Hola

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–Hola– Dejó de leer su libro y volteo a ver a quien lo saludaba, sonrió casi inconscientemente al verlo– ¿Puedo sentarme?–

Él estaba sentado debajo de un gran árbol, no sabría decir cuál, pero sus flores eran color lila y sus hojas caían casi hasta el suelo, en esa época apenas estaba floreado, el verano estaba terminando, por lo que el clima empezaba a ser un poco menos cálido y las flores empezaban a florecer, sin embargo, el sol seguía tan intenso como lo fue en los inicios del verano, a pesar de las frondosas hojas, un poco de luz solar llegaba hasta él e iluminaba lo suficiente para facilita su lectura.

–Claro, siéntate– El Hyuga vió como se sentaba a la par suyo, muy cerca, rozando su hombro– ¿Me has estado buscando?– Preguntó

–Si, te he buscado, pero no por eso te he encontrado hoy ¿O si? No te he encontrado yo, tu saliste de tu escondite... ¿Por qué hasta ahora?– Tantas preguntas que le podría hacer, ¿Por qué hizo la más complicada de contestar?

–¿Cómo sabes que yo dejé mi escondite?– Evadió su pregunta con otra, su intención fue muy obvia.

–Estas aquí, en este árbol, nuestro árbol... Antes pasábamos tanto tiempo aquí, tengo tantas buena memorias bajo este árbol que la nostalgia me llena cada que vengo... Vengo muy seguido, no creo que sea casualidad encontraré justamente aquí– Notó una lágrima caer de sus ojos, de sintió tan culpable, era culpable de esa lágrima y de muchas otras– Bien, ya conteste tu pregunta, es tu turno–

–No es algo fácil de decir, supongo que tampoco es una noticia fácil de recibir, por favor... No me odies más de lo que seguramente ya lo haces– Tomo aire – Cuando me fui... Mi tío había llegado al punto de amenazarme con mi vida y... También con tu vida, no podía quedarme en su casa, tenía que huir, pero no podía ponerte en peligro si mi tío me encontraba, por eso corte toda relación contigo...– Hizo una pausa– Mi tío ha muerto, su muerte aún no se hace pública, por eso aparezco hasta ahora, pero... Mierda ¿Cómo se supone que lo diga? – Volteo a ver a quien estaba sentado al lado suyo– Tenemos un bebé juntos, bueno, un pequeño niño; somos padres, Shikamaru– El Nara también volteo a verlo y, hasta ese momento, notó las lágrimas que caían de los ojos de quién había sido su pareja, de quien tanto amó y ama.

–¿Un bebé? ¿Tenemos un bebé? ¿Tu y yo? Ya debe tener unos 5 años teníamos apenas 16 cuando te fuiste... Eras muy joven, no estuve allí, lo lamento. No estuve con mi hijo durante sus primeros años de vida...–  La anterior amenaza a su vida quedó completamente en el olvido, tenía sentido; acababa de decirle que era padre y que no estuvo con su hijo durante sus primeros 5 años de vida. A él mismo le dolía no haberle dicho antes, le dolía que su pequeño preguntara por Shikamaru y tener que decirle que no sabía cuándo iba a llegar, le dolía tanto no haber compartido esos 5 años con el Nara; con la persona que más ama, pero le habría dolido más la muerte de Shikamaru, le habría dolido tanto... Talvez no habría logrado sobrevivir si él moría.

–Lo lamento– Empezó a dejar caer varias lágrimas, sollozó un poco– Me habría encantado compartir todo esto contigo antes... Temía por tu vida, la vida de Hizashi, así se llama nuestro hijo. ¿Sabes? Es un niño muy listo, pero vago, me recuerda mucho a ti... Es tan parecido a ti, cuando lo veo puedo verte– Volvió a sollozar y cubrió su cara con sus manos, evitando que viera sus lagrimas– Entiendo si no quieres cambiar toda tu vida por el o por mi, podemos seguir solos. Solo... Quería que lo supieras, esperaba quizá evitar que me odies, entendería si lo hicieras. Por favor, no me odies, Shika... Te amo– Sintió como el Nara lo abrazaba y lo hacía recostar su cabeza en su hombro, él también hizo lo mismo en su propio hombro... Algunas lágrimas caían y mojaban la ropa de ambos.

–Esta bien – Dijo con voz suave– Está bien... No te odio– Se levantó un poco y lo vio a los ojos– Te amo demasiado como para odiarte– Sonrió y se acercó a el, poco a poco, con la clara intención de besarlo, a pesar de no estar seguro de si era lo mejor; dejo que lo hiciera, quería que lo besara, necesitaba volver a sentir esos labios.

Un tierno y cariñoso beso, lento... Suave, cálido: Perfecto.

–Quiero conocerlo, quiero ser parte de sus vidas, quiero ser padre– Shikamaru volvió a recostar su cabeza en su hombro, el solo se quedó quieto, disfrutando tenerlo cerca.

–Lo conocerás, él estará tan feliz... Yo estoy tan feliz. Gracias por no odiarme– Sonrió y, a pesar de que no podía ver su sonrisa, Shikamaru supo que sonreía y dejó salir una pequeña risa.

–Aun tienes ese hábito de no dejarme verte sonreír... Con lo bonita que es tu sonrisa– Sintió como lo abrazaba con más fuerza y sonrió aún más – No sé si sea el momento pero... Tecnicamente nunca terminamos– ahora fue él el que se rió.

–No, nunca terminamos... No quieres hacerlo ahora, ¿No?– Dejaron el abrazo para verse a los ojos.

–No, no quiero. No soportaría perderte otra vez– Volvió a besarlo, un beso corto y lleno de sentimientos– Te amo tanto– Susurro.

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–Un mes, hace un mes no escribo nada. Lo siento, he estado muy ocupada, problemas personales

–Espero que esto no haya quedado tan mal, siento que perdí la práctica... Trataré de no dejar tanto tiempo sin escribir

ShikaNeji Shorts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora