¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Enzo apoya su celular en el banco roto y rayado para empezar a mirar hacia el frente, teniendo como vista a su profesor, un par de cabezas y el pizarrón. Trataba de prestar atención a las palabras de su profesor, pero últimamente le costaba más de lo normal, y eso que a Enzo le costaba una locura. Capaz eran los mambos de su casa o la culpa que poco a poco lo iba carcomiendo por dentro, consumiendo su energía para hacer cualquier cosa. Por la noche solía sentir algo similar a un ardor recorrer su interior, anudando su estómago y su garganta, aprisionado sus lágrimas también y así comenzaba a reprocharse las acciones que venía llevando a cabo el último mes, ¿Así de culiado estaba siendo? Sí, Enzo. Así de culiado estabas siendo. Se estaba yendo al carajo con la única persona que lo apoyaba, restando a sus amigos. Eso era ser un verdadero forro, se estaba cagando en lo que tanto tiempo le había llevado construir. No era fácil confiar en el más gato del colegio, no era fácil hacer confiar al bonito, pero callado.
— ¿Qué mierda, Enzo? —
Escucha de su novio y se gira.
— ¿Eh? — pregunta frunciendo el ceño y ve a su novio con su teléfono.
Ahora se iba a ir todo al carajo.
— ¿Qué chota te pasa? Le seguís hablando a la pelotuda esta. — escupe Julián con bronca.
Él solamente quería sacarse fotos con el celular de su novio para hacerse el lindo y dejarle de recuerdo un par de fotos en su galería y cuando apenas se había sacado dos había llegado un par de notificaciones a WhatsApp. Deslizó las mismas hacia abajo y leyó los mensajes que habían entrado, todo desde la pantalla de bloqueo porque Enzo había cambiado la contraseña y no se la había dicho. Los mensajes eran de Lucila, una chica de Economía, con la que Enzo solía hablarse antes.
— Pará Julián, estamos en medio del curso. — dice mirando hacia sus costados.
Viendo como la mirada que le da el Cuti dice '¿Te dije o no te dije culia'o? A llorar al campito ahora'
— ¿Ni te esmeras en negarlo? Sos un hijo de puta, Enzo. —
El profesor miraba la pelea desde su banco, no era su culpa ser chismoso de naturaleza.
— Da' Julián, ni me dejaste explicarte. —
— ¿Explicarme? ¿Explicarme qué, pelotudo? ¿Qué te seguís hablando con Lucila y soy un cornudo? — dice y se levanta saliendo del curso.
Todos sus compañeros lo miraban expectantes, Enzo se levanta de su lugar y sigue a su novio. Julián se había quedado afuera del curso, no quería una sanción por irse, pero no iba a llorar en frente de tanta gente.
— Juli.. — dice con suavidad, tratando de calmarlo.
El llanto del cordobés parece imparable, todos se pegan a la pared escuchando la pelea, hasta que Lisandro pone orden.
