14.- Desahogo

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"Todo está bien…" repetía Yaoyorozu, con voz suave, mientras Himiko seguía llorando sin razón aparente sobre su pecho.

Ni sabían cuánto había pasado desde que la clase terminó. Solo seguían ahí, en el suelo del gimnasio.

Deku quiso acercarse en cuanto vió a Himiko desplomarse en llanto, pensando que, quizás, se había lastimado durante el entrenamiento. Pero Jirou le pidió que primero se cambiara el uniforme y, sin entender bien, el peli-verde obedeció.

Por su parte, Yaoyorozu trató de apartar un poco a Himiko en cuanto sintió que se estaba calmando, la tomó de los hombros y, accidentalmente, hizo caer la bufanda que la rubia llevaba, dejando expuestas sus quemaduras.

-¡Toga-san, ¿qué te sucedió?!– gritó Deku, alarmado, acabando de cambiarse.

Corrió hacia las chicas y se agachó, examinando a la rubia con cuidado.

-¿Cómo te hiciste esto?¿Te duele?– preguntó Midoriya, preocupado. Pero, al detallar bien aquellas quemaduras, reparó en un detalle…

…tenían forma de manos.

-Estoy bien, Izu-kun. Esto no es nada.– sonrió Himiko, acariciando el cabello del peli-verde.

Midoriya la miró con algo de desconfianza y, sin pensarlo, la cargó al estilo princesa, sorprendiéndola.

-¡¿I-Izu…?!

-Te llevaré con Recovery Girls para estar seguro.– explicó el peli-verde, serio.

Y Himiko prefirió no protestar.

Luego de que Recovery Girls la sanara con su Don, Himiko se encontraba acostada en una de las camillas de la enfermería mientras la mayor hablaba con el peli-verde.

-Eran unas quemaduras algo severas, ¿cómo se las hizo?– preguntó Recovery Girls con seriedad.

-No lo sé. Llevaba una bufanda y no las había visto.– admitió Midoriya, avergonzado de su descuido.

-Según me informó Aizawa, ella pertenecía a la Liga antes.– comentó la mayor, ahora mirando hacia donde estaba la rubia. –¿Quizás algún estudiante no está de acuerdo con su presencia aquí?– sugirió.

-¿Insinúa que alguien le hizo esas quemaduras?

-Es solo una hipótesis.– se encogió de hombros. –Aunque no podemos descartar a los miembros de la Liga tampoco.– razonó.

Deku se quedó pensativo y, tras agradecerle a la mujer, fue donde estaba Himiko.

-No era necesario traerme, en unos días habría sanado sola.– se quejó la chica en un puchero infantil.

-Toga-san… ¿cómo te hiciste esas quemaduras?– preguntó Deku, sin rodeos.

La chica se tensó y agachó la cabeza, tratando de inventar una excusa creíble.

-Yo…

-¿Te las hizo alguien?– interrumpió Deku, más serio, provocando que la chica levantara la cabeza de golpe, confirmando esa teoría. –¿Fue Todoroki-kun?¿O tal vez Kacchan?– preguntó.

Midoriya solo estaba tratando de unir los puntos: Todoroki tenía un Don de fuego, y fácilmente podría haberla quemado, pero… ¿tenía motivos? Probablemente no, así que quedaba descartado.

Mientras que, Bakugo, sí tenía motivos: ella y la Liga lo habían secuestrado. Además de que su Don generaba explosiones… y eso explicaría por qué las quemaduras tenían forma de manos. ¿Acaso él…?

-No fueron ellos.– aseguró Himiko, interrumpiendo los pensamientos del peli-verde.

-Entonces, ¿quién?– más que una pregunta, ya sonaba a una súplica.

-No puedo decírtelo… o él te lastimaría.– susurró la chica, luchando por no llorar.

Midoriya se quedó en silencio un rato y se puso de pie, para luego sentarse al borde de la cama, abrazando a Himiko y pegándola a su cuerpo.

-Quiero protegerte, Toga-san… Por eso te pido que confíes en mí.– susurró Deku con ternura.

-Izu… ¿tú confías en mí?– cuestionó Himiko, escondiendo su rostro en el pecho del otro.

-Lo hago.– aseguró. –Confío en ti, ciegamente.

Himiko sonrió enternecida y respiró profundamente antes de hablar.

-Fue Dabi quien me quemó…– confesó la chica, en un susurro, apegándose al cuerpo de Deku como si aquel nombre fuese un rito capaz de invocarlo.

Deku quiso decir algo más, pero prefirió callar.

Ya había obtenido su respuesta. No podía presionarla más.

Tras ser dada de alta por Recovery Girls, Himiko y Deku se dirigían a la entrada de la UA, pues la chica todavía no tenía permitido volver a la residencia. Y eso le resultaba una preocupación al peli-verde.

-¿Y si te quedas en mi habitación?– sugirió Deku, jugando con sus dedos, nervioso.

-Easer-sensei te matará si me ve. Además, no me molesta quedarme con Inko-san.– sonrió Himiko.

-Es que…– se calló.

¿Cómo podía decirle "prefiero que Aizawa-sensei me regañe, a que Dabi vuelva a lastimarte" sin sonar cursi o intenso?

Himiko se detuvo y sonrió con malicia, enrollando sus brazos alrededor del cuello del peli-verde y pegando sus rostros.

-¿Acaso quieres continuar lo del otro día, Izu-kun?– preguntó la chica de forma coqueta.

Deku tragó saliva.

-S-Sí…– mintió.

Himiko amplió su sonrisa y le dió un corto beso en los labios, dejando al chico como un tomate.

-Entonces… ¿por dónde entro para no ser vista?– preguntó Himiko, sin apartarse del chico.

Vale, la había convencido.

Tal vez los consejos de Denki y Mineta habían servido de algo.

Ya en su habitación inventaría una excusa para no hacer nada, excepto dormir.

💉💉💉

Hola, gatitos, aquí otra cap de ésta historia que cada día crece más gracias a ustedes 💖

Si les gustó, déjenle su ⭐ y díganme en los comentarios qué les pareció. Amo leerlos jeje

-¿Qué pasará en el próximo capítulo?¿Deku y Himiko solo dormirán o pasara algo más?
-¿Qué hará Dabi al enterarse que Himiko habló?
Esto y más en:
No eres tú

Quería salvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora