Capítulo 17: El Último Acto

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La noticia de la revelación de los crímenes de los Guardianes de la Cúpula había estremecido los cimientos de la sociedad encapsulada. Las manifestaciones y protestas se intensificaron, y la determinación de la gente por obtener justicia se fortalecía día tras día.

Libany, Olivia y el resto de los rebeldes se encontraban en una situación crucial. Habían logrado salir de la Cúpula y adentrarse en el mundo exterior, pero su misión aún no había terminado. Sabían que debían enfrentar el centro de operaciones de los Guardianes y detenerlos de una vez por todas. Luck ya había estado en aquel lugar del exterior y era el único que podía guiar al TPDC.

Tras un arduo viaje, el grupo de rebeldes llegó a un punto desde donde podían divisar el imponente edificio que albergaba a los Guardianes. Era una estructura majestuosa, rodeada de una valla de seguridad impenetrable.

—Ese es nuestro objetivo final, el centro de operaciones de los Guardianes —dijo Libany, con una mirada determinada en sus ojos—. Es hora de poner fin a su reinado de terror.

Olivia asintió, compartiendo la misma resolución. Juntos, trazaron un plan meticuloso para infiltrarse en la instalación y desmantelar el poder de los Guardianes de una vez por todas.

El grupo avanzó en silencio, aprovechando las sombras y evitando a los guardias en su camino hacia la valla de seguridad. Utilizando habilidades adquiridas durante su lucha, sortearon obstáculos y desactivaron dispositivos de seguridad con precisión milimétrica.

Finalmente, llegaron a la entrada principal del centro de operaciones. La puerta masiva se alzaba frente a ellos, como un símbolo de la opresión que habían sufrido durante tanto tiempo. Libany se acercó y, con habilidad, la desactivó.

Al adentrarse en el edificio, los rebeldes se encontraron con pasillos iluminados y habitaciones vigiladas. Se movían con sigilo entre las pocas zonas oscuras que había, evitando el contacto directo con los guardias y utilizando sus conocimientos adquiridos para evitar ser detectados.

En medio de su incursión, los rebeldes se encontraron con una sala central, donde se encontraban los dos Guardianes más poderosos y peligrosos. Estaban parados frente a una puerta blindada, protegiendo el acceso al ordenador central que contenía los secretos más oscuros de los Guardianes.

Libany y Olivia intercambiaron miradas, conscientes del desafío que les esperaba. Sabían que tendrían que enfrentar a los Guardianes si querían llegar al ordenador y poner fin a esta pesadilla.

Con sigilo, se acercaron a los Guardianes, aprovechando cada sombra y cada rincón para evitar ser vistos. Sabían que un enfrentamiento directo sería una batalla desigual, por lo que debían utilizar todas sus habilidades y astucia para tener una oportunidad de éxito.

Olivia se deslizó silenciosamente detrás de uno de los Guardianes, mientras Libany distrajo al otro con un ruido estratégico. Con un rápido movimiento, Olivia desarmó al Guardián y comenzó un feroz combate cuerpo a cuerpo. Golpes precisos y rápidos se intercambiaban en una danza mortal.

Mientras tanto, Libany luchaba contra el segundo Guardián en una batalla épica. Cada golpe era un choque de fuerzas y destreza. Libany aprovechaba su agilidad y velocidad para esquivar los poderosos ataques del Guardián, mientras contrarrestaba con golpes certeros.

El enfrentamiento se prolongó, cada movimiento era calculado y cada paso era estratégico. Los rebeldes estaban decididos a derrotar a los Guardianes y liberar a la Cúpula del yugo de la opresión.

Finalmente, Olivia logró derrotar a su oponente, dejándolo inconsciente en el suelo. Sin embargo, Libany estaba herido. El último ataque del Guardián había encontrado su objetivo, dejando a Libany con una herida profunda en el costado.

Olivia corrió hacia Libany, preocupada por su estado. La sangre manaba de su herida, pero su determinación no menguaba.

—No podemos rendirnos ahora, Libany. Tenemos que llegar al ordenador central y poner fin a esto de una vez por todas —dijo Olivia, su voz cargada de determinación.

Libany asintió, apretando los dientes para soportar el dolor. Juntos, avanzaron hacia la puerta blindada, donde se encontraba el ordenador central.

Con cautela, los rebeldes abrieron la puerta y se encontraron frente al ordenador central, que emitía una tenue luz azul. Sabían que debían actuar rápidamente para extraer la información y asegurarse de que la verdad saliera a la luz.

Libany, a pesar de su herida, se concentró en su habilidad de hackeo. Utilizando sus conocimientos y destreza, logró acceder a los archivos principales y descargar la información vital que revelaba los crímenes y manipulaciones de los Guardianes.

Mientras extraían la información, un ruido resonó en el pasillo. Se detuvieron, tensos y alertas. Sabían que habían sido descubiertos. Los Guardianes habían movilizado a sus fuerzas para proteger su control sobre la Cúpula.

El sonido de los pasos se acercaba rápidamente. Sin tiempo que perder, Libany y Olivia intercambiaron una mirada cargada de determinación. Sabían que no podían permitir que los Guardianes se llevaran la evidencia de sus crímenes.

Con un último esfuerzo, desconectaron el ordenador central y guardaron la información en un dispositivo seguro. Sabían que debían asegurarse de que la verdad fuera revelada al mundo.

Mientras se preparaban para enfrentar a los Guardianes que se acercaban, Libany y Olivia notaron un detalle en la sala. Una pequeña rendija en la pared que se abrió con el intenso combate revelaba un túnel que taparon anteriormente que conducía fuera de la instalación. Era una oportunidad para escapar y llevar consigo la evidencia.

Sin dudarlo, se adentraron en el túnel, con el dispositivo de información asegurado en su poder. Se movían rápidamente, guiados por la esperanza de un futuro mejor y la determinación de que la verdad saliera a la luz.

A medida que avanzaban por el túnel, el ruido de los Guardianes y los gritos de batalla resonaban detrás de ellos. Los rebeldes sabían que el enfrentamiento sería intenso, pero no podían permitirse ser capturados.

Finalmente, alcanzaron la salida del túnel, emergiendo en un paisaje desconocido. Pero su alegría se vio momentáneamente ensombrecida al darse cuenta de que Libany estaba gravemente herido. La herida en su costado había empeorado durante la huida.

Olivia se arrodilló junto a él, preocupada y angustiada.

—Libany, aguanta. Vamos a encontrar ayuda. No podemos dejar que esta herida acabe contigo ahora que estamos tan cerca de la victoria —dijo Olivia, con voz entrecortada por la emoción.

Libany asintió débilmente, sosteniendo su costado con una mano ensangrentada.

—No... no puedo... rendirme ahora. Hemos... llegado demasiado lejos —susurró Libany, luchando contra el dolor.

Con determinación renovada, Olivia ayudó a Libany a levantarse y juntos emprendieron una carrera hacia el horizonte, en busca de ayuda y de un futuro donde la justicia prevaleciera sobre la opresión.

El destino de la Cúpula estaba en sus manos, y no dejarían que nada ni nadie les impidiera luchar por la libertad y la verdad.

TRAS LOS MUROS DE CRISTAL (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora