29

120 16 0
                                    

Se despierta esa mañana con su hijo encima de él, quitándole el aire de golpe. Se abrazan unos segundos, Louis con una gran sonrisa. Había quedado atrás ese cumpleaños solitario. Edward aún no le prepara el desayuno, pero se asegura de llenarlo de besos y abrazos, eso es lo único que el alfa necesita para sanar el dolor que aún siente con la pérdida de su omega.

Anne es un gran pilar, ella se lleva a Ed para comprarle un regalo y algo rico para comer durante el día. Su hijo es una copia exacta de Harry, está esperando su reacción a los regalos. Emocionado.

–Te hice una torta de chocolate –le informa, feliz, luego de que su papá le haya agradecido todo lo que le trajo.

–¿En serio? ¿Tú solo?

–No, la abuela me ayudó, es una torta sorpresa para la fiesta –responde y se da cuenta de su error. El pequeño alfa abre sus ojos y tapa su boca. –No le digas a la abuela.

Louis se ríe, le encanta la ternura de su hijo. Se acerca a él y llena de besos su mejilla antes de ir a desayunar.



Louis pretende estar sorprendido cuando entra al hogar de Anne, donde todos sus amigos y familiares cercanos se reunieron para celebrar su cumpleaños. La tarde es amena y la torta que cocinó Ed con Anne es demasiado rica.

Cuando vuelven a su hogar, el alfa nota que su hijo está inquieto. Quiere preguntarle qué sucede pero su hijo se va corriendo escaleras arriba. Louis frunce el ceño y lo sigue. Edward está en su cuarto, con una caja en sus manos y una sonrisa.

–Papá, tengo un regalo para ti, es el que más me gusta.

–Ed, no es necesario, ya me has regalado mucho, ¿no crees?

El niño niega.

–Le pedí a la abuela algo y ella me dejó –. Louis rodea los ojos y toma el regalo. –No puedes abrirlo hasta la hora de dormir.



Louis cumplió con lo pedido, Edward dijo que no quería ver su reacción. Su cachorro está durmiendo y él está sentado en su cama, frente al regalo. Lo abre con lentitud y las lágrimas se acumulan en sus ojos cuando lo ve.

Es un peluche que Harry dejó en su casa de la infancia.

Y tiene su olor.

Su alfa se aferró al perro de peluche de inmediato. Solo lograba oler a su omega levemente cuando le daba regalos a Edward aunque siempre intentaba contener la respiración.

Esa noche lloró hasta dormir, con el aroma de su omega, como hace años atrás.

Not without you ~ LS (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora