apresurados mientras en su forma se aparecían dos hermosas alas una a cada lado, estas eran blancas, pero resplandecian en tonos rosa tierno y azul celeste represantando; el sentimiento, pureza y confianza que eran unas de las bases del amor mismo y las bases en las que el cupido moderno había sido creado.

El chico que iba tras el se preguntó porque no llevaba sus alas antes, y también se cuestionaba el paradero de él antes de llamarlo.

-¿Lugar?- Pregunto firme, tomando su armamento.

El chico se sorprendió.

-Eh uh, Ecuador, señor.- Tartamudeo inconscientemente el nombre del país dándole una nota a su jefe.

-Son una pareja ya mayor de edad, ella tiene 50 y el 53, y se quieren mucho.- Sonrio el joven mirando a su jefe, que casi nunca tenía cara de alegría más en su corazon si se guardaba todo el sentimiento de su trabajo.

-Bien.- confirmo dejando el papel a un lado y tomando su arco de marchó así como llego.

-Que le vaya bien.- Dijo el chico para tomar el papel y dejarlo en la central, estos contenía direcciones y datos de las personas y se archivaban por cualquier cosa.

Ya en Ecuador el corazón de Levi fue guiado a la caferia de una ciudad pequeña donde la pareja se encontraba. Este activo su arco de tonos dorados con plata y lanzó una de sus flechas en forma de corazón a aquella feliz pareja a la cual le cayó la bendición del amor puro. Un trabajo dichoso en un día ocupado, ya que estaba como de niñera de una adulta dependiente de café y leer novelas de acción.

•⊰ 𝐋𝐚 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫 𝐲 𝐜𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 ⊱•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora