Maratón 2/2
Capítulo diecinueve.
Tomás.
La recosté en la cama con cuidado mientras seguía besándola, después de tremendo pete tenía que devolverle el favor que me había hecho. Comencé a desabrochar su brassier para luego comenzar a masajear sus pechos despacio, luego baje a ellos y los chupe, ver la carita de placer que Nahia ahora tenía me decía que lo estaba haciendo bien. Cuando dejé de hacerlo ella abrió sus ojos para mirarme y comencé a bajar su tanga sin apartar mi mirada de la suya, luego abrí sus piernas y chupe mis dedos para comenzar a meterselos, ella soltó un leve gemido.
Siendo honesto, no entendía por qué Nahia pensaba así de sí misma, porque en serio es muy linda, su cuerpo es tan fácil de desear que con sólo verla me la imagino de mil maneras. Y lo que le dije es verdad, capaz y fue muy cursi para mí gusto, pero gracias a eso se sintió mejor y ahora estamos aquí.
─Dios,─ Susurró cuando mis dedos empezaron a moverse más rápido.─ Tomás.
Cuando dijo mi nombre saque mis dedos y ella nuevamente abrió sus ojos, me miró como si necesitara que se los metiera de nuevo.
─Dale Tomás,─ Me pidió.─ no seas malo.
No pude evitar sonreír.
Esta vez agaché mi cabeza y mi lengua fue la que comenzó a darle placer, podía sentir su calor y lo mojada que estaba, realmente le estaba gustando. Ella comenzó a gemir y posta, hubiera dado cualquier cosa por verla, por ver su boquita y ojos entrecerrados, pero bueno, al menos podía escucharla.
─Tomás,─ gimió.─ más rápido.─ Me pidió.
Paré para mirarla, sus ojos estaban entrecerrados, tenía las mejillas coloradas y sus manos apretaban las sábanas con fuerza. Hubiera continuado, pero no quería que se viniera aún, así que antes de que me dijera cualquier cosa, me acerqué para besarla. Mientras la besaba me fui quitando el pantalón y abrí sus piernas.
─¿Tenés un condón?─ Le pregunté al separarnos del beso.
─Si, en el cajón de la mesita.
Voltee a mirar y me acerque un toque para abrir el cajón, al encontrar el condón lo abrí sin problema y me lo puse, sentía su mirada atenta. Acomodé mi pija y comencé a introducirla con suavidad, ella cerró sus ojos y abrió su boca ligeramente soltando pequeños suspiros.
─Mírame.─ Le pedí.
Ella abrió sus ojos, su mirada era profunda y eso me provocaba más, así que comencé a embestirla con más fuerza, ella puso sus manos en mi espalda y las enterró. Sus gemidos comenzaron a resonar con más fuerza en la habitación. Mis manos estaban en sus caderas, así que con facilidad la voltee dejándola en cuatro, la agarre del cabello y comencé a moverme, está vez de una forma más calmada que antes. Duramos así varios minutos.
─Más duro.─ me pidió entre gemidos.
Que me pidiera eso fue como desencadenar las ganas que tenía de darle con más fuerza, así que eso hice. Sus gemidos y los míos comenzaron a hacer presencia con más fuerza. La voltee una vez más y la besé mientras seguía embestiendola, sentía sus rasguños en mi espalda y cada vez sentía más placer.
Me acerque a besarla nuevamente, un beso con deseo, ese que ella provoca en mí.
Para este momento los gemidos de Nahia resonaban en la habitación con fuerza, lo que significaba que estaba a punto de llegar al clímax, al igual que yo. Fue cuestión de unos minutos para que pasara, su rostro expreso placer y un gran gemido resonó, segundos después yo también me vine.
Me quité el condón y lo tire a la basura, sentía la mirada atenta de Nahia. Luego, me acosté a su lado soltando un suspiro y ella apoyo su cabeza en mi pecho, levantó su mirada y me dió una tierna sonrisa, yo hice lo mismo.
─¿Te sentiste incómoda en algún momento?─ Le pregunté mientras le hacía piojito en el cabello.
Ella negó suavemente con su cabeza.─ No, todo estuvo bastante piola... Es la primera vez que alguien me hace venir.
Sonreí, eso me hizo sentir muy bien.─ O sea que te gustó.
Ella se rió, sus mejillas se tornaron de un color rojizo, me encantaba cuando eso pasaba.
─Muchísimo.─ Respondió.
Me acerqué a ella y le dí un beso, esta vez más lento y tierno que antes, ella lo terminó con un piquito. No sé por qué, pero sentía bastante paz ahora mismo.
─Tengo unos porritos en mi mesita de noche, ¿querés?─ Me preguntó.
─Si, dale.
Ella sonrió y se levantó, ahora yo era el que la miraba con atención. Aún seguía desnuda, podía presenciar su cuerpo por la luz de la luna que entraba por la ventana y no miento, es muy lindo, su cintura y sus anchas caderas me parecían espectaculares.
─Quédate así.─ Le pedí cuando ví que se iba a poner su ropa interior.
Ella volteo a mirarme y sonrió al verme, estaba haciendo puchero como nene de cinco años, quería convencerla.
─Bue, no me puedo negar a vos.
Sonreí ampliamente. Mientras ella buscaba los porritos inevitablemente me puse a pensar en lo que había pasado. Por ahora no quería darle un significado más profundo a esto, así que no le dí tantas vueltas y llegué a la conclusión de que estar con Nahia me genera cosas que hace mucho no sentía y quiero seguir sintiendo esto mientras ella y yo lo queramos. Así que si más adelante se da algo bien, lo recibiré mientras la paz perdure.
👽👽👽👽👽👽
Me muero de amor con esos dos.
Quiero a un Tomás en mi vida 😔.
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Solo tú;; C.R.O
أدب الهواةSin imaginarlo, en un mes llegaron a sentir mas de lo que habían sentido en toda su vida.