Aizawa dejó escapar un jadeo en sorpresa, viendo el sinfín de Nomus que se encontraban frente a ellos. Aquel edificio era una especie de laboratorio, similar al que habían destruido en Kamino…
-No parece haber nadie aquí, sensei.– informó Jirou, captando los posibles sonidos que había en el lugar.
“Lo imaginé…” quiso decir Aizawa, pero prefirió no hacerlo, más que nada por la mirada de interrogación que le dedicaba el profesional de flamas. Debía darle una explicación, lo sabía…
-Entonces encarguemos de destruir este lugar cuanto antes.– ordenó Aizawa, serio.
Todos obedecieron, lanzándose al ataque, destruyendo los recipientes en los que se encontraban los Nomus sin problema. Endeavor pasó al lado de Aizawa tras haber acabado con una gran cantidad de ellos con sus flamas.
-¿Dónde está la Liga, Easer?– cuestionó Endeavor con un tono serio, pero sin llegar a ser intimidante.
-Me temo…– se quitó las gafas, alzando la cabeza para mirarlo. –…que no lo sé, Enji.– concluyó.
Aquella era la dirección que Himiko les había dado donde, según ella, se encontraba escondida la Liga. Pero había sido un farol…
…y ahora estaban en blanco.
“Malditos mocosos…” pensó Aizawa, frustrado y preocupado por igual, apretando las gafas en sus manos.
Solo le quedaba rezar y esperar que sus mocosos estuvieran bien…
…
Himiko no daba crédito a lo que veía… Deku estaba batallando contra Dabi frente a sus ojos, esquivando las flamas azules que éste lanzaba y, golpeándolo en repetidas ocasiones, logrando hacerle escupir sangre tras su último puñetazo.
Aunque el peli-verde no estaba en mejores condiciones, algunas flamas le habían dado, quemando parte de su brazo izquierdo y su rostro; además de que sus manos estaban altamente lastimadas por el uso descuidado de su Don.
Solo era cuestión de tiempo para que…
Apartó esas ideas de su cabeza y se levantó con algo de difícultad, tambaleándose un poco. Buscó entre los bolsillos de su falda y sacó un pequeño frasquito con sangre; lo abrió y bebió su contenido.
Y, en pocos segundos, se transformó en Deku. Aunque no se sentía distinta…
…pero no le dió importancia tampoco.
Corrió hacia donde Deku y Dabi peleaban y, sin pararse a pensar, trató de usar el Don del peli-verde que, según ella, sería netamente un aumento de fuerza.
Pero al golpear a Dabi con todas sus fuerzas en la espalda…
…… el azabache ni se movió.
-Pero ¿qué…?
Un golpe en el estómago por parte de Dabi la hizo caer de rodillas, luchando por recuperar el aliento. Pero el azabache no dió tregua y la volvió a tomar del cabello, obligándola a levantarse, gimiendo de dolor.
-¡¡TOGA-SAN…!!– chilló Deku, alarmado.
-Yo que tú me estaría quieto. O ella saldrá herida.– advirtió Dabi, sonriendo con sarna.
Deku chasqueó la lengua con rabia, y permaneció inmóvil donde estaba, escuchando la carcajada que soltó el azabache al verlo obedecer.
-¡No me jodas!¡De verdad te importa ésta zorrita!– se burló Dabi, alzando aún más el cuerpo de Himiko que, poco a poco, iba perdiendo la transformación.
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Quería salvarte
CasualeA veces las buenas intenciones pueden acabar volviéndose una mala idea, en especial... cuando hay una ex villana en la ecuación.