capitulo 5

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Los muy bastardos me dejaron en la universidad, como un castigo por ver molestado a, Angélica. Volvi a pagar los platos rotos por la culpa de alguien más. Me dio igual su acto infantil, no es la primera vez que tomaba el autobús.

Solo que no pude tomarlo, no tenía una tarjeta con la cual pagar. Y con efecto no se podía. No le pedí ayuda al maldito zorro del sistema, preferí caminar hasta la residencial la gran villa. Un lugar donde solo viven personas con dinero, lo peor que la calle solo va de subida, bajadas lo suficientemente estresante.

Caminar es bueno para las articulaciones, sí. Pero, cuando llevas zapatos cómodos y que sean de tu talla. En cualquier momento mis pies, sangraran, se doblaran, hasta pueden llegar a quejarse. Lo más desesperante es que, todavía falta media hora para llegar a la mansión. La universidad queda a una hora a pie, de la gran villa.

Ya intenté caminar descalzo pero por lo visto mis pies son mucho más sensible de lo común, solo fue por unos minutos y ya sentía que me ardían por la incomodidad al tocar el pavimento.

<¿cansado? Darse prisa antes de que oscurezca, faltan quince minutos para las seis de noche> flota por los aires, Valentín lo ignora. No tenía la más mínima intención de dirigirle la palabra a su secuestrador.

—¿Que haces por aquí?—Pregunta en un tono amenazador—Nunca te he visto por este barrio, niño bonito.

Valentín se detuvo para averiguar qué estaba pasaba, también aprovecho tomar un poco de aire, agua y, descansar por la larga caminata. Tiró la mochila al suelo.

Esos dos debiluchos están actuando altanero con ese joven de casi 1.95 metros de altura. Están locos. Ni siquiera podrán alcanzar esos anchos hombros, brazos marcador, y una llamativa espalda al igual que esa estrecha cintura, firmé trasero y unas magníficas piernas largas. Con una patada por parte de ellas uno saldría volado. Que lleven un cuchillo no significa que puedan causarle daño a ese cuerpo.

¿Quién será? Solo puedo ver su parte trasera y ese cabello azul-plata que lo lleva en una media cola. Es mucho más llamativo que los tres Pokémon. En las historias no debe a ver alguien más llamativo a parte de los protagonistas...¿Es modelo o luchador?... espera, porque demonios le estoy prestado atención a un extra quizas.

Que me importa, que sigan en lo suyo. No tiene nada que ver conmigo sobre lo que le pasé. Nadie lo manda andar sin guardaespaldas. Porque con solo ver su vestimenta te das cuenta que es alguien con dinero.

Una persona promedio no puede comprar esa ropa de marca por más que trabajé. Y mira que le queda bien al maldito, más el saco negro que es sostenido por sus hombros, le da un aire de Archiduque del norte como el de esas novelas extrañas que leí mientras busca una solución para salir de este mundo.

—Tranquilos—Expresa—Les daré todo lo que quieran, pero bajen esos cuchillos....no quiero luchar, solo quiero que me digan....

—¡Ya cállate! ¿crees que caeremos en tus trucos? Solo darnos todo lo que traes antes que te enviemos con el creador.

Escuchar la palabra "creador" fue como encender un interruptor en el cerebro de Valentín. Era como decirle esto fue escrito y dirigido por los dioses, solo obedece y muere como ya está estipulado.

—¡Oye, dejarlo en paz!—No estaba en modo villano por lo que podía desquitarme esta frustración con alguien más que no sea los objetos de captura y la protagonista. También quiero averiguar si, puedo ser castigado si actuó desquiciado con otras personas.

Esos cuchillos no son nada a mis ojos, ni siquiera me causan traumas después de ser apuñalado. Es más, eso solo hace hervir mi sangre. Quiero despedazar, destruir algo para apagar mi furia.

¡Ese contrato no es válido, me niego aceptarlo! [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora