●Yo sere tu perdición, al oir mi voz caeras en la tentación, déjame amarte con el filo de mi lanza, mi compasión liberará tu alma de tu maldición, ven sigue mi voz, llora en mis brazos y tus lagrimas descansarán en mi pecho, nadie te perdonará por l...
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Un nuevo día, pajaritos cantan, las flores se mueven por la ligera brisa, un día perfecto para recostarse en el césped e admirar las nubes y ver su forma.
Eso se haría si fuera un mundo libre de demonios y de cazadores de demonios, entonces lo que realmente está pasando es que en la finca mariposa, una de ellas está siendo secuestrada por Uzui Tengen, el llamativo y atractivo Pilar del sonido.
Detrás de el había cuatro niñas queriendo detenerlo, ninguna obtuvo el éxito, hasta que claro, llegaron 3 cazadores, que con determinación y valentía, bueno, no tanta valentía de parte de Zenitsu, se ofrecieron como tributo, en lugar de la niña mariposa.
Durante el camino hacia el distrito rojo, se informó de la misión a los pequeños cazadores, todos con clara preocupación, aceleraron el paso.
-Tengen-sama, si realmente todo este tiempo, el cuervo de Rengoku-San la estuvo vigilando, ¿por qué no informó antes el estado de ella?- el niño tenía una buena pregunta, pero Tengen no sabia responderle al joven Kamado.
-No tengo una respuesta certera mi querido cabezón, esa información no me fue dada durante la reunión con el patron-contesto de una manera un poco tosca, sin duda alguna le incomodaba un poco hablar del tema.
-Cuantos demonios hay allí, Tengen-sama?- El rubio temblaba de miedo del simple hecho de saber que se estaba metiendo en una pelea que no era suya.
-No estoy seguro, pero según mis esposas, solo hay uno, no fue del todo aclarado- ya comenzó a cansarse nuestro platinado con las preguntas.
-Y para que fue la reunión si no sabes nada?-pregunto con obviedad y desdén hacia el mayor.
-CIERRA LA BOCA MOCOSO INSOLENTE!!!- los otros dos amigos de Inoske retuvieron al mayor para no formar una pelea, mientras que el cabeza de jabalí se rascaba la nariz.
Sin duda sería un viaje algo largo.
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La inmensa oscuridad pintaba el cielo y pequeños pero brillantes salpicaduras blancas alumbraban el cielo, con belleza y protagonismo brillaba la luna robándose el show del distrito rojo, la hora había llegado, estaba abierto.
En cada rincón se respiraba la lujuria y el deseo pecaminoso de cada hombre en busca de una mujer que pueda satisfacer sus necesidades, en otra parte podíamos ver como se vendían jovencitas a distintas casas por diferentes precios, pero quien se robó el espectáculo fue una geisha que hiba pasando con sus largas ropas, su increíble belleza llamada la atención de toda criatura.
Nuestra amada Liegia-chan siempre llamaba la atención, como cazadora, civil o Geisha, no importaba, tenía una belleza inigualable.
Sentía cada mirada atrevida y socorrona sobre su cuerpo, solo que no se imaginaba que una de esas miradas pertenecía a cierto palatinado que era su compañero de trabajo y 3 niños muy sonrojados.
