Capítulo 13

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Narra Javiera

Mi cuerpo ya no duele tanto pero sigo teniendo miedo de que algo le pasó a mi guagua, abrí los ojos encontrándome con un techo demasiado blanco para ser real, las máquinas a mi lado producen un pitido constante indicando tal vez mi pulso.

Una mano suave y delicada acaricia mi cara en un pequeño roce mientras acomoda mi pelo. Flavia permanece a mi lado, una de sus manos esta sobre mi vientre y la otra intenta acomodar mi pelo de alguna manera. Pongo mi mano sobre la suya llamando su atención.

– Hey linda, ¿cómo te sientes?
– Tengo miedo– ella me da una media sonrisa
– Lo se mi amor, pero te prometo que estoy haciendo todo para encontrarte y estar contigo y nuestro bebé
– ¿Está bien?
– Si mi amor, te intoxicaste con la comida que te dieron
– Quiero volver a casa contigo y Miri
– Nosotras también queremos que vuelvas, pero todo va a estar bien
– ¿Cómo está mi niña?
– Está bien, pregunta todos los días por ti paso sus manos a mis mejillas secando las lágrimas que empezaron a caerno llores mi amor
– Tengo mucho miedo amor, no quiero que le pase nada a nuestro bebe
– Lo sé, lo sé, tranquila amor, te prometo por todo lo que tenemos que estoy haciendo todo en mis manos por buscarte y encontrarte

Flavia me ayudó a sentarme en la camilla, se sentó a mi lado y pasó ambas manos por mi cintura hasta mi vientre. Lo único que quería era que esto fuera real, estar con ella a mi lado, puse mis manos sobre las suyas y me apoyé en su pecho.

Ella se quedó sosteniéndome durante varios minutos y solamente me limite a cerrar los ojos, llevaba apenas una semana con Dante y Joaquín y lo único que quería era volver a mi casa.

– Mis padres y tu padre están muy felices de tener un nuevo nieto
– Quería decírtelo de otra manera esta vez
– Gracias
– ¿Por qué?
– Por la familia que estamos formando juntastoma mi mano y se separa un poco de mi– ven sígueme
– ¿A dónde vamos?
– Sígueme Javi, no va a pasar nada malo– me ayuda a bajar de la camilla y me guía por el pasillo hasta unas largas escalerasVen subamos

No noto en que momento terminamos de subir las escaleras, pero cuando lo hacemos estamos en la terraza de la oficina de Flavia, tomándome por la cintura me guío hasta el sillón.
– ¿Quienes son?– la miro sin entender– ¿quiénes son las personas que te tienen?
– ¿Cómo sabe que es más de uno?
– Solo lo séasiento algunas veces y cuando intento decirle quienes son, veo como ella se vuelve borrosa delante mío
– ¿Flavia?

De nuevo estoy sola en esta habitación, todo es demasiado blanco y tranquilo, la máquina que está conectada a mi emite el mismo pitido indicando mi pulso, llevo ambas manos a mi vientre.

Abro los ojos y efectivamente lo primero que puedo ver es ese techo completamente blanco, siento como ya mi cuerpo no duele tanto, no más allá de un punto en mi brazo izquierdo, lo miro y noto un pequeño tubo de una bolsa de suero.
También hay una maquina tomando mi pulso y el de mi bebé, intento sentarme en la camilla pero una manos sobre mis hombros me lo impide.

– Joaquin, ¿qué me pasó?
– Te intoxicaste con algo que comiste y te deshidrataste
– ¿Mi guagua?
– Esta bien, tuvieron que hacerte una ecografia– se acercó a mí sosteniendo unos papeles– ten
– ¿Qué es esto?
– La ecografia de tu bebé– abrí las hojas y efectivamente pude ver la ecografia– la doctora dijo que esta bien y que tienes unas 19 semanas ya
– ¿Crees que Flavia pueda ser parte de esto?
– ¿Cómo?
– Envíale esta ecografia, quiero que ella la tenga
– ¿Segura que no quieres una copia?
– Flavia no está siendo parte de esto y ella también es su madre
– Esta bien, se la mando, ¿quieres escribirle algo?
– Por favor– el asintió y busco una lapicera

《Flavia, mi amor esta es la primera ecografia de nuestro bebé, quiero que tu la guardes, se que si me llega a pasar algo tu cuidarás a nuestros hijos con tu vida. Te amo》

Doble las hojas y se las di a Joaquin, él me miró durante unos segundos y me dio un pañuelo.

– No llores por favor– seque mis lágrimas
– Tengo miedo, no se que va a pasar conmigo
– Tranquila, Dante no te va a lastimar, solo quiere asustar a Flavia
– ¿Mi guagua va a estar bien?
– No voy a dejar que le haga daño– asentí algunas veces y él puso una de sus manos sobre mi vientre– tu bebé va a estar bien
– Gracias

Los dos nos quedamos en silencio por unos cuantos minutos, Joaquin seguía con una de sus manos sobre mi vientre. Cerré los ojos unos segundos y la puerta se abrió de golpe

– Tenemos que irnos– Dante había entrado, parecía asustado– alguien aviso que la vieron y esta viniendo la policía
– Por favor déjenme, no diré nada
– ¡CALLATE NIÑA!– me tomó de los brazos e hizo que me sentara– vamonos antes de que lleguen los pacos– mire a Joaquin y el solo nego
– Perdón– volvió a tomarme en sus brazos y salimos de la habitación, intento luchar pero no tengo tanta fuerza

Resiliencia (Sigues siendo mi Serendipia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora