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 E  N  T   R   E   N   A   M   I   E  N   T   O   S

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E  N  T   R   E   N   A   M   I   E  N   T   O   S









Así es tal y como lo escuchaban me encontraba en el inmenso pabellón del reino, éramos más de 200 personas las cuales eran conformadas tanto de hombres como mujeres Oliver me había informado esta mañana que como nunca tuve el entrenamiento básico porque estuve "fuera" tenía que tomar la serie de entrenamientos que se realizarían el día de hoy, mi conjunto era totalmente negro leggings negros un manga larga pegado al cuerpo hasta el pulgar del mismo color junto con mis tenis negro con blanco, mi cabello lo había puesto en un moño bajo para que no me interrumpiera mientras entrenaba, mi rostro estaba totalmente serio todos estábamos en una especie de semicírculo esperando las instrucciones de la persona que nos iba a indicar los ejercicios.





Fuera de nuestros alrededores estaban desde los promedios, avanzados y expertos más de 700 seres sobrenaturales nos observaban a lo lejos desde los asientos que se encontraban por así decirlo en el field debo de decir que llegamos a un cálculo de 200 y algo por las circunstancias de que muchos se pusieron extremadamente nerviosos ante la idea de que el rey los estuviera viendo. Si admitiré que estoy algo nerviosa porque lógicamente me estoy enfrentando contra seres sobrenaturales pero no sabía bien si Oliver y Troy simplemente estaban siendo buenos conmigo o si me estaban mintiendo pero la verdad mis habilidades eran bastante buenas y es que aunque me pese mucho decirlo era la mejor asesina del clan de mi padre.






Todas las tareas que se me habían asignado estaban totalmente completas, al principio era difícil sin embargo una vez pase el entrenamiento donde estuve en aquella casa abandonada la vida para mi cambio por completo, nada me importaba, lo único que me atormentaban eran las pesadillas de la gente que asesinaba aunque debo de admitir que no era tan frecuente dadas las circunstancias de que mayormente mataba a personas que eran igual o peor que mi padre su dilema era que había que acabar con todos los enemigos para convertirnos en el número uno, el pitido me sacó de mis pensamientos un hombre musculoso con cabello marrón, de ojos marrones tirando a negro y varias cicatrices en el brazo izquierdo se encontraba frente a nosotros este vestía con t shirt negro y joggers negros estaba frente a nosotros
— Bien se que muchos tienen meses intentando entrar aquí. Otros que están muertos de miedo por el entrenamiento y porque el rey está aquí hoy — esté caminaba observándonos a todos cuando esté me vio se paró frente a mi — Veo caras nuevas — subí mis cejas rápidamente como si estuviera saludándolo, este tiro una risita por lo bajo
— Me gusta — sentí como algunos de los hombres que se encontraban en la misma línea que yo se habían reído, puse los ojos en blanco odiaba con todo mi ser cuando la gente me subestimaba. Si es verdad era pequeña pero eso no significaba nada de hecho si algo me había enseñado lo que hacía en el mundo humano era a nunca juzgar la apariencia de nadie — Mentiré si les digo que el entrenamiento no va a hacer duro porque si lo será también mentiré si les digo que no van a tener mucha sed al final de esto porque no les daré breaks a ninguno para hacerlo ¿saben porqué? En la guerra no hay breaks y si alguien nos enfrenta tenemos que aprovechar la energía que tenemos para acabarlo ¿entendido? No los escuché — todos dijimos si señor al mismo tiempo, este asintió dándonos a entender de que estaba satisfecho — Bien aqui empezaremos corriendo todo el espacio en grupo correrán todos individualmente 4 vueltas no quiero ver a ninguno pegado hablando con absolutamente nadie esto no es un colegio y a sinceridad no me interesa escuchar estúpideces — el pito se escuchó este levantó su brazo derecho y nos señaló a que empezáramos, en línea recta comenzamos todos a correr.







(...)








Había pasado al menos una hora, muchos se habían desmayado por la serie de ejercicios que hicimos no estaba cansada ya que tomaba creatina todos los días y me ejercitaba junto con los chicos por lo que tenía muy buena resistencia, el coach (digo así porque no nos dijo su nombre) ponía una cara de decepción cada vez que veía que alguien se tiraba al suelo y no seguía — Quisiera decir que estoy orgulloso de todos ustedes pero es increíble que los que han estado aquí toda su vida no pudieron llegar si quiera a dos vueltas corriendo, que no pudieran completar los ejercicios aeróbicos y que tampoco pudieran esquivar todos los obstáculos puestos — la vena de su cuello había empezado a salir por la rabia — Los que no completaron el ejercicio se quedan aquí hasta que los demás terminen me importa una mierda quien siga desmayado se quedan todos hasta que se termine allí podrán beber agua — uno de los chicos que estaba con nosotros se comenzó a reír
— ¿Por qué no nos cuenta el chiste Adrián? — su risa se apagó de inmediato
— Vamos no seas tímido — continué con mi vista al frente no quería meterme en problemas sin embargo los problemas siempre me buscaban a mi — Pelea con ella ahora — me señaló, internamente maldije hasta a las aves que volaban cerca del pabellón
— No se ofenda pero me lo está poniendo bastante fácil, ella no es una competencia — sonreí de lado a labios cerrados. Sinceramente este chico no sabía que lo único que hacía era alimentar mi ego con sus estupideces
— ¿Crees que porque ella sea mujer no puede contigo Adrián? Nunca juzgues a la gente por su aspecto, está cicatriz me la hizo una mujer que medía al menos cuatro pies y algo así que no te llenes el ego — vaya el coach definitivamente me había sorprendido pensé que cuando se rio en horas atrás era por hacerme burla — Así que si no tienes más nada que decir adelante —.





Adrián se posicionó frente a mi los demás nos habían dado espacio por si acaso la cosa se ponía fea, mi rostro no había cambiado de estar serio y lo confirmaba cuando esté inútil intentaba hacerme caras y burlas con su cara — ¿Lista para ser mierda? — no respondí mi técnica siempre había sido analizar a las personas y de eso ya me había encargado desde que llegué aquí. Sabía el punto débil de cada quien, sabía la posible reacción que tendría el otro por lo que sabía también que este se iba a desesperar al ver su fracaso al intentar provocarme. Sonreí internamente al ver que no me había equivocado su mirada estaba totalmente furiosa — ¿Eres muda? ¿Te comió la lengua el gato? — seguí en silencio, el coach hace rato nos habíamos dado luz verde para empezar la pelea y este tonto seguía con ganas de hablar, estaba dándole tiempo para que él lanzara el primer golpe pero al ver que este solo quería conversar di un golpe firme a la vena de su cuello y con el otro brazo me cubrí en caso de que este atacara, al ver que no reacciono lancé una patada a su estómago y lo dejé tirado al suelo. Volví a mi posición anterior donde me encontraba completamente firme y mirando hacia el frente, Adrián se encontraba en el piso inconsciente, la reacción de todos en el pabellón fue de completa sorpresa y de silencio noté como el coach se acercó hasta donde mi con una sonrisa
— Bien hecho Isabella — con orgullo este me dio unas palmadas en el hombro ni siquiera me dio por preguntarle cómo sabía mi nombre ya que por lo visto esta gente se chismoseaban todo
— Bueno ya retírense todos — relajé mi postura y di la vuelta para buscar mi botella de agua, saludé a los chicos de lejos los cuales me miraban con mucho orgullo para mi asombro estaba el rey al lado de Troy quien para mi sorpresa sonreía con ¿felicidad? Decidí sonreírle de vuelta a todos sin embargo sentí un golpe en mi hombro al girar me di cuenta de que se trataba de Adrián que al parecer ya había despertado — Tardaste mucho en despertar ceniciento pensé que te quedarías ahí el resto de la tarde — su mandíbula se endureció tanto que sentí que hasta le iban a sangrar los dientes, este comenzó a caminar sin dar la vuelta
— Por cierto — su caminata quedó en completa pausa — No te equivocaste en algo solo que no lo supiste formular bien — su sonrisa arrogante volvió — Ni tú, ni ninguno de los que están aquí son competencia para mi buenas tardes — esta vez fui yo quien pegó su hombro dejándolo con la palabra en la boca, lo último que permitiría aquí es que un licántropo intentara intimidarme.









 Volví a mi posición anterior donde me encontraba completamente firme y mirando hacia el frente, Adrián se encontraba en el piso inconsciente, la reacción de todos en el pabellón fue de completa sorpresa y de silencio noté como el coach se acercó ...

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Escondida en el castillo del Alpha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora