capitulo 38

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Con su mirada consternada y su mano frotado su mejilla yacía Vadim, tratado de no mirar a su alrededor. El nervioso en el fue incrementado, no quería ver las miradas de disgusto de las dos personas enfrente de él.

Aunque seguía con la idea de que tal vez no habían escuchado toda la conversación, que cabía la posibilidad de que sus padres solo hayan sido testigo de cuando, él le estaba hablando sobre los padres adoptivos de Valentín.

—Mamá...

—¿Vas echarle la culpa a Valentín mientras fingen que lo estás ayudando?—Preguntó con decepción.—¿Por qué?

Ella apretó sus puños mientras sostiene su pecho, no quería creer lo que había escuchado, a toda costa quería pensar que sus oídos le están jugando una maldita broma muy desagradable. Sin embargo, por más ciega o sorda que desearía ser en estos momentos, no podía.

No podía ignorar tal información, mucho menos pasar por alto la expresión de impotencia en el rostro de su primer hijo.

Ella ama a los dos por igual pero no por eso va a pasar por alto lo que está sucediendo, preguntándose al mismo tiempo, ¿en que falló? ¿De porque se segundo hijo siente tanto disgusto por su hermano mayor si nunca lo hicieron de menos?

Vadim nunca fue dejado a un lado mientras sus padres buscaban a Valentín, no podía decir que su infancia fue una completa basura porque no fue así. A pesar de sentirse a morir sus padres siempre le dieron mucho amor, es por eso que no comprendía ese odio ilógico de Vadim hacia Valentín.

—¿De qué estás hablando, mamá?—Sigue manteniendo su fachada de ignorancia.

¡Imposible que hayan escuchado todo! ¿Cómo? No hay ninguna cámara, me asegure que nadie metiera aparatos eléctricos a este banquete, entonces. ¿Por qué mis padres me miran de esa manera? No me gusta, no quiero que me vean así, yo no hice nada malo. Todo es culpa de Valentín por aparecer.

—¿Por qué hicistes algo como eso, Vadim?—Preguntó con dolor en su mirada.

—¿Qué hice que?—Lleva sus manos hacía su espalda, apretado con fuerza para ocultar su nerviosismo.—No se que escucharon pero...

—¡¿Te gustaba vernos sufrir a mí y a tu madre?!—Tiro una maceta al piso.

Mi segundo hijo no podría ser capaz de hacer eso, él es un chico bueno, un niño compresivo y muy amable con todos y sobre todo con los huérfanos o desamparados...pero lo escuché bien, quisiera negarlo, e ignorarlo pero no puedo. No puedo cubrir mis ojos y oídos.

.—¡¿Cómo pudiste ocultar el paradero de tu hermano mayor?! ¿Por qué lo hiciste?—Cuestionó con frialdad pero su tono de voz se rompió mientras hacia sus preguntas.

—Nunca me ha gustado verlos sufrir y eso por eso que no me agrada mi hermano mayor.—Se sincero un poco.—Verlos llorar era lo que más me dolía...

—Que hipocresía mas nauseabunda.—Expresó Valentín.—¿Odias verlos llorar?—Sonríe con burlas.—¿No es eso contrario? Después de todo, siempre has sabido mi paradero, si de verdad no quieras verlos sufrir solo tenías que haberles dicho donde estaba.—Aprieta sus dientes.—Pero no, decidiste mantenerme alejado de ellos todo por miedo.

—¡¿Quién demonios tendría miedo?!—No tengo miedo, soy el gran ser superior Vadim.

—Claro que tenías miedo, miedo de que ellos me dieran toda su atención. Qué te quitará lo que te pertenece, sin embargo podrías estar más equivocado.—Le metió un severo puñetazo en la nariz sin importar nada, estába tan enojado que quería romperle todo.—Dinero es lo que me sobra, pero gracias. Gracias a ti logré vivir una buena vida con mis padres, gracias por librarme de compartir un mismo espacio contigo.

¡Ese contrato no es válido, me niego aceptarlo! [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora