IX

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¿Quién soy?


Escuchar esas palabras no fueron más que un pensamiento de escapatoria como salida. No sabía quién era "Forgot", si debería de preocuparme porque era mi hermano, o si debería de saber si era mi padre. De una forma u la otra, ya no quería saber de más nadie que tenga que ver con esos desconocidos.

Estaba aterrado, porque sentía que realmente no los conocía y que ahora, podían hacerme lo que ellos quisieran. Ese "corre por tu vida" estaba rodeando mi cabeza, ni siquiera me percaté en colocarme zapatos o algo que tenga que ver.

Salí ese jardín hasta llegar a la puerta de la casa, cuando por fin pude sentir la lluvia, no fue un alivio, ese señor viejo, con traje y un maletín estaba delante de mí, observándome de pies a cabeza, serio, sin una simple sonrisa.

La palabra "padre" ya no estaba tallada en él, ni en mí. Claro, me costaba pensar el hecho de que él realmente no era mi padre. Claramente lo dijo: "él sabe que no somos su familia". Entonces, todo comenzaba a encajar.

Esas palabras dolorosas de mamá, o ese extraño comportamiento de Ryan, o incluso esa puerta al final del pasillo. Ellos sabían qué eran, qué era y quién era yo.

Pero, ¿quién soy realmente?

---- ¿Adónde vas, hijo? ---- su voz seria, curiosa, como la de un padre interesado por su menor hizo que me hiciera enojar.

---- Yo... iré a casa de unos amigos. ---- la excusa fue lo primero que pensé, y alejándome del auto, de casa y de él, decidí que esa era mi oportunidad para correr como nunca antes lo había hecho.

Escuché por detrás una fuerte frase de una voz que podía reconocerla al casi instante. Mi padre pedía a unos cualquiera que me persiguieran, mientras luchaba sin aire en los pulmones, con lágrimas en los ojos, dolor en mis pies descalzos y aún, en estado de shock.

Mi mente no era más que un enigma, el cual, no sabía cómo resolverlo, no sabía a dónde iba, me asustaba el por qué, pero el pánico fue lo reciente que no podía controlar. Era como si mi cuerpo me controlara y el pánico también.

No sabía cuánto tenía que correr, no sabía por cuáles cuadras iba, venía, cruzaba a la derecha o izquierda, pero quería parar, me quería detener a respirar un solo soplo de aire, quería descansar, pero también quería alejarme de todas esas personas que en su momento, me hicieron felices.

Ahora abrí los ojos, preguntándome muchas cosas, cosas que por un camino o por otro, no había una respuesta lógica.

¿Me lo merecía? ¿Hice algo para que todo esto pasara? Si es así, ¿qué hice? ¿Por qué estuvo mal? ¿O estuvo bien? ¿Quién era el malo y quién era el bueno?

Sentí una manos en mi cintura, cuya fuerza me hizo parar y retroceder, podía escuchar la respiración de ese tipo detrás de mí, insistiéndome que no debí escaparme, insultándome, y maldiciendo mi existencia. Sin embargo, yo no lo conocía, ni siquiera tenía idea de quién era y por ende, no tenía el derecho de decirme las cosas que tal vez nunca existieron.

Golpeé el tabique de la nariz con demasiada fuerza, noté que estaba a solo unos pasos de la comisaría, así que, si quería tener mi libertad, debía luchar lo más que podía, sin pensar, sin ser compasivo. Total, nunca debí de serlo.

𝐀𝐦𝐧𝐞𝐬𝐢𝐚 𝐃𝐢𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora