Narra Flavia
Llegamos al hospital, todo el lugar estaba rodeado de policías y periodistas que quería saber que era lo que había pasado. Mi madre se quedó con Miranda mientras que Emiliano llamaba a Adriano.
Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitían, pero antes de poder llegar lejos Gonzalo me freno tomándome por los hombros.
– Calma
– ¿Cómo está?, ¿Cómo la viste?
– Esta bien, están haciéndole una revisión
– ¿Cómo la encontraron?
– Se entrego– señaló detrás mío, gire rápidamente y me quedé quieta viéndolo. Di algunos pasos hasta enfrentarlo.
– Joaquin Acevedo– me miró sonriendo, tenía un aspecto demacrado parecía que llevaba varios dias sin dormir
– No mereces a Javiera, es mucha mujer para ti
– ¿Qué sabes?
– Se más de lo que tu crees Betancourt, eso puedo asegurartelo– cargue mi mano con furia y la estrelle en su cara, no le importo, me miraba sonriendo
Volví a donde estaba Gonzalo y antes de que pudiera decir algo la puerta se abrió dejando salir a la doctora.
– ¿Cómo está?
– Logramos estabilizarla, por suerte tanto ella como el bebé están bien
– ¿Ya nació?
– Si, el bebe tiene apenas una semana, ¿quiere verlo?
– ¿Puedo?
– Claro, sigame
Seguí a esa doctora, mi niño ya había nacido y no había podido estar a lado de Javiera como la primera vez, la doctora se detuvo frente a un gran ventanal donde habían varios cuneros. Habían pasado casi 5 meses de una completa tortura y tal vez las cosas volverían a ser como antes
– Espera aquí por favor– asentí mientras ella caminaba dentro y volvía con uno de los cuneros hasta el ventanal.
En la punta del cunero había un cartel pegado donde se podía leer "Betancourt Cáceres" sonreí mientras veía a mi pequeño niño envuelto en esa manta con patitas de hule.
Mateo estaba despierto mirando todo alrededor suyo, sus ojos eran de un azul profundo bastante oscuros y la pequeña pelusa de pelo también era oscura, muy parecido al de Javiera.
Podía decir que era igual a Miranda cuando nació, salvo por sus ojos, mi niña tenía los mismos ojos de Javiera, mientras que Mateo los tenía parecidos a los míos.Pocos segundos después la doctora volvió a salir, se acercó a donde estaba.
– El bebé está bien, quien me preocupa un poco es su esposa, esta baja en peso y tampoco sabemos bien en qué condiciones tuvo al niño
– ¿Ella va a estar bien?
– Si, deberá quedarse algunos días internada hasta que se reponga pero estará bien
– ¿Puedo verla?
– Claro– Volvimos a la habitación, mis hermanos y mis padres con Miranda ya estaban ahí esperando
– Mamá– mi niña estiro sus brazos a mi para que la tomara– quiero ver a mami
– Lo se bebé– mire a la doctora que asintió dejando que Miri también entrara
Abrí la puerta y me quedé unos segundos viendola, tenía los ojos cerrados, unas ligeras ojeras se marcaban, avance unos pocos pasos hasta quedar junto a la camilla.
– Javi– abrió sus hermosos ojos verdes para mirarme sonriendo– mi amor
– Flavia, mi amor– sus ojos se llenaron de lágrimas y estoy segura que los míos también– Miri, mi princesa– deje que Miranda se colocará sobre ella, Javiera la abrazó con fuerza mientras dejaba un beso en su cabeza– mi niña, estas enorme- varias lágrimas corrieron por su cara
– Mami– escondió su cara en el cuello de Javiera, mientras las lágrimas caían por su cara
– Esta bien bebe, tranquila– beso nuevamente su cabeza
Me quedé observándola durante unos segundos sosteniendo solamente su mano mientras que ella calmaba a Miri.
– ¿Cómo estás?– Javiera me miró, sus ojos estaban levemente rojos, pero me dio una sonrisa débil
– Un poco cansada, pero estoy bien
– Aun no entiendo mucho que pasó, pero estoy feliz de que estés aqui– me acerque más a ella para dejar un pequeño beso en sus labios
Dios, no había notado cuanto había extrañado sentir sus labios en los míos, ella era perfecta, mi hermosa Javiera, había pasado por mucho pero ella seguía adelante. Miranda dormía cómodamente sobre su pecho mientras ella pasaba distraídamente sus dedos por su pelo.
– Te extrañe mucho mi morena
– También te extrañe Betancourt
– Vi a nuestro pequeño, es perfecto– una lagrima cayó por mi cara– me perdí todo tu embarazo– ella solo nego– No quiero perderte Javi, no podría soportar volver separarme de ti
– No lo vas a hacer– acaricie su mejilla- prometo que todo se esta acomodando mi amor
Un rato después la doctora entró con el cunero con Mateo, lo dejo a un lado de la cama.
- Mateo esta bien, podrá quedarse en la habitación con ustedes- asentí y me acerque un poco más- ¿quiere que la ayude a tomarlo?
- Por favor- ella tomo a Mateo y se acercó a mí
- Ven pequeño príncipe, vamos con mamá- lo acomodó en mis brazos- cualquier cosa que necesiten no duden en buscarme, ahora las dejo así están tranquilas con los niños
Salió de la habitación, dejándonos solas, empecé a caminar despacio por todo el lugar.
– Hola mi niño, yo soy tu mamá Flavia– acaricie su mejilla mientras él abria los ojos– te prometo bebé que nunca te va a faltar nada, tu mami Javi y yo siempre vamos a estar para ti y para tu hermana
Sonreí mientras lo acunaba en mis brazos, Javiera nos miraba desde la cama y por fin sentía que las cosas se iban acomodando poco a poco, sabía que teníamos algunas cosas que hablar pero también sabía que ella tenía que descansar y reponerse antes.
Me quedé paseando por toda la habitación hasta que Mateo se quedó completamente dormido, lo dejé en el cunero y me senté en el sillón que estaba a un lado.
Mire nuevamente hacia la camilla, Javiera pasaba su mano despacio por el pelo de Miranda mientras que ella seguía con su cara escondida en el cuello de mi morena.
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Resiliencia (Sigues siendo mi Serendipia)
FanfictionResiliencia: Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversa