En la habitación solo se escuchaba las respiraciones de ambas chicas, solo que una estaba dormida y la otra completamente despierta mirando fijamente los detalles de su compañera de cuarto.
— Eres tan linda, delicada...—la castaña murmuró mientras estaba recostada en la cama mirando a Lisa—tú piel, es tan suave— con sus manos acarició las mejillas de la pelinegra quién se removió al sentir su contacto y por instinto las quitó.
Jennie observó como la pelinegra abría un poco sus ojos y después los cerró abrazando enseguida una almohada para después dormir plácidamente.
— ¿Sabes? Desde el momento que te vi supe que eras especial, tan solo con verte me enamoraste—se acercó a Lisa y le dejo un pequeño beso en la mejilla— pero... Ahora solamente serás mía, mía y de nadie más— mencionó al ver a lisa dormir como un bebé y recordando lo que había pasado hace un par de horas—nadie te tocará o hará daño mientras yo esté junto a ti—se removió en las sábanas y sonrió en grande.
Cualquiera diría que sus acciones son de una psicópata.
Pero... ¿Quién dice que no es lo contrario?
Flashback de Jennie
Las calles de Seúl se encontraban solas y sin ningún rastro de persona, digno para una acción como la que estaba apunto de suceder.
Me encontraba caminando por las calles en busca de la casa donde estaba la persona a quién buscaba. Vestía de negro y solo mis ojos se podían percibir.
Mientras avanzaba en cada paso se venían imágenes borrosas de la maestra de matemáticas tocando la mano de mi Lisa y coqueteandole enfrente mío.
Algo que me hizo sentir celos ante aquella acción.
En mis manos tenía una navaja que sería cómplice del delito que cometería por amor a una persona.
Después de caminar casa tras casa llegué al lugar indicado, se encontraba a unos kilómetros de la cuidad y sonreí al ver que no sería un problema para mí.
Era una casa lujosa enorme me daba la bienvenida, lástima que su dueña la dejará aislada.
Al estar enfrente de la puerta toque el timbre esperando que puedan abrir. Al no tener respuesta a la primera toque el timbre una vez más haciendo que la luz de la entrada se prendiera.
Mi hora de entrar en escena llegó.
Me escondí al lado de un arbusto enorme que cubría todo mi cuerpo para no ser vista por el momento.
—¿ Hola? ¿Se encuentra alguien ahí?—la voz de la maestra hizo eco en la calle haciendo que tapará mi boca para evitar cualquier sonido.
—¿Hola?— respondió de nuevo pero al ver que no había nadie empezó a cerrar la puerta.
Pero... Antes de que la puerta fuera cerrada me interpuse y la tome llevándola adentro de la enorme casa.
Al estar adentro cerré la puerta con seguro y la maestra se quedó helada contra la pared, en su lugar sin saber que movimiento hacer al respecto.
—Señora Suni... Que placer verla por aquí— la maestra me vio con miedo y su respiración se hizo irregular—veo que estaba apunto de dormír ¿No?— me acerqué a ella mirando su bata de dormir.
—Seño-rita Kim... ¿Qué hace aqui?
— Oh, solo la vengo a visitar—sonreí cínica y con fuerza agarre su cuello—escuché bien y espero sea la última vez que lo hace—la mayor tomó saliva y con sus manos intento quitar las mías de su cuello— ¿Qué tiene con Lisa maestra?— pregunte sin una pisca de amabilidad.
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𝐶𝑟𝑎𝑧𝑦 𝑓𝑜𝑟 𝑦𝑜𝑢
RandomLisa una chica de ojos azules y específicamente de Tailandia se mudó a Corea del Sur a causa de los negocios de sus padres. Al entrar a la universidad Yonsei tuvo la idea que solo era una universidad más y que nada importante estaría pasando. Que eq...