Resiliencia (Sigues siendo mi Serendipia)

Capítulo 16

*21 días, 18 horas sin Javiera* 

Narra Javiera 

Desde que Joaquin y Dante me habían sacado rápido del hospital las cosas habían cambiado un poco. 

Tenían miedo de que alguien nos hubiera seguido así que nos movimos a una cabaña más alejada. Ellos habían discutido, Joaquin insistía en que no podía seguir quedándome en un sótano y Dante terminó cediendo con la condición de que debería volver a usar la cadena en el tobillo. 

Así que acá estoy, en una habitación mucho más chica que el sótano, con la única ventana complemente tapada para evitar cualquier ilusión de escape. Mi vientre estaba empezando a crecer, pero todavía no podía sentir ningún movimiento. 

La única vez que Dante había entrado en la habitación fue para mostrarme un video de un nuevo comunicado que había hecho Flavia. 

*Flashback* 

La puerta se abrió de golpe dejando entrar a Dante, me miró durante unos segundos y me tendió una tablet. 

– Tu maravillosa esposa acaba de hacer una nueva declaración a la prensa 

《Cómo todos ya saben que mi esposa Javiera Cáceres lleva más de una semana desaparecida y también saben que la vieron en el hospital, los policías están haciendo todo lo que pueden para encontrarla. 

Lo que más queremos es que Javiera vuelva a casa y poder estar juntos como familia de nuevo. 

Solo les pido que por favor nos dejen seguir tranquilos, nuestra hija necesita estar tranquila, estoy haciendo todo por encontrarla, gracias a todos por estar pendiente de ella y de nuestra familia》 

*Fin del flashback* 

Puse una mano sobre mi vientre, la puerta se abrió dejando entrar a Joaquin, me miró durante unos segundos antes de acercarse, se sentó en la punta de la cama. 

– ¿Qué va a pasar ahora? 

– Hable con Dante, quiere que pases todo el embarazo aquí 

– ¿Qué? 

– Quiere hacer sufrir a Flavia, te hará pasar todo el embarazo lejos de ella 

– ¿Por qué? 

– Esa es su idea, yo no puedo hacer nada– lo mire durante unos segundos– necesito que hagas algo 

– ¿Qué quieres? 

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Narra Flavia

Guarde toda la plata en un bolso, Emiliano me llevaría hasta la plaza para hacer el intercambio mientras que la inspectora Rodriguez iba a mantenerse a unos metros por sí existía la posibilidad de meterlos presos y liberar a Javi.

– ¿Estás lista? 

– Si, tengo todo 

– Deja a Miri conmigo– Adriano se acercó a mí, dejé un beso en la frente de mi niña y el la tomó en brazos 

– Vuelvo en un rato mi niña– mire a Emiliano que se acercó más a mi– vamos Milito 

Los dos subimos a la camioneta, Emiliano tomó mi mano antes de arrancar. El viaje fue corto, solo unos 20 minutos, los dos en completo silencio. 

– Fla… 

– ¿Y si es una mentira? 

– Puede llegar a serlo, como no, es tu esposa y la madre de tus hijos la que te necesita– asentí, tomé el bolso y baje

Pase mi vista por todo el lugar durante unos segundos, varios metros alejados de donde estaba yo, había un auto negro estacionado esperando a que pasara algo, dentro estaba la inspectora Rodriguez junto con Gonzalo. 

Me quedé parada en el medio de la plaza sosteniendo el bolso hasta que un hombre se acercó a mí. 

Tenía una gorra negra que dejaba ver un poco de su pelo casi completamente gris, una remera blanca y un Jean azul, en ningún momento levanto la cabeza. 

– ¿Erei Flavia Betancourt? 

– Si– estiro una de sus manos enseñándome un celular– dame el bolso con la plata y toma el celular– lo mire unos segundos– apurando con el tramite que me tengo que ir–  le pase el bolso mientras agarraba el celular– es una llamada 

*Llamada* 

– ¿Hola?– espere unos segundos, solo se escuchaba una respiración un poco acelerada– ¿hola? 

– ¿Flavia?– era ella, su voz 

– ¿Javi, mi amor?, ¿eres tú? 

– Si mi amor, soy yo– pude escuchar como su voz se quebraba 

– ¿Cómo estás?, ¿tu y nuestro bebé están bien?, ¿dónde estás? 

– Estamos bien, no puedo hablar mucho

– ¿Dónde estás? 

– No lo se, mi amor, cuida a nuestra niña y cuídate mucho por favor 

– Amor… 

– No puedo hablar mucho Fla, cuídate y cuida a Miri por favor, te amo 

– Te amo– sin dejarme decir nada más la llamada se corto

*Fin de la llamada* 

Me quedé parada ahí, en el medio de la plaza intentando entender que había pasado. 

Gire cuando sentí una mano en mi hombro, Emiliano me miraba confundido, unos pasos detrás de él estaban Gonzalo y la inspectora. 

– ¿Qué pasó? 

– Javiera… 

– ¿Qué?, ¿qué pasa con la flaca? 

– Ella… me hablo– Gonzalo se acercó más– me dijo que no podía hablar mucho pero que estaba bien 

– ¿Hablo con su esposa?

– Si, me dieron este celular y ella hablo conmigo 

– ¿Qué le dijo? 

– Que esta bien, que no podía hablar mucho, no sabe donde esta, que me cuide y cuide a Miri

– ¿Está segura de que era su esposa? 

– Todavía puedo reconocer su voz– se limitó a asentir 

– Necesito que me entregue ese celular para revisarlo y ver si conseguimos alguna pista de donde esta su esposa