¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Un campeón del mundo se habría separado hace diez días.."
"Enzo Fernández habría dejado a Valentina Cervantes.."
"Él querría vivir su vida de soltero, por eso la dejó"
"Ella está volviendo a Argentina con los nenes en estos momentos"
"Enzo decidió estar solo, no la veía venir pero lo acepté"
"¿Vos estás enamorada? Sí, lo quiero. No es lo mismo"
Con todos los portales llenos de estas frases, Enzo miraba el vacío de la casa en Londres. Todavía se sentía culpable y había vomitado dos veces esa semana. Tenía ese sueño recurrente donde todos se enteraban de eso y él se despertaba después de leer las redes llenas de odio contra él por ese motivo. La primera vez que lo soñó Valentina no se había ido, para las siguientes veces tuvo que autogestionar sus emociones, respirar hondo y permitirse estar tranquilo, aunque la ansiedad y los nervios le habían jugado una mala pasada esas dos veces que terminó vomitando. Hacía un tiempo había dejado de ser titular, y eso no ayudaba en nada, pero sabía que era un circulo vicioso del que no encontraba forma salir. Primero lo anímico, después lo futbolistico y así sucesivamente una cadena de desgracias. La noticia de su separación había salido a la luz a los pocos días, aunque él se sorprendió porque, a decir verdad, tardaron bastante para ser los medios argentinos. Lo habían tildado de infiel, de mal padre y mil cosas más que a decir verdad sí le afectaban, pero no más que el miedo que conllevaba tener un secreto guardado en el fondo de su pecho hacía años.
Él, aunque le costaba aceptarlo, lo sabía. No por nada se había permitido, secretamente por supuesto, experimentar. Su primer beso con otro hombre había sido con Santiago Simón, actual futbolista de River, con quien había compartido plantel años atrás cuando aún jugaba en Argentina. Había sido en una noche de demasiado alcohol, donde la atracción que el chico tenía hacia él era demasiado obvia que él decidió aprovecharla. Lo había besado esa vez, y se besaron un par más, pero nunca pasó nada más por un bendito pacto no hablado de no hablar de ello jamás. Este pacto tuvo a Enzo maquinando años, hasta que un día decidió dejar de preocuparse por algo que había pasado hace demasiado tiempo, y que supuestamente no sucedería jamás. Realmente con Santiago nunca pasó nada más, pero esa promesa que él se había hecho de nunca volver a estar con otro varón se habría roto por el año más importante de su vida.
2022.
El año en el que su vida cambió rotundamente en demasiados aspectos, eso era dos mil veintidós. Eran sus primeros pasos con su país, y había terminado ganando la copa del mundo, con su ídolo, y siendo el golden boy. Y aún así, con todo ello, había algo más importante que eso para Enzo. Y