Capítulo diecinueve.
Narra Eryx Rune.
Sus labios, el hermoso sabor de sus labios me dejaba sin palabras momentáneamente. Esa boca, a la que jamás había imaginado besar, sería mía mañana. Para siempre. Sus labios, un revuelo de emociones y sensaciones impensables, algo que jamás había experimentado y nunca pensaba experimentar. El odio que recorría mis venas era casi nulo a diferencia de la satisfacción que me creaba besarla, tocarla, o el calor que me recorría de pies a cabeza cuando ella se encontraba en una habitación. Quizá nadie comprendía lo que sentía ya que ni siquiera yo podía hacerlo. Pero Aure Cyril, la monarca de Himmel, mi enemiga, la villana del cuento de hadas y mi prometida al mismo tiempo, ella generaba todo en mí. Movilizaba la mayor parte de todo mi cuerpo. Y, de alguna extraña forma, se había apoderado de mi cerebro y eso influyó en mi corazón.
La odiaba con toda mi alma. No existe otra persona peor que ella en Epiphania y en eso estaban de acuerdo mi corazón y mi mente. Pero el problema venía aquí: en lo que pensaba mi corazón respecto a ella.
Y no tenía respuesta verbal a eso.
Mordió uno de mis labios y empujó mi cuerpo para apartarme. Fijé mis azulados ojos en los cerúleos suyos y me concentré en lo que ella tenía por decir. Una sonrisa de lado hizo que mi cuerpo se estremeciera completamente, doblegándose ante ella. En cualquier momento, me tendría a sus pies.
—Guárdate para el momento que concretemos nuestro matrimonio y dejemos de desafiar a los Dioses.
Dicho eso, empujó mi cuerpo hacia atrás con fuerza para separarme de ella y se movió con prisa y agilidad para abrir la puerta de mis aposentos. Eso me dió una vista perfecta de su cabello, tan blanco y brillante cómo la nieve de Himmel. Aure se marchó, dejándome frente a Alenna Rhess, la mujer que en verdad amé durante tanto tiempo, a la que le he dedicado la mitad de mi vida a apreciar y valorar del modo que ella merece. Su inexpresión al mirar a Aure Cyril caminar de espaldas a nosotros, esa que supe identificar cómo dolor, fue lo que me trajo a la realidad de un golpe en el rostro. Dejé de alternar mi mirada entre el pequeño cuerpo de Aure marchándose y el rostro desfigurado en tristeza de Alenna y me centré plenamente en arreglar esta situación.
—Alenna, ¿cómo...? —intenté preguntar, pero interrumpió antes de que acabara.
Sus morados ojos se clavaron cómo flechas a los míos, cambiando su expresión de un segundo a otro. El dolor se reflejó en su mirada y la aflicción la consumió por completo, logrando que todo su cuerpo temblara al momento de extender una de sus manos en mi dirección con el puño cerrado. Fruncí el ceño, y cuándo finalmente lo entendí, ya era demasiado tarde.
—Lo siento, cariño —lamentó en un hilo de voz.
Su puño se abrió, mostrándome una especie de polvo en su palma el cuál sopló para que impactara en mi rostro y se entrometiera en mis fosas nasales con prisa. Antes de poder incluso colocar mis manos para evitar la caída al suelo, la oscuridad se apoderó de mi cuerpo y mi cerebro y mi corazón se durmieron.
(...)
El frío del lugar en el que me encontraba me abrazó en cuánto mi mente despertó. Mis movimientos no eran posibles, por lo que supuse que me encontraba amarrado a algún sitio. Abrí los ojos, pero la oscuridad seguía consumiendo mi vista, exceptuando una pequeña esquina que me indicó que en verdad mis ojos estaban vendados. Eso me hizo prestar más atención a lo que oía, ya que no podía ver ni tocar absolutamente nada. Acallé todo sonido que emitía mi cuerpo y me centré en mi alrededor.
ESTÁS LEYENDO
Reina Infame © [TERMINADA] #1
Fantasía[PRIMER LIBRO DE UNA SAGA: "Epiphania"] Aure Cyril. Sonaría tan inocente y hermosamente dulce si no te dijera que es el nombre de la reina más cruel que existió en la faz de Epiphania; un mundo dividido en ocho reinos y un bosque llenos de monstruo...