capitulo 9

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El aire se sentía tan sofocante que era tan difícil de inhalar. A su alrededor se puede notar una atmósfera lúgubre, nadie habla pero cada uno está completamente en su mundo.

—¿Que estamos haciendo aquí?—Pregunta Nash—No deberíamos a ver ido detrás de Valentín—Apuñala la carne con el tenedor—Tenemos quedar y necesitamos una explicación, ¿Por qué actuamos como si todo fuera tan normal? ¡Lo hemos tratado horrible todo esté tiempo a Valentín! ¡Valentín!—Exclamó.

¿Cómo no logré darme cuenta? Todo esté tiempo él estuvo enfrente de nosotros y nosotros ni siquiera tuvimos la decencia de analizar su actitud. ¿Debe de odiarnos?

Nash observa detenidamente sus manos, desde hace unos días hay algo que lo sigue mantenido con cierta inquietud. Que hasta el momento sigue sin encontrar una respuesta a lo que siento en ese entonces cuando tocó a Valentín, cuando iban en la limusina hacia la universidad.

—Ya sea él o no sea él, no quieta el hecho que se comportó de tal manera—Expresa con mucha molestia, Lev—Ya es un adulto, podía negarse o pedir nuestra ayuda. Pero él prefiero callar. Aparte le ha echo la vida imposible a, Angélica.

—¡Nada de eso!—Mueve sus manos con nerviosismo—Yo sí entiendo a Valentín. Para él debió ser horrible fingir ser Valentina y fingir que estaba enamorado de un hombre....creo que él es quien más a sufrido al sentirse quizás asqueado por tener que actuar lindo en frente de Edmond. ¿No lo creen?

Al escuchar eso, la expresión de Edmond cambió a una muy extraña, era un tanto complicado el saber sobre lo que está pensado o sintiendo.

—Para empezar, quién debería de sentirse asqueado soy yo—Expresa con irritación—Fui yo quién tuvo que soportar verlo de esa manera y ser tocado por él cada vez que me abrazaba....

—Quien te manda a estar ciego, tío—Comenta Sasha—No te hagas el ofendió, eso no te queda—Su mirada está fija en la pantalla de su celular, al parecer había compartido su número con Valentín.—¿Por qué sentirte asqueado? Es ilógico. No hay nada de malo que dos hombres se abracen. Más cuando juraban ser amigos.

—¿Te dimos permiso de hablar?—Nash frunce el ceño—Tampoco te invitamos a sentarte.

—¿Por qué tendría que pedirles permiso? Y también puedo dar mi opinión cuando lo desee. No eres mi madre y mucho menos mi padre como para pedirte permiso.

—¿Cómo te distes cuenta que Valentín no era una chica?—Pregunta Edmond—¿Lo tocaste?

—Su corté de cabello y vestimenta le quedó genial—Susurra con su mirada aún fija en la pantalla de su celular.

—¡Sasha!—Golpea la mesa.

—Me di cuenta desde el momento en que sostuve su cintura, después hubieron otros indicios que me terminaron confirmado lo que sospechaba.

—¡Que!—Exclama al unísono con una mirada llena de consternación.

—Joven maestro Ivanovich, en la forma que lo dice puede malinterpretarse.—Comenta, Angélica.—Sono muy....

—Solo estoy diciendo las cosas como son, sin doble intención—Ve fijamente a cada uno de ellos—Sus mentes cochinas son las que deberían de ser limpiadas porque todo lo toman en el doble sentido. ¿Y que si me gustará un hombre? ¿Que tendría de malo? No hay nada de malo en eso, como tampoco a no hay nada de malo en qué a un hombre le parezca linda o admiré la ropa de las señoritas. ¿En qué siglo viven?—Se marcha fastidiado.

Si vivieran en el extranjero, su pensar sería peor que en estos momentos aunque en mi país no es tan diferente. Sus pensar sobre ésto es igual que el de Angélica, logré ver esa mirada asqueada de solo imaginar a dos hombres mostrándose cariño.

¡Ese contrato no es válido, me niego aceptarlo! [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora