22. ¿Te puedo abrazar?

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Dos años después. 

Scarlett.

Los tacones resuenan en todo el lugar mientras camino en la cafetería, mi corto vestido junto al escote profundo combina muy bien en mí, pues estos años de ejercicio y baile se notan de manera muy sutil en mi cuerpo, ya que tampoco es como si yo fuera la persona más fitness y tampoco quiero serlo.

Siento la mirada de ella sobre mí y le sonrío, al acercarme me saluda con un beso en los labios que engrandece mi sonrisa. Pactamos reunirnos justamente hoy para algo muy importante; ella va a ser mi socia para la academia de baile que voy a formar, he ahorrado y trabajado mucho estos años para lograrlo y reunirme con ella a oficializar todo es un gran paso.

—Ya hablé con mi tía, nos va a dar unos consejitos —comenta Ziara.

Ziara es mi pareja desde hace un año, la conocí en la academia de baile que tiene su tía y ahí nuestra amistad fue en aumento poco a poco, pero descubrimos que era más que eso cuando en una protesta para exigir igualdad y respeto a los derechos de la comunidad LGBTIQ+ hubo una besatón. Ahí fue nuestro primer beso de muchos.

Abigail.

La vida como novicia me ha atado a la iglesia y a servir a Dios, lo peor es que no estoy segura de que así sea como me debería de sentir, pues otras de mis hermanas me han comentado que a diferencia de mí han sentido el llamado de Dios. Me alegro por ellas, incluso cuando no ha sido lo mismo para mí.

Me acomodo mi hábito para salir del convento a ayudar a la comunidad, pues aquí no es solo rezar todo el día por el mundo entero o ayudar en la iglesia, y aunque en su mayoría sí es lo que hacemos, también realizamos trabajos sociales. Las hermanas de las que camino acompañada hablan sobre la obra del día que vamos a hacer y el cómo nos vamos a acomodar.

Además de que últimamente andan con más habladurías de lo normal, supongo que se debe a que vamos a acabar el noviciado para recibir nuestros primeros votos. Lo que significa que hemos completado el necesario periodo de noviciado, hemos solicitado admisión formal a los votos y los miembros de votos perpetuos y la dirección de la comunidad han discernido en nosotras una vocación auténtica para la orden.

Como todas unas monjas rebeldes vamos a usar nuestro tiempo de servicio a la comunidad para pasar unos minutos en la cafetería y relajarnos un rato de todo lo que implica servir a Dios de manera incondicional.

Solo que al entrar siento escalofríos en mi espina dorsal y el corazón me empieza a latir como hace mucho no lo hacía, como si una vez más estuviera compartiendo espacio con ella.

Scarlett.

Unas risas delicadas entran a la cafetería y aunque suena como si temieran carcajear con libertad llaman mi atención, al parecer son monjas o algo así, todas tienen un hábito de velo blanco.

—¡Niñas, de por Dios! Dejemos que pase el ángel del silencio.

Ziara las mira con una dulce sonrisa y yo la detallo a ella, es tan hermosa y el hoyuelo que se forma en sus mejillas cada que sonríe me encanta.

—¿Qué opinas del nuevo tatuaje que me voy a hacer? —me muestra la figura en su celular, son flores que juntas hacen la forma de un útero— No quería que fuera demasiado explicito, pero sí significativo.

—Me encanta, es hermoso...

Las palabras se me cortan cuando escucho una risita nerviosa que conozco muy bien, inmediatamente me giro hacia donde están las monjas de velo blanco para encontrarme con aquellos ojos que me hicieran suspirar en su momento.

NO ES MISERICORDIA LO QUE BUSCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora