10. A tu merced.

838 60 4
                                    

Scarlett.

Mi cabeza duele, escuchar a mi amigo sobre sus aventuras de amor me hacen sentir muy feliz, sin embargo, acabo de llegar del club nocturno y me encuentro realmente cansada.

-Querido, amo ver tu sonrisa y el brillo en tus ojos mientras me hablas sobre el chico que amas, pero me siento exhausta ¿Puedes continuar más tarde?

Me sonríe y asiente.

-Está bien, y verás que soy tan buen amigo que te daré un masaje como acto de compresión.

Posa sus manos sobre mis hombros y me pide relajarme, es complicado sabiendo que estoy a unas horas de conocer el mar, acompañada de una chica que me hace sentir más que bien. Y no me preocupa ella, claro está, me preocupa cagarla con ella.

Sus manos se sienten gloriosas sobre mi espalda, la crema que acompaña el masaje me lleva a las nubes y termino cerrando los ojos. Lo último que siento son sus manos moviéndose de manera relajante sobre mi cuero cabelludo, supongo que es lo que me hace terminar muerta. Es decir, no muerta, muerta, sino en un sueño profundo.

Abigail.

La voz de un sacerdote resuena en todo el lugar, otras personas repiten una oración y yo continúo con los ojos cerrados, sintiendo que unas manos me persignan ¿Me morí? ¿¡Estoy en mi funeral!?

Me asusto y me siento rápidamente, pero un golpe en mi frente me hace caer de nuevo. Me acabo de pegar en la cabeza con mi madre, resulta que la señora estaba bendiciéndome en un modo de parecer tierna, sin contar que tiene el televisor a todo volumen en un canal donde están dando una oración. Genial, y yo que me creí difunta.

-Aún no cumplo años.

Ella siempre suele despertarme así en los cumpleaños, pero hoy no es, por eso me tomó por sorpresa.

-Lo sé, pero mañana no estaré para despertarte como mi pequeña niña. ¿Sabes que aunque cumplas ochenta años siempre serás mi bebé?

-Así es, ojalá sigas viva cuando yo cumpla ochenta -la abrazo y le beso la mejilla.

Desayunamos juntas y me ayuda percatarme de que no se me quede nada para el viaje, nunca antes he viajado sin ella y eso me tiene muy nerviosa.

-¿Al fin a qué amiga invitaste?

-Aparte de mi prima, a la que te conté que le he estado enseñado sobre la biblia luego de salir del instituto.

Sí, mentí descaradamente y no me siento orgullosa de ello.

-Zoe ¿Verdad?

Asiento y corro hacia la puerta, no estoy segura de que el auto que está pitando es el de mi prima, pero fue una buena excusa para escapar. Abro la puerta y me encuentro con... ¡Oh, Scarlett se ve muy bonita!

-¿Quién es, hija?

Llega mi mamá y yo intento salir de mi trance, creo que quede en shock al ver a la bella chica que me va a acompañar a la playa. Es que no todos los días una se da el lujo de andar con tan buenas compañías.

-Mucho gusto señora, yo soy Scar...

-Zoe, tú te llamas Zoe. Mamá, te presento a mi amiga Zoe.

Zoe... Digo, Scarlett me mira a mí y luego a mi madre sin comprender nada de lo que está sucediendo. Tampoco voy a explicarle, es muy vergonzoso.

A Dios, gracias. Pues justo en ese momento tan incómodo llega mi prima para romper toda la tensión que yo misma creé. Empieza a abrazar y besar tres beses a todo el mundo, incluso a Scarlett, aunque creo que a ella le da cuatro besos.

NO ES MISERICORDIA LO QUE BUSCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora