13.- ¿Puedo ser un héroe?

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No había dormido nada y era evidente por las grandes ojeras que se habían formado bajo sus ojos dorados, dándole un aspecto de zombie.

Y, por primera vez en su vida, agradeció que existiera el maquillaje. Tal vez no podría ocultarlo todo, pero al menos no serían tan evidentes.

Suspiró.

-¿Y cómo oculto esto…?– susurró para sí misma, mirando las marcas aún visibles de las quemaduras que Dabi le había causado en el cuello.

Prueba con una bufanda y ya está…

Permaneció en silencio, extrañada. ¿No habría insulto aquel día?

-Una bufanda, eh.– repitió Himiko, saliendo del baño para buscar la prenda entre sus cosas.

-¡T-Todoroki-kun!– llamó Midoriya, corriendo para alcanzar al medio albino al cruzarselo en el pasillo.

-¿Si?¿Pasa algo?– preguntó Todoroki, deteniéndose y girándose para quedar frente al peli-verde.

-Sobre lo que pasó anoche…

-Ya dije que no me importa.– interrumpió Todoroki, encogiéndose de hombros. –Solo te aconsejo no hacerle algo malo a Toga Himiko.– agregó, retomando su camino al salón.

Deku se quedó inmóvil por un segundo. ¿Eran ideas suyas o Todoroki lo había amenazado?

Las miradas poco discretas se posaron sobre Himiko apenas cruzó las puertas del salón… llevando una bufanda alrededor de su cuello, como si no le molestara el calor que estaba haciendo aquel día.

-¡Buenos días, Izu-kun!– saludó Himiko, sonriente, como siempre. Aunque se le notaba más cansada.

-Emmm… buenos días, Toga-san.– saludó Deku, devolviéndole la sonrisa. –¿Y eso?¿Te sientes mal?– preguntó, señalando la bufanda.

Himiko se tensó un poco.

-Si… creo que me resfrié, no es nada.– mintió, desviando la mirada. No podía verlo mientras lo engañaba.

-¿Segura?

Himiko sonrió y le dió un beso en la frente, asintiendo.

-En unos días me sentiré mejor.– aseguró la rubia, acariciando el rebelde cabello del peli-verde.

-¡Ah, Midoriya-kun!– el mencionado se tensó al escuchar la voz de Uraraka tras él. Eso no podía significar nada bueno.

-Uraraka-san, ¿sucede algo?– interrogó Deku, sudando nervioso, rezando para que la castaña no hablara de más.

-Es que anoche no me diste los apuntes que te pedí, ya que nos… distragimos un poco.– comentó Uraraka, con una doble intención.

-¡Ah, sí!¡Los apuntes, claro!– el peli-verde abrió su mochila y sacó una de las libretas, entregándose a la castaña. –¡Aquí tienes!

-Gracias, Midoriya-kun. Eres un amor.– dijo Uraraka antes de irse a su asiento.

Deku volvió a respirar tranquilo, pero al mirar a Himiko notó la mirada de furia que le lanzaba a la castaña. ¡Ups!

-Tog…

-¡¡HEY, HEY, HEY!!¡¡¿ESTÁN TODOS LISTOS PARA LAS CLASES?!!– gritó Present Mic, entrando al salón con su usual energía.

Todos se cubrieron los oídos por la intensidad de aquel grito del rubio. Y así la clase comenzó…

…con Deku mirando atrás, de vez en cuando, para asegurarse que la rubia no hiciera algo.

Tenía un mal presentimiento.

En el vestidor de las chicas, todas se cambiaban el uniforme para colocarse sus respectivos trajes de héroe para un entrenamiento especial con Present Mic: un simulacro de rescate.

Suspiró y siguió cambiándose, hasta que…

-¡Dios mío, eso luce fatal!¿Estás bien?– preguntó Yaoyorozu, preocupada por la rubia al ver las quemaduras en su cuello.

-No es nada.– mintió Himiko, tajante.

-Parecen…– la azabache lo pensó, horrizada. –¿manos?

Himiko se tensó.

-Solo me quemé mientras me alisaba el cabello, no te hagas ideas raras.– mintió la rubia, sin mucha prisa.

-Yo… sé que no hemos socializado mucho contigo, pero eres nuestra compañera y nos preocupas.– comentó Momo, siendo apoyada por Jirou y Hagakure.

Himiko asintió con la cabeza y salió, ya vestida, rumbo al gimnasio. Hubiera querido decirles lo que ocurría, pero…

… ¿lo entenderían?

Seguramente no.

Además, Dabi la había amenazado y, a diferencia de Tomura u otro villano, sabía que él sí cumpliría su amenaza. Y no quería involucrar a nadie más.

El simulacro transcurrió con rapidez, sin ningún problema, a excepción de algunos roces entre Himiko y Uraraka por las constantes insinuaciones de la castaña que, por suerte, eran interrumpidos por Tsuyu o Iida.

-¡Estuviste asombrosa, Toga-san!– felicitó Yaoyorozu, sonriendo. –¡Sin dudas serás una gran heroína!– agregó.

Himiko ensanchó los ojos con sorpresa, recordando las palabras de Dabi y llevando, de forma inconsciente, sus manos a su cuello.

-Y-Yo… ¿puedo ser un héroe?– susurró para sí misma, con la voz algo temblorosa.

-Claro que sí. Tienes un gran potencial.– aseguró Jirou, encogiéndose de hombros.

Un nudo se formó en el pecho de Himiko y, sin poder evitarlo, algunas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, al tiempo que sus piernas flaquearon y la hicieron caer de rodillas al suelo.

-Aún si he matado a tantas personas…– hizo una pausa. –¿Puedo serlo?– cuestionó.

-¿Tú quieres serlo?– preguntó Yaoyorozu sonriendo con ternura, agachándose a su altura.

Himiko no respondió, solo se abrazó a Yaoyorozu y continuó llorando.

Tal vez no podía contarles su pasado ni lo que ocurría en su presente…

…pero sentía que podía crear un futuro mejor gracias a esos lazos que formaba en el camino.

💉💉💉

Hola, gatitos
el capítulo de hoy quise mostrar que incluso Himiko tiene un lado humano y no es sólo una loca como muchos creen.

Si les gustó, por favor, déjenle una ⭐ y comenten qué les pareció. ¡Los leeré!

Próximo capítulo:
"Desahogo"

Quería salvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora