Capítulo 2: Los Guardianes de la Cúpula

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El aire en los pasillos subterráneos de Coopernique era húmedo y cargado de un olor a humedad. Libany y su grupo continuaban avanzando, con cada paso adentrándose más en el misterio que envolvía a la ciudad. La luz tenue de sus linternas iluminaba las paredes desgastadas, revelando señales de actividad reciente.

Después de explorar varios pasillos y habitaciones abandonadas, encontraron una sala secreta oculta detrás de una puerta reforzada. El latido acelerado de sus corazones resonaba en el silencio mientras empujaban la puerta y se adentraban en la sala.

El interior estaba iluminado por pantallas brillantes y equipos electrónicos zumbantes. En el centro de la habitación, había un escritorio con una computadora encendida y pilas de documentos meticulosamente

organizados. Libany se acercó con cautela y comenzó a examinar los archivos.

Lo que descubrieron allí fue impactante. Los documentos revelaban la existencia de una organización clandestina llamada "Los Guardianes de la Cúpula". Esta organización era responsable de mantener el control sobre la ciudad, manipulando la información y llevando a cabo experimentos secretos en los habitantes de Coopernique.

Libany y su grupo se sumergieron en la lectura de los informes, horrorizados por las atrocidades que habían sido cometidas en nombre del control y la supervivencia. Los experimentos médicos, las desapariciones forzadas y la explotación de los recursos eran solo algunas de las prácticas ocultas bajo la cúpula metálica. En ellos encontraron unos planos en el que se podía leer 'CCC'.

Mientras Libany se sumergía en la lectura de aquel informe particularmente revelador, un sonido de alarma llenó la sala. Las luces parpadearon y las pantallas de la computadora mostraban una advertencia de intrusión detectada. Habían sido descubiertos.

El grupo se miró en pánico, consciente de que su tiempo se estaba agotando. Las voces nerviosas se mezclaban con el sonido de pasos apresurados que resonaban en los pasillos cercanos. Sabían que tenían que actuar rápido si querían escapar con vida.

Libany se volvió hacia sus compañeros con una expresión determinada en su rostro. "¡Tenemos que salir de aquí ahora mismo!" exclamó en voz baja pero urgente. El grupo se apresuró a apagar las luces y guardar los documentos en sus mochilas, intentando dejar el menor rastro posible de su presencia.

El sonido de los pasos se acercaba cada vez más y las voces de los guardianes resonaban en el pasillo. Libany guió al grupo en dirección opuesta, adentrándose más en el laberinto subterráneo en un intento de perder a sus perseguidores.

Los corazones latían acelerados mientras avanzaban con sigilo, evitando las zonas más iluminadas y tomando rutas alternativas. Los murmullos de los guardianes se hicieron más audibles, lo que indicaba que estaban cerca.

De repente, una voz resonó por los altavoces del pasillo, llenando el aire con un tono autoritario y amenazante. "¡Intrusos detectados! ¡No hay escape! ¡Ríndanse y serán sometidos a juicio!".

El grupo aceleró el paso, sus respiraciones entrecortadas y los ojos llenos de determinación. Con cada giro y cada puerta que cruzaban, sentían cómo se acortaba la distancia entre ellos y sus perseguidores.

De repente, un haz de luz iluminó el pasillo detrás de ellos, y la silueta de los guardianes se recortó contra el fondo. "¡Ahí están!" gritó uno de ellos, señalando hacia el grupo.

Sin dudarlo, Libany y su equipo se lanzaron hacia una puerta lateral que conducía a una sala de mantenimiento. La abrieron con rapidez y entraron, cerrándola detrás de ellos y bloqueándola con un armario pesado que encontraron a su alcance.

La sala de mantenimiento estaba oscura y llena de herramientas y suministros. El grupo se agachó en silencio, tratando de controlar su respiración mientras escuchaban los golpes y las voces apresuradas de los guardianes fuera de la puerta.

Pasaron varios minutos de tensa espera hasta que finalmente los sonidos se desvanecieron. Libany y su equipo se miraron con alivio, pero sabían que no podían quedarse allí por mucho tiempo. Necesitaban encontrar una salida y continuar su búsqueda.

Con cautela, abrieron la puerta y se adentraron en los pasillos nuevamente. Esta vez, su objetivo era encontrar una ruta de escape segura. Avanzaron con pasos sigilosos, prestando atención a cada ruido y señal de peligro.

La tensión en el aire era palpable mientras se adentraban más en la oscuridad. Los latidos de sus corazones resonaban en sus oídos, recordándoles que estaban en una carrera contra el tiempo y contra lo que parecía ser un enemigo más poderoso de lo que imaginaban.

TRAS LOS MUROS DE CRISTAL (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora