Verano

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-Ya he terminado con la limpieza del piso de arriba, Levi-Hei-...

Eren se detuvo en seco justo bajo el marco de la puerta, observando en silencio la figura del Líder de los Soldados Levi recostada al marco de la ventana del otro lado de aquella habitación. En su mano derecha aún se encontraba la escoba con la que había estado barriendo, su mirada serena fija en un punto del patio dos pisos más abajo, observando ese algo de forma silenciosa, casi admirándolo, pues se notaba concentrado, incapaz de notar como su subordinado se acercaba a la ventana hasta que estuvieron uno junto al otro, el muchachito descubriendo en un segundo aquello que llamaba la atención del Más Fuerte de la Humanidad.

En el patio un grupo de tres o cuatro soldados barría las hojas y cualquier suciedad que molestara en el suelo, siendo una chica bajita, menuda y rubia, una de cabellos castaños que mordisqueaba un pedazo de pan mientras barría, dejando migajas que luego debía limpiar, una de cabello negro y de mirada taciturna que llevaba una bufanda roja al cuello a pesar del sol y una con el pañuelo rojo en el cuello y uno azul amarrando los dos largos mechones y su corto cabello atrás de su cabeza en un moño.

-¿Las chicas y ....-Taichō están barriendo el patio? Creí que hoy era el turno del escuadrón tres.- Eren rompió el silencio justo en el momento en que las cuatro jóvenes detenían las escobas para descansar un segundo, la joven capitana limpiándose el sudor de la frente con la manga de su chaqueta. Levi soltó un chasquido de lengua entonces, llamando la atención de su subordinado.

-Ella no se siente bien.- Afirmó, y Eren se sorprendió ligeramente al notar que apretaba el agarre de la escoba en su mano y fruncía apenas el ceño sin apartar la mirada lejos de ella, un dejo de preocupación que Eren no logró notar surcando su mirada. -Es muy capaz de barrer ese patio ella sola en unos minutos... Tch, eso le pasa por estar saltando comidas.-

-Heichō...- Eren recordó entonces las escena que había visto varios días atrás, aquel beso entre los dos líderes de escuadrón, sintiéndose algo enojado por aquello. No era como si estuviese contento de recordar que la chica que había logrado despertar aquel extraño sentimiento en él en realidad era completa y totalmente inalcanzable.

Mas esa punzada de celos pasó a segundo plano al darse cuenta de que estaba viendo algo bastante peculiar: Al frío Líder de los Soldados demostrando preocupación por otro ser humano.

No era como si Eren creyese que él era un desalmado ni nada por el estilo, sino que, al igual que la mayoría de las personas, creía que solo sentía desinterés hacia los demás a su alrededor. Aquello de verlo demostrar una emoción distante al típico fastidio o enojo que siempre demostraba por alguien era definitivamente algo digno de verse.

-... ¿Usted la conoce tan bien?

-... No del todo.

Eren no se había dado cuenta de la clase de pregunta indiscreta que había hecho hasta escuchar a su Capitán responder, evitando mirarlo mientras fingía barrer algo en el impecable suelo. Pero, para su sorpresa, él ignoró su atrevimiento y continuó hablando, su tono tranquilo y su mirada fija aun en la figura de la Capitana del escuadrón numero siete.

-Cuando la vi la primera vez pensé que era como un vidrio ordinario y corriente. También caí en su engaño de la forma más estúpida, pensé que no había nada en ella que no pudiese ver, que era simple y aburrida como el cristal barato.- Afirmó, poniendo una mano sobre la ventana que lo separaba del vacío. -Pero luego ella me demostró que ese cristal tan solo era un espejo que mostraba lo que la gente quería ver de ella y cubría lo que había detrás...-

Eren se mantuvo observando casi embelesado la imagen del hombre ante él, su mirada afilada como una navaja atravesando la ventana mientras la tenue luz del sol apenas iluminaba su rostro.

Roulette Of MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora