Capítulo 5

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Narra Flavia 

Salimos de la brigada y fuimos directo a casa de mis padres, Miranda ya estaba despierta pero no quería separarse de mi, tanto Teresa como Emiliano intentaron tenerla aunque sea unos minutos pero se aferraba con fuerza.

– ¿Cómo les fue hija? 

– Mal, dijeron que tengo que esperar 48 horas antes de poder denunciar la desaparición de Javiera 

– ¿48 horas? 

– Si, alegan que Javiera pudo haberse ido por voluntad propia, que tengo que esperar 48 horas antes de poder denunciar la desaparición

– Tranquila hija, no hay nada que puedas hacer 

– Mamá es Javiera de quien estamos hablando, mi mujer

– Lo se Flavia, pero tienes que calmarte, tienes que centrarte en Miranda, tu hija te necesita 

– Lo se, pero necesito de Javiera 

Salí directo a mi casa, dejé a Miranda en su asiento, por primera vez se quedó tranquila, en cuanto llegamos subí con ella a mi habitación y la acomode a un lado mio, no quería dejarla sola en su habitación. 

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Narra Javiera 

No se cuanto tiempo paso, solo que estaba por quedarme dormida cuando la puerta se abrió y uno de los dos tipos bajo las escaleras, podía sentir su respiración chocando en mi cara, tardo un poco pero logro quitarme el pañuelo de los ojos. Sostenía una bandeja con un cuenco.

– Come– dejó la bandeja a un lado y la pateó hasta mi 

– ¿Por qué me tienen acá?, ¿qué quieren de mí? 

– Tranquila y come– tomé la bandeja 

– Por favor, solo díganme que quieren 

– De ti nada 

– ¿Entonces? 

– Tu esposa, queremos algo de ella, así que se buena chica y come

Asentí varias veces mientras comía esa especie de sopa que me habían dado. 

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*48 horas sin Javiera* 

Narra Flavia 

Por fin se habían cumplido las 48 horas para poder hacer la denuncia, los días estaban siendo una completa locura, Miranda buscaba desesperada a Javiera, no podía culparla, yo también me sentía desesperada por saber donde estaba.

Tomé a Miranda y salí directo a casa de Teresa y Gonzalo, quería que por lo menos el me acompañará a la brigada. 

– Flavia hola, pasa 

– Gracias Tere– mi hermana intentó tomar a Miranda y por primera vez mi niña fue con ella 

– Ven Miri, vamos a buscar al tío Gonza– me quedé en la sala mientras que Teresa subía las escaleras con Miranda, por primera vez en estos días me sentía tranquila al ver a mi hija con mi hermana. 

Unos cuantos minutos después Gonzalo bajo las escaleras, se acercó a mí y me abrazó. 

– Fla, ¿cómo estás? 

– Como puedo 

– Tranquila, la Javi va a aparecer– asentí sintiendo las lágrimas llenando mi ojos

– Quiero que me acompañes a hacer la denuncia 

– Está bien– Teresa bajo las escaleras con Miranda, me agaché para quedar a la altura de ella 

– Miri princesa, voy a irme unos minutos con tu tío Gonzalo, ¿te quedas con tu tía Teresa?– ella asintió y deje un pequeño beso en su mejilla– vuelvo en unos minutos– sonreí al ver como mi hermana tomaba su mano y las dos se alejaban a la sala 

Gonzalo y yo nos dirigimos a la brigada, en cuanto entramos la misma mujer que nos había atendido la última vez salió de la oficina. 

– Señora veo que volvió 

– Así es, necesito hacer la denuncia por el secuestro de mi esposa 

– Está bien señora, sígame– volví a seguirla a su oficina y me senté frente al escritorio– bien, primero me voy a presentar, soy la subcomisario Melissa Rodriguez y yo voy a llevar su caso, cuénteme que paso

– Quiero denunciar el secuestro de mi esposa Javiera Cáceres Betancourt, hace dos días alguien se llevó a mi esposa y me mandó un mensaje para advertirme que la tenían– ella asintió y lo anoto en su computadora 

– ¿Volvieron a contactar con usted? 

– No, y ya me estoy volviendo loca 

– Okey, necesito que me mande una copia del mensaje y una foto de su esposa además de sus datos completos

– Por favor, necesito encontrar a mi esposa 

– Haremos todo lo que esté en nuestras manos 

Le pase todas las cosas que me pidió, tardamos casi una hora hasta que por fin quedó asentada la denuncia. Salí de la oficina y me acerque a Gonzalo. 

– ¿Y cómo te fue? 

– La denuncia ya está hecha– él asintió y la subcomisario salió de la oficina

– Leiva tú sabes cómo procederemos, necesito ahora que se vayan a sus casas, nosotros vamos a empezar con el rastrillaje 

– Mantenme informado Melissa 

– Vete a casa Leiva y llévate a tu cuñada

Subimos a la camioneta de Gonzalo y los dos nos quedamos callados unos cuantos minutos, podía sentir las lágrimas cayendo por mi cara. 

– ¿Crees que esto sirva de algo? 

– Estoy seguro que de algo tiene que servir– asentí y lo vi tomar su celular– iremos a casa de tus padres, Tere me aviso que fue para allá con Miranda 

– Esta bien

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N/A: Buenas, aquí un nuevo capítulo y hoy también otro aniversario de Flaviera. Espero que lo disfruten

Resiliencia (Sigues siendo mi Serendipia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora