Capítulo 18

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*30 días y 17 horas sin Javiera* 

Narra Javiera 

Ya había pasado un mes desde que Joaquin y Dante me tienen en esta cabaña, intenté escapar pero tenían todo vigilado y nunca me dejaban completamente sola. Di varias vueltas por la pequeña habitación, la única ventana que había estaba tapada con maderas y la puerta permanecía bajo llave. 

Camine de nuevo hasta la cama, me senté apoyándome contra la pared, puse una de mis manos sobre mi vientre, todavía mi guaguita no había empezado a moverse pero sabía que em cualquier momento empezaría y esta vez Flavia no estaría conmigo. 

Pasr mi otra mano por mi pelo acomodándolo un poco, cada día por medio Joaquin venía a buscarme para que tomara una ducha de 5 o 10 minutos. 

Estuve unos 30 minutos sentada en la cama, había intentado seguir leyendo el libro que Joaquin me había pasado pero estaba cansada así que lo deje. 

La puerta se abrió dejando entrar a Joaquín, me miró unos segundos antes de avanzar hasta donde estaba, tendió una mano hacia mí para ayudarme a pararme. 

– Necesito que vengas conmigo 

– ¿Qué quieres? 

– Solo ven– lo mire con duda y caminé junto a él. Todo en la cabaña estaba apagado, lo único era la puerta abierta– ni pienses en correr 

– ¿Qué está pasando? 

– Solo sígueme, luego te diré– lo seguí en completo silencio. Joaquin me guió hasta un auto y me hizo subir, coloque el seguro en la puerta y subió del otro lado. 

Arrancó y manejó durante unos cuantos minutos, no se a donde estamos yendo pero cada vez más lejos de la ciudad. 

– ¿A dónde estamos yendo? 

– Nos alejaremos un poco de la ciudad para que puedas tener un control de tu embarazo

– ¿Qué? 

– Ya paso un mes y necesitas un control de tu embarazo

– ¿Cómo se que puedo confiar en ti? 

– Mira se que no tienes porque confiar en mi, pero no quiero hacerte daño y tampoco quiero lastimar a tu bebé 

Volví a quedarme en silencio y él manejo por varios minutos. Me quedé mirando por la ventana tenía una de mis manos en mi vientre cuando de pronto sentí un pequeño movimiento. 

– ¿Estás bien? 

– ¿Qué?– volví a mirarlo, Joaquin parecía preocupado 

– Hiciste una mueca cuando pusiste tu mano en tu vientre 

– Se acaba de mover 

– Es la primera vez, ¿cierto? 

– Si– sentí mis ojos llenarse de lagrimas– se esta moviendo y Flavia no está conmigo 

– Oye… – se quedó en silencio unos segundos– se que te gustaría estar con Flavia pero… 

– ¿Cuándo podré volver a mi casa?, necesito estar con mi hija y Flavia 

– Aun no volverás, Dante quiere que Flavia este lejos de ti durante tu embarazo– asentí algunas veces,  llevaba repitiendo eso desde que supieron que estaba embarazada. 

Dante Covarrubias había decidió que mantendría lejos de Flavia durante toso el embarazo y Joaquin me ayudaba a que ella se mantuviera informada de lo que iba pasando. 

Joaquin manejo por casi dos horas más, ya estaba oscureciendo y no había parado en ningún lugar. 

– A unos 3 kilómetros hay un hostel, nos quedaremos ahí esta noche y mañana seguiremos viaje 

– ¿Puedes decirme a donde estamos yendo?– me miró unos segundos y volvió a centrar su vista en la ruta 

– Iremos hasta Valdivia, cuanto más lejos de Santiago mejor 

Volví a quedarme callada mirando por la ventana, no tenía forma de escapar. Ya había oscurecido bastante cuando llegamos al hostel, él bajo primero y abrió la puerta de mi lado. 

– No dirás nada, tengo un arma y no quiero tener que usarla– asentí algunas veces y baje, paso su mano por mi cintura apretando algo fuerte.

El hostel no era muy grande, parecía más que nada una casa con varias habitaciones, había algunos cuadros llenos de polvo colgados en las paredes. Joaquin avanzó y apoyó su mano sobre el escritorio llamando la atención de la mujer detrás. 

– Buenas noches, bienvenidos– la mujer debía tener unos 50 años o más, llevaba unos anteojos de aumento y su pelo canoso– ¿en que los puedo ayudar? 

– Amm, mi esposa y yo estamos necesitando una habitación para esta noche 

– Claro– asintió y tomó un libro– la habitación 24 será para ustedes, ¿cuánto se van a quedar? 

– Solo por esta noche 

– Esta bien, por favor firme aqui– giro el libro y el firmo– por favor síganme– nos guió hasta la habitación– ¿estai esperando guaguita?– los dos la miramos y él puso una mano en mi vientre 

– Así es, ya está en el sexto mes 

– ¿Ya saben que va a ser?– negué algunas veces 

– Disculpe señora, pero tuvimos un viaje largo y nos gustaría descansar

– Claro, que descansen– me empujo dentro de la habitación y cerró la puerta

– Duerme, mañana seguiremos con el viaje 

– Amm 

– ¿Qué pasa? 

– Me gustaría saber, ¿cómo están Flavia y mi hija?– me miró unos segundos y prendió la tele 

*Emiliano Betancourt fue puesto bajo custodia policial tras encontrar pruebas que lo implican con el secuestro de su cuñada, la cantante y compositora Javiera Caceres, quien lleva alrededor de un mes secuestrada. 

Hace unos días, Emiliano fue puesto bajo la custodia de los oficiales de la BDI, donde también trabaja su cuñado Gonzalo Leiva, veremos cómo proceden las cosas para el menor de los hermanos Betancourt* 

Volví a mirar a Joaquin que estaba sonriendo levemente, sentía varios movimientos en mi vientre, mi bebé estaba inquieto. 

– Por favor, no hagan que Flavia dude de su familia, los necesita 

– Lo siento niña, pero debía pasar 

– Flavia no los puede perder ahora, por favor– Joaquin volvió a reír y se acercó a donde estaba 

– Será mejor que descanses esta noche, mañana veremos cómo sigue tu embarazo 

Resiliencia (Sigues siendo mi Serendipia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora